En el principio… era el arte contemporáneo

Lawrence Carroll junto a su obra para el pabellón de la Santa Sede en la Bienal de Arte de Venecia 2013

El Vaticano participa por primera vez en la Bienal de Arte de Venecia con un pabellón dedicado al Génesis

Lawrence Carroll junto a su obra para el pabellón de la Santa Sede en la Bienal de Arte de Venecia 2013

Lawrence Carroll, en el pabellón vaticano de Venecia

En el principio… era el arte contemporáneo [extracto]

JUAN CARLOS RODRÍGUEZ | El Vaticano participa por primera vez, con su propio pabellón, en la Bienal de Venecia, la principal feria de arte italiana y una de las mejores del mundo, que se celebra desde 1895. Lejos de reacciones de rechazo a un arte contemporáneo cada vez más alejado de Dios, el Consejo Pontificio para la Cultura, que preside el cardenal Gianfranco Ravasi, ha querido incentivar el diálogo entre fe y cultura.

“El arte contemporáneo está en el centro de los intereses del Pontificio Consejo para la Cultura porque constituye una de las expresiones más significativas de la cultura en las últimas décadas”, dijo Ravasi en la presentación del pabellón vaticano, que coordina el director de los Museos Vaticanos, Antonio Paolucci.

Lo más sorprendente de la decisión del dicasterio no es, sin embargo, esta aparición en el seno de una feria popular y prestigiosa, que cumple su 55ª edición, sino la elección de los artistas, a los que les ha dejado completa libertad para abordar el Génesis.

El pabellón ha recibido por nombre En el principio e incluye obras de Studio Azurro –un histórico grupo experimental creado en 1982 y formado en Milán por Fabio Cirifino, Paolo Rosa y Leonardo Sangiorgi–, del fotógrafo checo Josef Koudelka y el pintor australiano Lawrence Carroll, nombres reconocidísimos en el panorama del arte contemporáneo y que han ido más allá de lo que se podría esperar.

“Para la primera participación de la Santa Sede con un pabellón propio en la Bienal de Venecia –explicó Ravasi–, hemos escogido un tema fundamental para la cultura y la tradición de la Iglesia, fuente permanente de inspiración para innumerables artistas: las historias del libro del Génesis. En particular, hemos escogido los once primeros capítulos, dedicados al misterio de los orígenes del hombre, la irrupción del mal en la historia y la esperanza de un proyecto futuro tras la devastación simbolizada por el Diluvio”.

Obra de Studio Azurro para el pabellón de la Santa Sede en la Bienal de Arte de Venecia 2013

Obra de Studio Azurro

El mensaje es de esperanza, como corresponde a la Iglesia. Y eso es lo que trata, en definitiva, de transmitir el Vaticano. “La opción de trabajar, razonar, reflexionar y reelaborar en torno a los primeros once capítulos del Génesis ha sido del cardenal Gianfranco Ravasi. Ha sido una intuición absolutamente fundamental para ofrecer una columna vertebral a esta iniciativa y a este pabellón. Dentro de los primeros once capítulos, hemos seleccionado tres argumentos: el de la creación, el de la de-creación –inspirándonos en el juicio universal– y el de la re-creación, es decir la apertura hacia una nueva humanidad, una nueva vida, un nuevo viaje, una nueva esperanza”, explica Micol Forti, directora de la sección de Arte Contemporáneo de los Museos Vaticanos, que ha formado parte también del comité científico del pabellón de la Santa Sede.

La interpretación del Génesis ha partido, en cualquier caso, de esas tres áreas –a la que se ha llegado después, según Ravasi, de “amplias discusiones sobre la multiplicidad de temas ofrecidos por estos capítulos”– en las que se ha dividido el pabellón: Creación (Studio Azurro), De-creación (Josef Koudelka) y el hombre nuevo o Re-Creación (Lawrence Carroll).

La primera reflexión que suscita el pabellón está vinculada al propio fin de la participación del Vaticano: no se trata de experimentar con una obra abiertamente sagrada o religiosa, sino de enfrentar con el lenguaje del arte contemporáneo, laico si se quiere llamar así, la trascendencia de la fe. “No hemos pedido a los artistas crucifijos o vírgenes”, aclaró Ravasi.

Respuesta moderna

“Me parece –añade Forti– una respuesta extremadamente moderna. Las indicaciones del cardenal Ravasi han sido muy claras: es una respuesta de apertura. El elemento importante es recordar a todos que la Iglesia ha sido un lugar de encuentro, de intercambio, de continua incluso contaminación y diálogo entre culturas diferentes, entre civilizaciones diferentes. Esta es una ocasión, dentro de un lugar que representa a muchísimos países, a todos los continentes, a muchas civilizaciones, además de muchos tipos de fe, para estar presentes con obras que ofrecen y se ofrecen a la reflexión; no quieren afirmar, sino comunicar y abrir un diálogo”.

La Creación se centra en la primera parte del Génesis, “cuando el acto creador toma forma, a través de la Palabra, en el soplo del Espíritu, generando la dimensión del tiempo y del espacio y de toda forma de vida, hasta el ser humano”, según relató Ravasi. Esta Creación se muestra con un prólogo con tres lienzos del italiano Tano Festa sobre La creación de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina.

Detrás de ese umbral se encuentra la vídeo-instalación del Studio Azurro, compuesta por cuatro pantallas, tres en la pared y una en el suelo, que ponen al hombre en el centro de la escena y que estimulan al observador con movimientos físico-sensoriales “alrededor del reino animal, el vegetal y el dominio de la palabra pronunciada por el hombre”, según los autores.

Obra de Josef Koudelka para el pabellón de la Santa Sede en la Bienal de Arte de Venecia 2013

Aportación de Josef Koudelka

En cierto modo, lo que Studio Azurro ha pretendido es recrear la narración de la Creación con lenguajes audiovisuales y sonoros contemporáneos.

De la De-creación a la Re-creación

De ahí, se pasa a la De-creación de Josef Koudelka, fotógrafo del caos y de los desprotegidos, que nunca había imaginado, según confesó a sus 76 años, que recibiría una invitación semejante del Vaticano.

“La propuesta me interesaba mucho porque la De-creación, la destrucción es algo de lo que me ocupo desde hace 30 años. Lo que era importante para mí es que mi obra no fuese vinculada a la religión, que nadie preguntase si soy o no soy católico. Mi religión es la libertad –explica Koudelka–, pero me entendieron y me dieron la garantía de que podía hacer lo que quisiera”.

Lo que ha hecho es colocar 18 de sus famosas panorámicas en blanco y negro, presentadas a modo de tríptico, que resumen la desolación, el abandono, la destrucción reunidas en tres grandes temas: la guerra, el declive industrial y la naturaleza. “La De-creación aborda la decisión del ser humano de contraponerse al proyecto original de Dios a través de formas de destrucción ética y material –explicó Ravasi–, como el pecado original o el primer homicidio que nos llevan a reflexionar sobre la deshumanización del hombre. La violencia y la ausencia de armonía que esto conlleva dan un nuevo inicio a la historia humana, que se abre con el momento de castigo-purificación del Diluvio”.

Ahí nace el escenario de la Re-creación que protagoniza la instalación de Carroll, famoso por la reutilización de materiales usados. Bajo el nombre de Another Life (Otra vida), presenta cuatro grandes paneles y dos esculturas compuestos de redes, cuerdas, bombillas encendidas, ceras… en el que invita a reflexionar sobre la idea de humanidad y sobre el concepto de reconstrucción.

“La Re-creación es la etapa del viaje, de la búsqueda y de la esperanza –dijo Ravasi–, representada en la Biblia por Noé y su familia y, más tarde, por Abraham y su descendencia, que lleva a esbozar una humanidad nueva y una creación renovada.

jcrodriguez@vidanueva.es

En el nº 2.853 de Vida Nueva.

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