Con Francisco, los “carreristas” no serán obispos

El Papa marca su perfil episcopal: urgen pastores antes que teólogos o “príncipes”

papa Francisco con dos obispos de espaldas

ANTONIO PELAYO. ROMA | Si una imagen vale más que mil palabras, la foto del sillón papal vacío en el concierto organizado por el Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, con ocasión del Año de la fe, el pasado sábado 22, habla por sí sola.

Todo estaba listo esa tarde en el Aula Pablo VI. En el último momento, Rino Fisichella, prefecto del dicasterio organizador, se acercó al micrófono para anunciar que Francisco no asistiría al concierto por “una tarea urgente e improrrogable”. Algunos rostros quedaron como petrificados y comenzaron a circular rumores sobre un malestar físico u otra razón no publicable.

Al parecer, el Papa consideró que tenía otras cosas más importantes que hacer en ese momento y que él no era “un príncipe renacentista” (frase que se le ha atribuido por una fuente anónima y no verificada).

La cosa no hubiera tenido tanto eco –los periódicos italianos le dedicaban al día siguiente mucho espacio en sus primeras páginas– si ese mismo sábado no hubiese alumbrado otra noticia igualmente significativa: la congelación del título de “gentilhombre de Su Santidad”, que no será concedido de ahora en adelante, aunque lo sigan manteniendo los que han recibido en el pasado dicha dignidad.

Por desgracia, en los últimos años, algunos de estos gentilhombres han sido protagonistas de escándalos sexuales o financieros, o de ambos a la vez. Con este telón de fondo, Francisco ha juzgado que se trata de una institución “arcaica, inútil y quizás dañosa para la Santa Sede”. Y aunque no se haya hecho ningún anuncio oficial, la decisión parece firme y va en el mismo sentido de despojar al papado de signos y costumbres que lo asimilan a las cortes mundanas.

silla vacía del papa Francisco en el concierto Año de la fe junio 2013

El arzobispo Fisichella anuncia la ausencia de Francisco en el concierto

Pastores cercanos a la gente

Ideas como estas fueron expuestas por el Pontífice el viernes 21 a los 150 nuncios apostólicos reunidos en Roma para celebrar el Año de la fe. Congregados en la Sala Clementina, los representantes diplomáticos del Papa en diversos países del mundo oyeron su advertencia de no sucumbir a la “mundanidad espiritual” (expresión acuñada por el cardenal jesuita y teólogo Henri de Lubac). En ello caen quienes actúan “por la propia realización y no por la gloria de Dios”, adoptando una “burguesía del espíritu y de vida” que empuja a “buscar una vida cómoda y tranquila”.

Refiriéndose a una de las actividades más importantes de los nuncios, la provisión de las diócesis vacantes, les dio estos consejos: “Estad atentos a que los candidatos sean pastores cercanos a la gente; este es el primer criterio. Pastores cercanos a la gente. Si es un gran teólogo, una gran cabeza, que vaya a la universidad, donde hará tanto bien. ¡Pastores! ¡Los necesitamos! Que sean padres y hermanos; que sean mansos, pacientes y misericordiosos; que amen la pobreza, interior como libertad para el Señor, y también exterior, como sencillez y austeridad de vida; que no tengan una mentalidad de ‘príncipes’. Estad atentos a que no sean ambiciosos, que no busquen el episcopado… Los que buscan el episcopado, esos no convienen. Y que sean esposos de una Iglesia sin estar siempre a la búsqueda de otra”.

Al finalizar su alocución, Bergoglio precisó: “He pensado mucho antes de escribir este discurso. Lo he escrito yo. Lo he pensado mucho y he rezado mucho. Estos pensamientos provienen de mi corazón… Os invito a reflexionar sobre el importante servicio que prestáis a la Iglesia”.

Con Francisco, los “carreristas” no serán obispos, íntegro solo para suscriptores

En el nº 2.854 de Vida Nueva.

LEA TAMBIÉN:

Compartir