EL LIBRO DEL MES: 'Teología de la salud'

Una obra de Francisco Álvarez (PPC)

Teología de la salud, libro de Francisco Álvarez, PPC

JOSÉ RAMÓN AMOR PAN | No solo he aprendido algunas cosas y he recordado otras muchas que no estaban tan frescas como debieran en mi quehacer cotidiano, sino que también he disfrutado leyendo este libro, y mucho. No es algo habitual con este tipo de literatura, todo hay que decirlo, porque ofrecer eso requiere maestría y profundidad de vida, y esto no lo tiene todo aquel que se atreve a publicar.

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Paco Álvarez las tiene, y en grado eminente. Por esa razón, esta obra que nos regala rezuma sabiduría en todas y cada una de sus páginas. Se nota que está escrita por quien ha hecho vida aquello que pensaba y pensó aquello que vivía.

La teología de la salud, a pesar de su reciente historia (poco más de 30 años), ha hecho ya un largo camino y ha dado acogida a numerosos y estimables autores, que han contribuido a tejer un panorama hermoso y fecundo. Quien tuvo mucho que ver con la puesta en marcha del Instituto Internacional de Teología Pastoral Sanitaria que su orden, los Religiosos Camilos, tiene en Roma ocupa, por derecho propio, un lugar principal en esa historia: Paco Álvarez es un referente universal en esta importante materia.

¿Por qué decimos que es fundamental la teología de la salud? Porque, como él mismo señala, “más allá de su estatuto de disciplina, ha llegado a ser un modo de pensar y de proyectar no solo la pastoral, sino también la salvación en todas sus dimensiones (anuncio, celebración, práctica, gesto) y, por consiguiente, la sacramentalidad de la Iglesia en el mundo de hoy”.

La teología y la pastoral de la salud tienen que ocupar el lugar que les corresponde en la praxis eclesial. Cristo “vino para que tengamos vida, y la tengamos en abundancia (Jn 10, 10). No se trata solamente de curar una enfermedad, sino de elevar la condición humana a la máxima dignidad y de encaminar al hombre por el sendero de la máxima realización personal”. No puedo estar más de acuerdo con él cuando sentencia: “La Iglesia es incomprensible fuera de su ministerio de salud”.

Un Evangelio de vida

¿Cómo anunciar y ofrecer hoy a las personas enfermas y a las sanas la salud de Cristo?, esa es la cuestión. Porque el nuestro es un Evangelio de vida, una buena noticia de salud y plenitud.

Está claro que el punto de partida tiene que ser el considerar el ámbito de la salud como un lugar absolutamente privilegiado de evangelización, y no como un apéndice o cenicienta de la acción pastoral… Si logramos que esto sea así, entonces la selección de los capellanes para los hospitales se haría de otra manera y la incorporación de laicos bien formados dejaría de ser anecdótica, entre otras cosas. Pasaríamos de una pastoral sacramentalista y fundada casi en exclusiva en una teología del sufrimiento (en la que a veces hay una instrumentalización utilitarista de la religión por parte de algunos fieles), a una pastoral en clave evangelizadora, expresión del designio salvífico de Dios, “que revela y ofrece también un modelo de salud realizado en el misterio de Cristo”.

La obra se divide en cinco capítulos: ‘El itinerario hacia la teología de la salud’; ‘Enfoque antropológico. Arraigo antropológico de la salud’; ‘La salud en la historia de la salvación’; ‘Perspectivas teológicas’; ‘Conclusión: en busca de nuevos horizontes’. Cuenta con un prólogo de José Carlos Bermejo, una introducción del propio autor y un valioso apartado bibliográfico. Imposible mayor rigor, exhaustividad y riqueza.

“Renovemos –nos dice el autor en las líneas finales– una consciencia profundamente saludable: la Iglesia, por el hecho de serlo, es inmensamente rica en recursos saludables: el espíritu, la Palabra, los sacramentos, la comunidad/comunión. Ella es para todos nosotros, por consiguiente, el sacramento eficaz de la salud humana, es decir, de su itinerario o camino hacia la plenitud”. Así sea.