La Unión de Religiosos de Cataluña reflexiona sobre las finanzas éticas

jornada de trabajo de la URC sobre la banca ética junio 2013

La jornada de trabajo se centró en la experiencia del banco ético Fiare

jornada de trabajo de la URC sobre la banca ética junio 2013

JORDI LLISTERRI. BARCELONA | “El mayor problema de la economía de los cristianos no es el dinero, son las personas”. Es la reflexión que ofreció Marisa Roset, ecónoma de la Compañía de María. Lo contaba en una jornada de trabajo de la Unión de Religiosos de Cataluña (URC) que se celebró el pasado mes de mayo sobre la cuestión de las finanzas éticas, sobre todo, al hilo de la crisis económica que vivimos y del papel que la banca ha jugado en esta situación.

En la sesión se presentó a los responsables económicos de varias congregaciones religiosas la experiencia de Fiare. Esta banca, que opera en varios puntos de España desde el año 2007, está consolidando su estructura bancaria para operar definitivamente como un banco con todos los servicios el próximo año. Por eso, durante los últimos meses han organizado encuentros con distintas entidades –entre ellas, buena parte confesionales– para buscar su apoyo.

Jordi Ibànez y Eulàlia Reguant explicaron el funcionamiento de Fiare a los religiosos: “No somos una banca normal que luego destina sus beneficios a la obra social. Lo que hacemos es que la actividad propia de la entidad financiera tenga una finalidad social”.

Modelo cooperativo

Para construir esta alternativa financiera, funcionan inspirados en el modelo cooperativo. Por tanto, su objetivo es financiar, a través del ahorro de los impositores, proyectos de cooperación y de inclusión social, o actividades de entidades con valores sociales y medioambientales.

A modo de ejemplo, cabe destacar que tiene un convenio con Cáritas para adelantar el dinero de un proyecto europeo, o que han financiado a Justicia y Paz para que pueda seguir sus campañas de sensibilización y su actividad mientras no cobran las subvenciones ya concedidas.

Como toda banca, los impositores cobran intereses y los que reciben un préstamo los pagan, pero “no se pretende ganar el máximo beneficio posible en el menor tiempo posible”, asegura Ibàñez. A los que dejan su dinero en Fiare se les informa de los proyectos que se financian y los socios participan en las decisiones.

Pero como una banca ética no puede ser una ruina, los proyectos financiados también tienen que ser viables desde un punto de vista económico. Así, han conseguido en España 33,5 millones de ahorro y 4 millones de capital social de más de 3.500 socios. De ellos, 700 son de Cataluña, la mayoría particulares que pueden participar en el capital a partir de 600 euros.

En la sesión de la URC contaron su experiencia dos congregaciones que ya forman parte de Fiare. Por ahora, el interés con el que han recibido este nuevo modo de entender las finanzas algunas congregaciones no lo han encontrado en los responsables de economía de los obispados.

Maria Roset explicó que las religiosas de Lestonnac se decantaron por esta opción porque consideraron fundamental que “los bienes de la Compañía tuviesen un destino de acuerdo con nuestras finalidades”. Y están satisfechas de participar en una iniciativa civil que “busca el bien de las personas y los pobres”.

También contó su experiencia el provincial de los Capuchinos, Gil Parés, que dijo que “si alguna cosa somos los capuchinos, somos pobres, gracias a Dios”, o sea que poco ahorro tenían para invertir, aunque ya participaban en Acció Solidària Contra l’Atur (Acción Solidaria Contra el Paro), un proyecto de microfinanciación para crear puestos de trabajo. Pero recibieron una herencia inesperada y decidieron que era el momento de depositarlo en Fiare.

Actualmente, Fiare está terminando el proceso para convertirse en una sección de la Banca Popolare Etica italiana, lo que le permitirá operar en España como una entidad más y no solo como una banca de depósitos a plazo, como hasta el momento. Tendrá su autonomía de actuación y representará, de entrada, un 6% del banco italiano. De este modo, empezará a funcionar entre nosotros un banco sin ánimo de lucro.

En el nº 2.854 de Vida Nueva.

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