El arte, camino a la fe

Jornadas Nacionales de Patrimonio Cultural de la Iglesia Santiago de Compostela junio 2013

Los responsables de Patrimonio Cultural de la Iglesia, reunidos en Compostela, destacan su papel en la evangelización

Jornadas Nacionales de Patrimonio Cultural de la Iglesia Santiago de Compostela junio 2013

García Burillo (centro) y Barrio (a su derecha), durante las Jornadas

JOSÉ RAMÓN AMOR PAN. SANTIAGO DE COMPOSTELA. Foto: MIGUEL CASTAÑO | Santiago de Compostela acogió, del 17 al 21 de junio, las 23ª Jornadas Nacionales de Patrimonio Cultural de la Iglesia, organizadas por la Comisión Episcopal para el Patrimonio Cultural de la Conferencia Episcopal Española y el Arzobispado de Santiago, en colaboración con la Universidad de Santiago de Compostela y el Instituto Teológico Compostelano. La fe, origen y fundamento del arte cristiano. Las huellas de la fe en el Camino de Santiago fue el núcleo temático que aglutinó las diversas intervenciones y actividades que se desarrollaron.

En ellas participaron alrededor de un centenar de personas provenientes de las diversas delegaciones diocesanas de patrimonio, fundaciones, universidades, artistas…, con el objetivo de reflexionar sobre la importancia de la fe y su repercusión en el ámbito artístico, no solo a través del estudio de la historia (del arte, de la liturgia y de otras expresiones artísticas de la fe), sino, sobre todo, examinando el papel que sigue representando –y debe representar– la obra de arte en la transmisión de la fe y en la nueva evangelización.

Y es que, como señaló Julián Barrio, arzobispo compostelano, en el acto de inauguración, “es en el rico Patrimonio de la Iglesia, el arte cristiano, donde encontramos el testimonio de la fe de los que nos han precedido y que sirve hoy como lenguaje de belleza y de expresión para educar en la fe a las nuevas generaciones”.

El Camino de Santiago

En esa misma intervención, que se desarrolló en el majestuoso marco del Paraninfo de la Universidad compostelana, en la Facultad de Geografía e Historia, aseguró el prelado compostelano que “la peregrinación jacobea dio lugar a un patrimonio cultural religioso que es preciso salvaguardar y darle valor como cultura cristiana, fruto de una síntesis armoniosa entre la fe cristiana y el genio de los pueblos, que es necesario transmitir a las nuevas generaciones. El Camino de Santiago es un lugar de fe”.

En la jornada inaugural, estuvo también presente el presidente de la Comisión Episcopal para el Patrimonio Cultural de la Conferencia Episcopal Española y obispo de Ávila, Jesús García Burillo, quien destacó el hecho de que todo hombre es “caminante en busca de una dicha que colme nuestra esperanza”. Monseñor García Burillo alabó la importancia artística de la catedral de Santiago como reflejo de la fe, y afirmó que los asistentes a las jornadas, “antes que sentirse congresistas”, deben “sentirse peregrinos”.

Por su parte, el secretario de la Comisión Episcopal, Manuel Íñiguez Ruiz Clavijo, dijo que el Camino de Santiago es patrimonio de la Iglesia y que “nada tiene que ver con experiencias religiosas extrañas a la fe cristiana”.

Ramón Yzquierdo Perrín (de la Universidad de A Coruña), José Manuel García Iglesias (de la Universidad de Santiago), monseñor Timothy Verdon (director de Arte Sagrado de la Archidiócesis de Florencia), Clara Fernández Ladreda (de la Universidad de Navarra), Ángela Franco Mata (del Museo Arqueológico Nacional) y Elisardo Temperán Villaverde (del Instituto Teológico Compostelano) fueron algunos de los ponentes.

Siguiendo lo establecido en ediciones anteriores, se concretó en el espacio físico lo que antes se había puesto de manifiesto en las diversas conferencias. Por ello, todos los días contaron con la celebración solemne de Vísperas y de la Eucaristía, presididas cada jornada por un obispo. Y por esa misma razón se visitó a puerta cerrada la catedral de Santiago (incluyendo el Pórtico de la Gloria y las excavaciones arqueológicas), así como varias iglesias compostelanas, la catedral de Mondoñedo, la iglesia de San Martín de Mondoñedo y la catedral de Ourense, y el grupo Resonet Música Antigua ofreció un concierto de música del Códice Calixtino en la iglesia del monasterio benedictino de San Paio de Antealtares.

Un hecho que pudieron constatar todos los participantes, siguiendo la tradición tan arraigada en Compostela y como había profetizado un siglo antes Alejandro Pérez Lujín en La casa de la Troya Estudiantina, fue que en “Santiago no llueve como en el resto del mundo. Allí la lluvia es una cosa de pesadez, de encono, de obsesión. Un llover sin descanso, sin tregua, sin esperanza de sol. Llueve, llueve y llueve. Un día, otro día y otro, y otro y otro. ¿Quién pudo jamás contarlos?”.

En el nº 2.854 de Vida Nueva.

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