Más de 30.000 jóvenes del Cono Sur preparan su viaje a Río de Janeiro
MARCELO ANDROETTO. BUENOS AIRES | “Fue un boom. Después de la elección de Jorge Bergoglio como papa, la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) se popularizó. Nuestro pastor se convirtió en el pastor de todos”. Así explica el encargado de la Pastoral de Juventud por la Vicaría Centro de Buenos Aires, padre Mario Miceli, el interés creciente de los jóvenes porteños en viajar a Río de Janeiro para participar en el encuentro con el papa Francisco.
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Miceli estima en cerca de 5.000 los jóvenes provenientes de la ciudad natal de Francisco que estarán presentes en Río entre el 23 y el 28 de julio próximo. Allí, se espera que otros 20.000 chicos del resto de Argentina también sean de la partida.
El padre Miceli, designado delegado del Arzobispado de Buenos Aires para la JMJ, cuenta que, meses atrás –todavía con Benedicto XVI como papa–, el trabajo de la Secretaría de Pastoral de Juventud de la ciudad consistía básicamente en brindar asesoramiento; pero, con la elección de Bergoglio como sucesor de Pedro, el interés de los jóvenes porteños se potenció de tal manera que se les hizo necesario asumir un rol activo en la organización de la delegación local a Brasil.
“Hace unos días regresé de Río –relata–, donde terminamos de inscribir a unos 800 jóvenes, tras el relanzamiento que hicimos una vez que asumió Francisco. Fue una experiencia muy buena. También queríamos saber cuántos lugares disponibles quedan, porque la idea es aprovechar y que vayan más jóvenes todavía”.
Mientras, a menos de dos meses de la JMJ, “en Río, los templos están todos empapelados con imágenes de Francisco y el clima en el comité organizador es magnífico, con jóvenes de todo el mundo trabajando con mucha alegría… Por supuesto, se vive la tensión de que se está llegando a la recta final”, revela el padre Miceli.
Y añade: “Mas allá del folclore, sobre la supuesta rivalidad entre brasileños y argentinos, la expectativa que existe de recibir a un papa argentino es muy buena, están tan sorprendidos como nosotros… Creo que los organizadores nos tienen un ‘cariñito’ especial por ser de la ciudad de Francisco”.
Desde Brasil ya anuncian que la clausura de la JMJ de Río será aún más multitudinaria que la de Manila 1995, que convocó a unos cinco millones de creyentes. “El hecho de que esta jornada se realice en América Latina [la primera tras la de 1987 en Buenos Aires], y con la presencia del primer papa latinoamericano de la historia, le agrega un condimento especial”, reconoce el también vicario de la parroquia de Santa Lucía, en el barrio de Barracas.
En este marco, el lunes 22 de julio a las 18:30, la Catedral de Río será testigo de “un momento único”: miles de jóvenes argentinos participarán de una misa concelebrada por los obispos del país asistentes a la JMJ.
También paraguayos, chilenos…
La Conferencia Episcopal Paraguaya, a través de la Comisión Nacional de la JMJ Río 2013, ya registra a unos 3.000 jóvenes paraguayos –entre laicos y religiosos– que se preparan para asistir a la cita en tierras brasileñas. Y estima que llegará a los 4.000.
Movimientos, parroquias y grupos juveniles se juntan los fines de semana en encuentros de reflexión sobre el sentido de la JMJ, no simplemente como un viaje de recreación o turismo. Al mismo tiempo, los diferentes grupos vienen realizando con mucho entusiasmo actividades para recaudar fondos.
En la Iglesia chilena, mientras tanto, la organización general de la delegación a la próxima JMJ en Río la lidera la Vicaría de la Esperanza Joven, del Arzobispado de Santiago, informa Cristián Venegas. El lanzamiento de un detallado sitio web (www.rio2013.cl), que ofrece toda la información para preparar el viaje, formación y acompañamiento por parte de voluntarios, abrió ya en 2012 la primera etapa de inscripción para los peregrinos. El secretario ejecutivo de la delegación oficial chilena, Rodrigo Serrat, explica que esperan contar con unos 3.000 jóvenes.
Si bien la logística del viaje es uno de los aspectos más importantes, desde la Vicaría también se ha procurado ofrecer actividades preparativas a los peregrinos, para que “cada comunidad viva cada una de las tres fichas de preparación que publicamos en nuestra web”.
Sin embargo, según el secretario ejecutivo, “la JMJ no finaliza con una jornada en otro país, sino que ahí comienza un período de misión”, por lo que publicarán una ficha donde “el peregrino(a) resumirá su experiencia y del mismo modo manifestará en su comunidad el encuentro con Cristo en la Jornada, su encuentro con el otro y cómo vivirlo”.
En el nº 2.850 de Vida Nueva.
