Santiago Silva: “Aparecida y el Papa comparten el mismo espíritu: salir a las fronteras”

Santiago Silva, obispo Chile secretario general del CELAM

Secretario general del CELAM

Santiago Silva, obispo Chile secretario general del CELAM

Entrevista con Santiago Silva [extracto]

JOSÉ LORENZO. Fotos: FIDEL PUERTA | Como secretario general del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), Santiago Silva Retamales participó el 25 de abril en la audiencia que el papa Francisco concedió a la presidencia de ese organismo.

Como reconoce el también obispo auxiliar de Valparaíso (Chile), el encuentro estuvo presidido por la fraternidad entre viejos conocidos, que comparten no solo coordenadas geográficas comunes, sino también pastorales. De hecho, allí constataron que las reflexiones e intuiciones nacidas de la Conferencia de Aparecida, en 2007, siguen muy presentes en el ministerio, ahora petrino, del primer papa latinoamericano.

– ¿Se notó en la audiencia con el Papa que todos los presentes venían del fin del mundo?

– (Risas). Fue un encuentro de amigos. Las seis personas que conformamos la presidencia del CELAM habíamos estado con él en Aparecida, en Brasil, y dos habíamos formado parte del comité de redacción del Documento de Aparecida (DA), que presidía el entonces cardenal Bergoglio. El encuentro se centró fundamentalmente en el DA y en lo que ha generado en estos años, como el hecho de que esta conferencia no solo haya terminado en un documento, sino que está desembocando en una acción evangelizadora: la Misión Continental. Todo esto le da a Aparecida un espíritu especial. Porque Aparecida no es un documento; es un espíritu que tiene lo que el Papa resalta mucho: salir a las fronteras. Y eso es la Misión Continental. Aparecida es una Iglesia que abre puertas y ventanas para mirar las realidades del contorno y salir a dialogar con las personas.Santiago Silva, obispo Chile secretario general del CELAM

– Francisco fue uno de los principales artífices del DA. ¿Cree que sus líneas programáticas orientarán este pontificado?

– Cada continente tiene que responder a su propia realidad. Por eso no sabría decir si el DA puede convertirse en un documento de carácter universal. Sin duda, es válido para nosotros. Y tiene un espíritu y una fuerza que no vienen desde fuera del continente, sino que los mismos obispos lo han producido. Es un documento en donde el Pueblo de Dios tuvo una participación grande. Sí que hay líneas que son fundamentales, independientemente de dónde vivamos la fe, como el ser discípulos misioneros, es decir, seguir a Jesús y anunciarlo.

Conversión pastoral

– En octubre se celebró el Sínodo para la Nueva Evangelización. ¿Expusieron los obispos latinoamericanos allí la experiencia de Aparecida?

– Como CELAM, antes del Sínodo, nos juntamos en Bogotá todos los obispos que íbamos a participar en él. Después de la primera semana sinodal, en Roma, tuvimos otro encuentro para ver nuestras impresiones. Y ahora estamos esperando la exhortación postsinodal para volver a reunirnos y estudiarla. La Iglesia latinoamericana se tomó muy en serio el Sínodo. La nueva evangelización comenzó allí y su vocabulario se viene utilizando desde hace tiempo.

– En aquella reunión de Roma para valorar lo vivido, ¿a qué conclusiones llegaron? ¿Se sintieron escuchados en el Sínodo?

– La inmensa mayoría de los obispos latinoamericanos, en nuestra intervención, hablamos de Aparecida. El Sínodo termina en unas proposiciones que se le presentan al Papa para la exhortación postinodal. Y se ve que el vocabulario de Aparecida entró en las proposiciones. Se está hablando de “discipulado misionero” o de “conversión pastoral”, que es el lenguaje de Aparecida.

– ¿Y a qué se refieren con “conversión pastoral”?

– Es la conversión a Jesucristo, y es una conversión personal por la que uno tiene que dejar de lado aquella vida que no está en imitación de la de Jesús. Pero uno se rodea de estructuras y modelos que nos dificultan esa tarea si no somos capaces de convertirlas para expresarnos y llegar a los demás. Si hablamos de parroquia nueva y pensamos en una de hace 20 años, es imposible favorecer una parroquia renovada en donde el párroco y los fieles vayan a misionar y se hagan cargo de la realidad que les rodea. Ahora hay que pensar en estructuras parroquiales que permitan a la comunidad salir y buscar a los que están fuera. La conversión pastoral es una conversión de estructuras, modos y modelos que posibilitan la conversión personal.

“La conversión pastoral es
una conversión de estructuras,
modos y modelos que
posibilitan la conversión personal.

– Vamos, una renovación eclesial…

– Sí, y de hecho, el Papa está presentando la necesidad de una renovación de la Curia, porque tenemos escenarios nuevos y propósitos nuevos, como la nueva evangelización, pero cómo vamos a responder a esos nuevos escenarios con estructuras antiguas, que no dan más de sí… Busquemos las estructuras necesarias para llegar con una evangelización nueva a este mundo de hoy. Hay que tener mucha valentía, humildad y discernimiento para hacerlo, porque no se trata de destruir lo que había antes por mero deseo de innovación. La tradición también tiene una riqueza tremenda y hay que saber descubrir en ella los caminos del Señor.

– ¿Han visto al Papa con ánimo para seguir en esa tarea de “conversión pastoral”?

– Hay signos clarísimos. Le ofrezco uno: la constitución de un grupo de cardenales para ver cómo renovar la Curia romana y pueda ofrecer un mejor servicio para la tarea de la nueva evangelización. Luego están también los signos propios de Francisco. Hasta ahora no hay ninguna encíclica, pero él habla con sus gestos, que son proféticos, en el sentido de que marcan un horizonte teológico pastoral, y eso también habla de cambios, de una Iglesia cercana, que acude a las periferias, de ternura y misericordia…

– ¿Qué cuestiones concretas puede insuflar ese espíritu de Aparecida a la Iglesia universal?

– Poder vivir la misión desde la comunión. Eso fue Aparecida. Un pueblo que vive la fe en comunión con sus pastores.

Santiago Silva, obispo Chile secretario general del CELAM

Santiago Silva y José Lorenzo

– ¿Estaba la Iglesia muy necesitada de comunión?

– Sí. Estábamos viviendo en una Iglesia muy fragmentada, en donde los énfasis eran más importantes que el núcleo. Así, para unos, el énfasis sacramental es más importante que el carismático, o el énfasis jerárquico es más importante que el solidario… y polarizamos a la Iglesia con cosas que van más a lo externo que al núcleo, y el núcleo es que si Cristo se encarnó, fue para regalarnos la comunión con Dios, con los demás y con nosotros mismos. No hay nada que sea más comunión que el Hijo de Dios tome nuestro ser.

Lo que también Aparecida puede ofrecer a la Iglesia universal es de carácter pastoral. Es importante trabajar procesos pastorales. No es que no lo hagan otras Iglesias, pero que se evidencie, que no somos una pastoral de eventos, sino que hay procesos metodológicos que responden al Evangelio de Jesucristo, y este es respuesta a las necesidades de las personas. Cuando eso se produce, la pastoral se vuelve significativa y pertinente. Esa pastoral que provoca el diálogo es también una riqueza de la Iglesia latinoamericana.

En este proceso es muy importante mirar el mundo con simpatía y empatía. En el mundo no se encuentra el mal y en la Iglesia el bien; en el mundo no está la oscuridad y en la Iglesia la luz; en la Iglesia hay también elementos oscuros, que no son la verdad de Jesucristo. En la tarea de anunciarlo, se tata de purificar la vida, las estructuras y dialogar con las realidades del mundo, sean o no cristianas, porque en ellas hay semillas del Verbo. Pero para dialogar, se necesita simpatía y empatía.

En el nº 2.847 de Vida Nueva.

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