Editorial

La pastoral de la ternura

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EDITORIAL VIDA NUEVA | Siendo arzobispo de Buenos Aires, el cardenal Bergoglio puso a sus curas “en estado de asamblea permanente”. Eso significaba alentarlos a salir de las dependencias oficiales, de los despachos curiales para ir al encuentro de la gente y recuperar el “fervor apostólico” del que habla la Evangelii nuntiandi.

Punta de lanza de esos sacerdotes fueron los conocidos como “curas villeros”, que han encarnado esa pastoral de la ternura y la misericordia que impulsó el religioso jesuita, y a la que ahora nos sigue invitando, pero ya como papa Francisco. Acercarse a ellos es intuir qué tipo de sacerdotes quiere, cuál es la pastoral que tiene en la cabeza.

Las periferias geográficas en donde se encarnaron aquellos curas han ensanchado sus límites. También la Iglesia debería romper las costuras de una pastoral en donde el ensimismamiento la ha vuelto más acomodaticia y autocomplaciente.

En el nº 2.848 de Vida Nueva. Del 18 al 24 de mayo de 2013.

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