Jaume Pujol: “En una beatificación no condenamos a los verdugos”

Jaume Pujol, arzobispo de Tarragona

Entrevista con el arzobispo de Tarragona a propósito de la macrobeatificación de octubre

Jaume Pujol, arzobispo de Tarragona

Mártires, memoria para la reconciliación [extracto]

JORDI LLISTERRI | Cuando en abril del año pasado se aprobó convocar una beatificación conjunta de los mártires de la persecución religiosa en España, quedó pendiente decidir en qué ciudad se celebraría. Zaragoza o Madrid eran algunas posibilidades, pero el arzobispo Jaume Pujol se empleó a fondo para que fuera en Tarragona. En la Plenaria de la Conferencia Episcopal de noviembre de 2012, después de haberlo hablado los meses anteriores con otros obispos, se aprobó finalmente su propuesta.

PREGUNTA.- ¿Por qué en Tarragona?

RESPUESTA.- Me parecía lógico. La causa más numerosa es la de los sacerdotes de Tarragona, y con un obispo, aunque haya otros, como los de Lleida y Jaén. Prácticamente en todas las parroquias de la diócesis hay sacerdotes mártires que nacieron o estuvieron allí. Pero, además, entronca con el cristianismo primitivo. Nuestro obispo Fructuoso es el primer obispo santo mártir de los doce que se pueden ver en la capilla de la Conferencia Episcopal. Conservamos las actas martiriales más antiguas de la Península y sabemos el lugar exacto de su martirio en Tarragona. Es una riqueza extraordinaria poderlo unir con los mártires de 17 siglos después. Y Tarragona es una sede martirial con la memoria de la presencia de san Pablo. Cada vez hay más convencimiento a nivel internacional de su presencia en la ciudad.

P.- ¿Este puente con los orígenes ayuda a darle un nuevo sentido?

R.- A mí me parece que sí. Es muy claro que en los primeros mártires de la época romana no hay una motivación política. Así lo recogen claramente las actas de san Fructuoso. Y mientras los verdugos ya han desaparecido de la memoria, conservamos el testimonio de los mártires. También nos ofrece una oportunidad pastoral única en un momento en el que necesitamos despertar a una sociedad muy secularizada.Jaume Pujol, arzobispo de Tarragona

P.- ¿El concepto de martirio durante la Guerra Civil no continúa creando confusión?

R.- Yo creo que no. Es muy importante la distinción entre las víctimas de una guerra civil y los mártires. No son víctimas de la Guerra Civil; son víctimas de la persecución religiosa. El mártir es exclusivamente aquella persona que ha muerto por Dios. No hay otras motivaciones posibles. Víctimas de la Guerra Civil hubo de todo tipo, y de todas partes. También después de la guerra se cometieron muchas barbaridades. Aquí, en Tarragona, hubo una represión terrible. Por eso se ha hecho un proceso larguísimo para demostrar que las personas beatificadas murieron exclusivamente por Cristo. La Iglesia ha sido muy cauta en este proceso. Tiene que servir para darse cuenta de hasta dónde pueden llegar a destruir a las personas algunas ideologías extremas. Lo que queremos es que la gente se pregunte si por su fe se debe matar a otros.

P.- ¿Es un signo que se puede comprender fuera del ámbito eclesial?

R.- El compromiso de una persona que muere por su conciencia también es un ejemplo para otras personas. Yo invitaría a la gente a que leyera unas cuantas biografías de estas personas y que me dijeran si no vale la pena que sean reconocidas. Creo que es así, aunque no se crea en una vida futura y, por lo tanto, no se comprenda la causa primera de las beatificaciones. Solo mirando a Cristo se puede entender el martirio. Los hay a los que les propusieron renegar de su fe para salvarse. Es lo mismo que le pasó a Fructuoso. Hay un padre que le proponía a su hijo que renegara y se confesara después para salvar la vida. No lo hizo. Esto es ejemplar. Solo la fe exige esto, porque el cristianismo no es una ideología, es un encuentro con Jesús.

P.- ¿Qué nos pueden enseñar los mártires hoy?

R.- Un mártir es modelo, ejemplo e intercesor. Nos enseñan la fidelidad, que hoy es muy importante. Testigo de que la fe puede llevar hasta la muerte. En un momento en que el compromiso en las cosas importantes se rompe, es fundamental que nuestra sociedad pueda ver la coherencia. Y de cómo la fe debe llevarnos a vivir una vida coherente.

P.- ¿Cree también que se debe insistir en la reconciliación?

R.- Es muy relevante entender que morían perdonando. En una beatificación no condenamos a los verdugos. Los perdonamos. Ellos mismos perdonaban a sus verdugos, aunque los vencedores después no los perdonaron. Pero la Iglesia los ha perdonado, a nadie se le han cerrado las puertas. Lo que hacemos es alabar a los que fueron fieles. Y lo hacemos porque pensamos que esto puede hacer un gran bien a las personas, creyentes o no.

“Un mártir es modelo, ejemplo e intercesor.
Nos enseñan la fidelidad, que hoy es muy importante.
En un momento en que el compromiso en las cosas
importantes se rompe, es fundamental que
nuestra sociedad pueda ver la coherencia”.

P.- En Tarragona fueron asesinados 134 sacerdotes, pero la causa aprobada incluye solo 67. ¿El proceso se cierra así?

R.- No. Yo he iniciado una nueva causa en la que quiero que se examinen todos los casos de los sacerdotes que no entraron en el proceso que se inició en 1952. Algunos de ellos claramente no tenían que entrar porque fueron asesinados por otras causas. Pero en muchos casos no había suficiente información para probar su martirio y en la selección quizás se consideró a algunos demasiado activistas. Por eso veo la necesidad de examinarlos a todos. Ahora los estudios no se hacen de la misma manera que hace 60 años, hay nuevas fuentes y tenemos una nueva perspectiva para valorarlo. Hemos hecho la lista completa para presentar una nueva causa. También está muy avanzada la causa de Mullerat, un médico de Arbeca.

P.- ¿Cómo se trabajará este sentido pastoral desde Tarragona?

R.- La diócesis tiene una comisión que trabaja con publicaciones y actas sobre el sentido del martirio y presentando la biografía de estos sacerdotes y religiosos. También nos hemos preocupado de la exhumación de los restos de los mártires para llevarlos a sus parroquias, si no se había hecho. Y hemos destacado el memorial al obispo Borràs en la catedral, en el mismo lugar que descansan Vidal i Barraquer y Pont i Gol. Por otra parte, tengo muy avanzada una carta pastoral sobre el significado del martirio, de aquellos que están más cerca del Señor después de los apóstoles.

P.- ¿Las instituciones públicas han valorado la proyección que para la ciudad puede significar la ceremonia?

R.- A la primera. La ciudad está encantada. Las administraciones se dan cuenta de lo que representa que puedan venir 50.000 o 60.000 personas. Es un prestigio para la ciudad, lo han entendido muy bien y hay una gran disposición a colaborar. También nos servirá para promover la ruta de los primeros cristianos y un acontecimiento como es la representación de La Pasión de san Fructuoso.

 

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