Obispos australianos piden un concilio contra los abusos

James Geoffrey Robinson, obispo auxiliar emérito de Sydney

Lanzan en la Red una carta al Papa donde denuncian la “deficiente” respuesta eclesial

James Geoffrey Robinson, obispo auxiliar emérito de Sydney

El obispo James Geoffrey Robinson

MIGUEL ÁNGEL MALAVIA | En plena convulsión por el impacto que está teniendo en Australia el desarrollo de una comisión de investigación en el Parlamento del Estado de Victoria para esclarecer los cientos de casos de presuntos abusos sexuales cometidos por clérigos entre los años 60 y 80, tres obispos locales han querido salir públicamente a ofrecer una voz de compromiso, denuncia y llamada a la acción. Y lo han hecho de un modo notorio, escribiendo una carta al papa Francisco con este incisivo título: Por el amor de Dios, haga detener el abuso sexual en la Iglesia de una vez por todas.

La misiva, subida a Internet el pasado 4 de junio con el fin de que los usuarios la firmen y se suscriban a la petición, ha tenido un amplio eco. Y es que, entre otras cosas, se llama al Pontífice a que convoque un nuevo concilio, en el que participen activamente los laicos y en el que se busque “poner orden en la casa de Dios”.

Los tres prelados que han impulsado la iniciativa son ya eméritos, lo que se percibe en su modo de expresarse, duro y sin paliativos. Liderada en un primer momento por James Geoffrey Robinson (anterior auxiliar de Sydney, él fue quien colgó la apelación al Papa en su web personal), desde el primer momento se sumaron a la llamada Pat Power (antiguo obispo de Canberra) y William Morris, predecesor del actual pastor de Toowoomba.

En la carta, los mitrados dibujan un sombrío panorama para la Iglesia a causa de los miles de casos de pedofilia ligados a clérigos y religiosos que se han dado en todo el mundo: “El abuso sexual en la Iglesia católica ha sido poco menos que una epidemia de proporciones catastróficas. La devastación de las víctimas, la ruina de los sacerdotes y religiosos y el daño a una de las principales religiones del mundo y sus fieles son terribles e incalculables”.

A continuación, insisten en que “no podemos limitarnos a culpar a los individuos”, pues, ante un fenómeno cuyos patrones se repiten en distintas realidades eclesiales, se deben buscar “las causas sistémicas”. Y es que, consideran, se ha venido dando hasta ahora “una respuesta deficiente” y “poco cristiana” por parte de la jerarquía eclesiástica. Así, proponen una serie de líneas de acción a seguir a rajatabla: “Identificar y cesar a todos los abusadores, extender la mano y ayudar a todas las víctimas e identificar y superar las causas del abuso”.

Finalmente, los obispos apelan a la necesidad de un nuevo concilio para escuchar “a las muchas personas que, en todo el mundo, piden cambios en la Iglesia”.

William Morris, obispo emérito de Toowoomba, Australia

El obispo William Morris

De ahí que reclamen la participación activa de los laicos e incluyan en su carta la solicitud de que se aborden cuestiones tan diversas como la posible revisión del celibato sacerdotal o la enseñanza eclesial de la moral sexual, la superación de un excesivo “clericalismo”, la apuesta por una Iglesia más “abierta” e “inclusiva” (“tanto para las mujeres como para los hombres, para los laicos como para el clero, para los marginados como para los de la corriente principal”) y un actuar ordinario más “participativo”, basado en “una concentración mayor en la tarea y la persona de Jesucristo”, en lugar de poner el énfasis en conceptos como el de la “obediencia” a “una sola autoridad”.

Pastores incómodos

Según recuerda la agencia Apic, James Geoffrey Robinson, como responsable entonces de la comisión de investigación que el Episcopado australiano abrió para analizar en fenómeno de los abusos, puso en marcha en 2002 una encuesta global en todo el país para conocer el alcance real de este problema. Una implicación que en aquel momento le otorgó mucha relevancia. Y también roces y rechazos, como el que encontró cuando se le instó a renunciar a dar una serie de conferencias en Estados Unidos por la oposición de una docena de obispos del país.

En 2008 escribió el libro Frente al poder y el sexo en la Iglesia católica: recuperar el espíritu de Jesús. Una obra que no fue bien recibida en distintos ámbitos eclesiales, tanto dentro como fuera de Australia.

Un caso más extremo se dio en 2011, cuando William Morris fue cesado como obispo de Toowoomba por mantener posiciones eclesiales “discrepantes” en materia a la ordenación sacerdotal de mujeres o a la abolición del celibato.

En el nº 2.852 de Vida Nueva.

 

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