Julio Parrilla: “Ser fiel a los jóvenes y a los pobres supone un gran desafío”

Obispo de Riobamba (Ecuador)

Julio Parrilla, obispo de Riobamba, Ecuador

JOSÉ LUIS CELADA | El pasado mes de marzo, y tras haber pastoreado la Diócesis de Loja durante casi un lustro, Julio Parrilla Díaz tomaba posesión como nuevo obispo de Riobamba. Hace ya más de dos décadas, sin embargo, que este orensano de 67 años, miembro de ADSIS, llegó a Ecuador. Desde entonces, ha tenido ocasión de descubrir una Iglesia “rica y plural”, cuyas relaciones con el Gobierno “no han sido fáciles”, pero que “siempre ha estado cercana a las necesidades del pueblo sencillo”.

PREGUNTA.- De Loja a Riobamba. ¿Qué supone tomar el testigo de pastores como monseñor Proaño o su predecesor, Víctor Corral?

R.- La Iglesia evoluciona al ritmo de los tiempos y de las nuevas condiciones sociales, económicas, políticas, culturales… Proaño fue un gigante, capaz de hacer frente a la injusticia estructural con enorme decisión y no poco sufrimiento. El indigenado vivía en condiciones harto serviles. Hoy, aquellas circunstancias han cambiado, y la pastoral reclama otras acciones e iniciativas, pero su inspiración de cercanía y de presencia entre los pobres sigue vigente. Para mí, a caballo del cambio, ser fiel a los jóvenes y a los pobres supone un gran desafío.

P.- Como presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social y de Cáritas Ecuador, ¿qué sintió al oír al nuevo papa Francisco decir que quiere “una Iglesia pobre y para los pobres”?

R.- Sentí una gran alegría, sobre todo al escuchárselo a él. Este Papa tiene la capacidad de expresar ideas, opciones, prioridades en pocas palabras y, además, sencillas. En nuestro continente americano, a las viejas pobrezas se unen pobrezas nuevas, nuevos desafíos, especialmente en lo que afecta a la equidad, al desarrollo integral, a la ecología, a la defensa de las culturas ancestrales… Afrontar todo eso se hace más posible con una Iglesia más descalza y disponible. Dios quiera que el espíritu de Francisco vaya calando en toda la Iglesia.

P.- ¿Está preparada la Iglesia ecuatoriana para asumir los desafíos que esta realidad le plantea?

R.- Las relaciones Iglesia-Gobierno no han sido fáciles. El poder, con frecuencia, pide un cheque en blanco que no se puede dar. Pero que seamos críticos con el Gobierno no quiere decir que no podamos y debamos colaborar en muchos temas que responden a una sensibilidad común y benefician a nuestro pueblo. Deseo de corazón que esto ocurra. Nuestra sociedad y nuestra Iglesia necesitan muchos impulsos de liberación, de esfuerzo común a favor de los más pobres. Por otra parte, el pueblo ecuatoriano se manifiesta como muy religioso y confía en la Iglesia; así lo recogen las encuestas. Quizá porque la Iglesia siempre ha estado cercana a las necesidades, a las alegrías y penas del pueblo sencillo.

Más sobre el papa Francisco, sobre la Iglesia en Ecuador y en América Latina y sobre las relaciones con el Gobierno, en la entrevista completa, solo para suscriptores

En el nº 2.854 de Vida Nueva.

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