El arte de la evangelización llega a Arévalo con ‘Credo’

Moisés, expuesto en Credo Arévalo Las Edades del Hombre 2013

La “ciudad del mudéjar” acoge la 18ª exposición de Las Edades del Hombre

Cristo yacente, de Gregorio Fernández, expuesto en Credo Arévalo Las Edades del Hombre 2013

‘Cristo yacente’, de Gregorio Fernández

El arte de la evangelización llega a Arévalo con ‘Credo’ [extracto]

JUAN CARLOS RODRÍGUEZ | Arévalo suma la 18º exposición de Las Edades del Hombre en 25 años. Y lo hace en el Año de la fe. Por la conmemoración y el escenario –“la ciudad del mudéjar”–, solo la fe podía ser la protagonista de una muestra que reunirá una selección de 90 obras de arte sacro con nombres de la talla de Alejo de Vahía, Gregorio Fernández, Murillo, El Greco o Goya.

Todos ellos mostrarán su Credo, la palabra que tanto en latín como en castellano expresa la fe, el objeto tanto expositivo como reflexivo de la muestra.

“Si todas las ediciones de Las Edades tienen un hilo conductor catequético, el título de esta edición, Credo, lo tiene aún más. En el marco del Año de la fe que celebra la Iglesia con el objetivo de profundizar en su transmisión a las nuevas generaciones, la exposición tiene más que nunca una dimensión evangelizadora”, según el comisario, el delegado para el Patrimonio Cultural de la Diócesis de Ávila, el sacerdote Óscar Robledo Merino.

La muestra de Arévalo se inaugura el 21 de mayo con la presencia de la Infanta Elena y el patrocinio del Pontificio Consejo de Cultura del Vaticano. Y se extenderá hasta el 3 de noviembre en tres sedes que representarán “las verdades de la fe transmitidas a través del Credo”.

La iglesia de Santa María la Mayor mostrará el preámbulo, “Creo”, y el primer capítulo de la muestra, “Creo en Dios”; mientras que en la de San Martín, con sus dos llamativas “torres gemelas”, la línea expositiva será la de “Creo en Jesucristo”; y, finalmente, en el templo de El Salvador se exhibirá el tercer capítulo: “Creo en el Espíritu Santo”.

Precisamente, en esta última iglesia, cerrada al culto actualmente, formará parte del itinerario el único retablo –restaurado in situ por la Fundación de las Edades– que se incorpora a la muestra, obra de Juan de Juni, aunque acabado tras su muerte en 1577 por su hijo Isaac.cartel de Credo Las Edades del Hombre Arévalo 2013

La Casa de Sexmos, donde estará la taquilla y un centro de acogida al visitante dedicado a difundir la comarca de La Moraña –con Fontiveros, patria chica de san Juan de la Cruz, y Madrigal de las Altas Torres, pueblo natal de Isabel la Católica, como grandes reclamos– será el inicio de Credo. “El patrimonio monumental que tenemos en Arévalo es muy abundante, sobre todo sus iglesias mudéjares. La ciudad ya es en sí misma un escenario inmejorable para una exposición como esta, que marcará un antes y un después en la zona, de igual modo que ha venido sucediendo en los lugares por donde ha pasado la muestra de Las Edades”, afirma el alcalde, Vidal Galicia.

Reflexión y catequesis

El cartel de esta edición es obra de Eduardo Palacios. “He tratado de representar el enlace de varias generaciones a través de la fe”, dice este profesor de dibujo. De ahí que el cartel presente una mezcla de ochos rostros que combinan los de feligreses anónimos con imágenes pintadas en una moldura de ladrillo que bordea el ábside de la iglesia de Santa María la Mayor y que, posiblemente, representen a los cuatro profetas del Antiguo Testamento.

El cartel consigue simbolizar perfectamente lo que pretende la muestra: reflexionar en torno a la transmisión de la fe a través del credo. Es como lo define Enrique Martín Lozano, uno de los hombres de la Fundación de Las Edades: Credo aspira a ser un símbolo de la fe, una reflexión, una catequesis que sirva de instrumento para la fe en sintonía con la sensibilidad expresada por el papa Benedicto XVI en la carta apostólica Porta fidei”.

Óscar Robledo ha seleccionado 90 obras procedentes de las once diócesis de Castilla y León, a excepción de unas esculturas en bronce de santa Teresa de Jesús, san Juan de la Cruz y san Pedro de Alcántara. Básicamente, según Gonzalo Jiménez, secretario general de la Fundación de Las Edades del Hombre, la mayoría de las obras seleccionadas no han sido hasta ahora vistas en ninguna de las 17 exposiciones anteriores.

tríptico anónimo flamento expuesto en Credo Arévalo Las Edades del Hombre 2013

‘Tríptico’, anónimo flamenco

La Diócesis de Burgos, por ejemplo, ha prestado siete obras de entre los siglos XII y XX que darán relumbre a la muestra. Entre ellas, un Corán del Monasterio de la Vid, junto a las tablas El juicio final, de San Nicolás de Bari; El árbol de Jesé, de Baños de Valdearados; Pentecostés, de Pedro de Campaña, y la Misa de San Gregorio, de Pedro de Berruguete.

Junto a ellas, también el óleo de Marceliano Santa María La resurrección de la carne y el tapiz Dios prohíbe a Adán y Eva comer del fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal, de Jan Aerts.

Mientras que Zamora participará con cinco piezas: dos lienzos de la Catedral –Moisés y Aarón, atribuidos a Lucas Jordán–, otro más del templo de Los Remedios –La Visitación, de Francisco Antolínez– y dos tablas de autor desconocido de la iglesia de la Asunción de la localidad de Flores de Aliste, Ascensión y Pentecostés.

Moisés, expuesto en Credo Arévalo Las Edades del Hombre 2013

‘Moisés’

La Diócesis de Segovia, por ejemplo, aporta dos piezas a Credo. La primera será sin duda una de sus protagonistas: el Cristo yacente (1631-1636) de Gregorio Fernández que se custodia en la catedral, talla del siglo XVII en madera policromada.

Junto a ella, un óleo sobre lienzo de un pintor desconocido perteneciente a la Escuela Castellana y datado entre finales del siglo XVI y el primer tercio del siglo XVII: Alegoría de la Iglesia, obra catequética realizada tras el Concilio de Trento como reacción a la reforma protestante y que cuelga habitualmente en el Palacio Episcopal después de que fuera trasladada del convento del Carmen Calzado. “Es una de esas difíciles novedades con las que la organización intenta sorprender en cada edición al visitante y renovar cada año el contenido y el sentido de la muestra”, según el comisario de la exposición.

Otra de las grandes obras de la exposición de Arévalo será el Resucitado de Juan de Juni, de la catedral de El Burgo de Osma. “Pero también vamos a contar con muchas obras anónimas de calidad incuestionable”, destacó Gonzalo Jiménez.

Una decena de ellas han sido restauradas por el Centro de Restauración de la Fundación Las Edades del Hombre, como El sacrificio de Isaac, óleo sobre lienzo de Pedro de Orrente, de la primera mitad del siglo XVII procedente del Imperial Monasterio de San Clemente (Toledo).

Con esta de Credo, es la primera vez que en una exposición de Las Edades se comparten varias sedes en una misma ciudad, forzado por las pequeñas dimensiones de los templos mudéjares de Arévalo. También será la muestra con menos piezas de las organizadas en 25 años.

No solo por la crisis, sino por una evolución natural: “La arquitectura efímera era muy compleja al principio. Todo lo que se hacía en el interior del templo apenas dejaba ver la catedral, que se convertía en una especie de estructura de madera donde se generaban espacios –dice Jiménez–. Ahora también, pero no con la misma proporción. También se tendía a superar de largo las doscientas piezas y ahora nos situamos en ciento y pico o menos, como sucederá en Arévalo”.

jcrodriguez@vidanueva.es

En el nº 2.848 de Vida Nueva.

 

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