Los obispos de Canadá cuestionan la reforma laboral impulsada por el Gobierno

Sostienen que el paro no debería poner en peligro la dignidad humana

Stephen Harper, primer ministro de Canadá

Stephen Harper, primer ministro de Canadá

J. L. CELADA | Desde una perspectiva cristiana, “el desempleo no debería socavar nunca la dignidad humana”, pues “toda persona sin trabajo tiene derecho a un modo de vida estable que le permita cumplir con sus responsabilidades, incluidas las relacionadas con la familia”.

Así se ha manifestado la Asamblea de obispos del Atlántico, en Canadá, tras las movilizaciones que se vienen produciendo durante las últimas semanas en el este del país para denunciar la reforma laboral del Gobierno, en concreto todo lo relativo al seguro de empleo, cuyos principales afectados serán los trabajadores temporales y contratados a tiempo parcial.

Conscientes de los “tiempos difíciles” que se están viviendo, en una carta dirigida a los fieles de sus respectivas diócesis, fechada el pasado 6 de mayo, los prelados reconocen que dicha reforma no está “exenta de críticas”. Y advierten que las medidas aprobadas implican “desafíos concretos” para la población de la región, en su gran mayoría integrantes de sus Iglesias diocesanas.

Para muchos de ellos, “algunos de los cambios introducidos por esta reforma tienen un efecto particularmente devastador”, como es el caso de los empleados temporales, cuya estabilidad de vida se vuelve “más vulnerable”.

Rechazo ciudadano

Las reformas laborales impulsadas por el Gobierno del primer ministro canadiense, Stephen Harper, entraron en vigor el pasado mes de enero y, desde entonces, han despertado el rechazo de miles de ciudadanos, que protestan contra unas medidas (en especial, el seguro de empleo) que califican de “injustas” y que afectan, sobre todo, a empleados que deben aceptar una rebaja de un 30% en sus sueldos y desplazarse hasta 100 kilómetros para poder trabajar.

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En el nº 2.848 de Vida Nueva.

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