EDITORIAL VIDA NUEVA | El 1 de junio, el colectivo Gesto por la Paz –una iniciativa ciudadana que brotó espontáneamente frente al delirio terrorista, y que contó desde un principio con mucha gente de parroquia– celebró su última concentración en la Plaza Circular de Bilbao, el mismo lugar donde surgió hace 28 años.
Hoy, aunque ETA no se ha disuelto, mantiene su compromiso de no atentar, fruto de la tregua decretada. Por eso, Gesto por la Paz dice adiós con la esperanza de que nunca más sea necesario volver a salir a las plazas y calles, a sus concentraciones silenciosas. Sería el triunfo del sentido común, el grito sordo de que ha triunfado la paz.
Hoy es tiempo de tener un último gesto con ellos: el de nuestra gratitud por su compromiso con la convivencia.
En el nº 2.851 de Vida Nueva. Del 8 al 14 de junio de 2013.
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