Los obispos piden a Obama que cumpla y cierre Guantánamo

Protesta de Amnistía Internacional exigiendo el cierre de la cárcel de Guantánamo

También le agradecen su apuesta por la paz en Palestina y por el desarme nuclear

Protesta de Amnistía Internacional exigiendo el cierre de la cárcel de Guantánamo

Protesta de Amnistía Internacional exigiendo el cierre de la cárcel

MIGUEL ÁNGEL MALAVIA | Pese a que Barack Obama alcanzó en 2008 la presidencia de los Estados Unidos con el cierre de Guantánamo como una de sus promesas electorales estrella, lo cierto es que, ya en su segundo mandato, aún no ha podido cumplir con su palabra y la cárcel para sospechosos de yihadismo (no cuentan con ningún tipo de derechos y ni siquiera se ha presentado cargo alguno en su contra), ubicada en territorio cubano, continúa en pie.

De hecho, el futuro de la prisión ni siquiera parece depender del propio presidente demócrata, quien en mayo presentó un nuevo plan para trasladar a sus 166 presos a otros penales en territorio estadounidense e, incluso, liberar a un alto porcentaje de los mismos. Pero, para que eso pudiera llevarse a cabo, lo cierto es que la última palabra dependería del Congreso, en el que los republicanos cuentan con mayoría.

Ante este bloqueo, el arzobispo Richard Pates, presidente de la Comisión Justicia y Paz de la Conferencia de los Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB), envió, el pasado 25 de junio, una carta dirigida al secretario de Defensa, Chuck Hagel, con el fin de reclamar una acción inmediata para paliar la situación de los presos.

Empezando por la reivindicación de que estos “tienen derecho a un juicio justo e imparcial”, el prelado no ocultó detalles que considera preocupantes; tales como que, ante la huelga de hambre de cerca de un centenar de reclusos, todos ellos fueron forzados a alimentarse mediante un tubo que comunica la nariz con el estómago.

A juicio de Pates, tales prácticas, además del grave perjuicio que suponen para los individuos, “hieren la reputación moral de nuestra nación, comprometen nuestro compromiso con el imperio de la ley y socavan nuestra lucha contra el terrorismo”. Por ello, el titular de Des Moines concluye su misiva instando a que se realicen todos los esfuerzos por “hacer valer el compromiso del presidente de cerrar esta instalación”.

Dos conflictos más

Significativamente, ese mismo día 25, el arzobispo Pates y el presidente del Episcopado estadounidense, Timothy Dolan, enviaron otra carta, esta sí, dirigida directamente a Obama. En ella, le felicitan por su “liderazgo por la paz” en dos escenarios que la Iglesia considera capitales hoy: el debate sobre el desarme nuclear y el enquistado conflicto entre Israel y Palestina.

Respecto al primer tema, agradecen su apuesta clara por “un mundo sin armas nucleares”, tal y como el presidente recalcó en su reciente viaje a Berlín, el pasado 19 de junio. En este sentido, apuntan, la Iglesia apoya esta causa “desde hace mucho tiempo”, citando los ejemplos de Juan XXIII, quien en 1963 pidió su “prohibición mundial”, o el de la propia USCCB, que en 1983 publicó la pastoral El reto de la paz, llamando al desarme nuclear.

Por ello, le solicitan hoy a Obama que continúe en sus reclamaciones para que los estados reduzcan la inversión en sus arsenales y se frenen las pruebas con este tipo de peligrosos armamentos.

En cuanto a la segunda cuestión, valoran positivamente el viaje de Obama a Tierra Santa, el pasado marzo, así como los esfuerzos del secretario de Estado, John Kerry, para que ambas partes participen en una mesa de negociaciones. Con la defensa de “los dos estados” como solución al conflicto, los prelados apoyan esta línea planteada por su Gobierno de cara a una hipotética negociación. Y es que, concluyen, “creemos que la paz es posible”.

Trabajo conjunto con México

En estos casi cinco años de gobierno de Barack Obama, uno de sus grandes proyectos es su reforma de la ley migratoria, por la que, entre otras cosas, podrían regularizar su situación hasta 11 millones de personas que hoy se encuentran en situación de total vulnerabilidad. Uno de los fines últimos de esta propuesta, aprobada por el Senado el pasado día 28, es apaciguar la conflictiva situación en la frontera con México, región que sufre la violencia constante de los narcos y de las mafias que trafican con migrantes.

Precisamente, a raíz de la aprobación de la reforma en el Senado (quedando ahora a expensas de que la valide o no el Congreso), la Comisión Episcopal de Pastoral Social del Episcopado mexicano hizo público un comunicado en el que, además de calificar de “histórica” la medida, felicita “a nuestros hermanos de la Iglesia católica de los Estados Unidos por la gran labor de sensibilización y diálogo que han tenido con los fieles y autoridades propias”. Concretamente, la Iglesia mexicana desarrolla varios proyectos de acción conjunta con las diócesis de Texas y California.

En el nº 2.855 de Vida Nueva.

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