El CELAM privilegiará los “gestos” en la evangelización

Carlos Aguiar Retes, arzobispo mexicano y presidente del CELAM

Su XXXIV Asamblea, celebrada en Panamá, señala a Francisco como modelo a seguir

Carlos Aguiar Retes, arzobispo mexicano y presidente del CELAM

El presidente del CELAM, Carlos Aguiar

ÓSCAR ELIZALDE. BOGOTÁ | La XXXIV Asamblea General Ordinaria del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), que preside el arzobispo mexicano Carlos Aguiar Retes, ha tenido lugar en la Ciudad de Panamá, del 14 al 17 de mayo, coincidiendo con dos efemérides: los 500 años de la fundación de la Diócesis de Panamá, primera en tierra firme en el continente latinoamericano, y los seis años del inicio de la Conferencia de Aparecida (Brasil).

Con relación a aquel histórico encuentro en el santuario de Aparecida, los 67 participantes en la Asamblea –entre los que se encontraban algunos asesores e invitados especiales, como la hermana Mercedes Casas, presidenta de la Confederación Latinoamericana de Religiosos (CLAR); Guzmán Carriquiry, secretario de la Pontificia Comisión para América Latina (CAL); y algunos directivos de las agencias de ayuda católicas– recordaron con profunda gratitud a Benedicto XVI, “quien, en su discurso inaugural, iluminó con sabiduría evangélica el camino de la Iglesia en nuestro continente”. También se rememoró que, “en esa conferencia, el cardenal Jorge Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, hoy papa Francisco, presidió el Comité de redacción del documento conclusivo”.

Y da la impresión de que el Papa, con la fuerza de sus gestos y la provocación de sus palabras, “signo gozoso y comprometedor”, fue un referente fundamental en esta Asamblea, que recibió de primera mano los frutos del reciente encuentro entre la Presidencia del CELAM y el nuevo sucesor de Pedro, su “amigo”, “hijo de estas tierras y de esta Iglesia latinoamericana”.

En el mensaje que fue dado a conocer al finalizar la Asamblea, se reconoce que “su recuerdo y el luminoso inicio de su ministerio ha entusiasmado y estimulado constantemente nuestros trabajos en estos días. Este hecho lo interpretamos como un signo de la madurez de nuestra comunidad eclesial continental y como don de Dios que nos exige comprometernos aún más como discípulos y misioneros de Jesús”.

“La Iglesia de América Latina –profundiza el texto–, deseosa y comprometida en dar frutos de vida, acoge como una orientación evangélica y llena de sabiduría la propuesta programática del papa Francisco para toda la Iglesia, expresada con tres verbos en la homilía de su primera celebración eucarística como obispo de Roma: caminar, construir, confesar”. Así, los obispos del CELAM, como discípulos y pastores, entienden que “dar fruto, y fruto que permanezca, es parte de nuestra identidad, no un añadido a nuestra vocación”.

Finalmente, ante la gravedad de los problemas y los retos que afronta el continente, el CELAM acoge “con renovado compromiso el deseo de llevar adelante la Misión Continental, en solidaridad con quienes más sufren, como Jesús lo enseña y el papa Francisco lo está recordando, ‘proyectándonos necesariamente hacia las periferias más hondas de la existencia’ (DA 417). No basta el anuncio verbal. Hay que hacer vida y dar cuerpo al Evangelio a través de acciones, de ‘gestos’ que hagan transparente la presencia del Señor”.

Lo que el Espíritu dice

Fue significativa también la entronización del libro de las Sagradas Escrituras en el salón donde se desarrollaron las reuniones, expresión de la gozosa experiencia de “escuchar lo que el Espíritu dice a las Iglesias”, como en su momento lo hicieron, hace 50 años, los padres del Concilio Vaticano II.

Este ambiente de comunión fraterna y de ardor misionero prevaleció en las sesiones, donde se analizaron los avances y los desafíos del actual Plan Global 2011-2015, que enfatiza la segunda parte del tema de Aparecida: Para que nuestros pueblos, en Él, tengan vida.

Con este telón de fondo, las 22 conferencias episcopales presentaron sus informes, destacando los contextos socio-políticos y económicos, así como el caminar de la nueva evangelización, “concebida en nuestro continente como misión permanente”. En este sentido, se valoró la importancia que se está dando a la formación de misioneros y misioneras que impulsen la renovación de las parroquias y la animación bíblica de la pastoral.

La decisión de unificar en un mismo predio, en Bogotá, la sede del CELAM con el Instituto Teológico Pastoral para América Latina (ITEPAL), el Centro Bíblico Pastoral (CEBIPAL), el Observatorio Pastoral y el Centro de Publicaciones, se ve como una forma de primar la comunión y la misión en la Iglesia continental.

En el nº 2.849 de Vida Nueva.

Compartir