Unos 800 pequeños de toda la diócesis respondieron a la llamada de Julián Barrio
F. OTERO. Foto: MIGUEL CASTAÑO | El arzobispo de Santiago de Compostela, Julián Barrio, viene reuniéndose desde hace varios meses con los distintos sectores de la pastoral diocesana con motivo del Año de la fe. Familias, jóvenes, educadores, sacerdotes y universitarios han tenido sus encuentros. Solo faltaban los más pequeños, y, por ello, la Delegación de Infancia y Juventud y el Seminario Menor se encargaron de que “don Julián”, como todos le llaman, y los niños tuvieran un espacio para celebrar la fe.
Y así fue como el pasado 1 de mayo, más de 800 niños, acompañados por padres y catequistas, llenaron el Seminario Menor de Santiago, para participar en el I Encuentro Diocesano de Niños, en lo que fue una “experiencia preciosa”, tal y como dijo en Popular TV el delegado de Pastoral Juvenil, Javier García.
Según explica a Vida Nueva uno de los organizadores, Santiago Romero, joven sacerdote y formador del Seminario Menor, el esquema del encuentro fue muy sencillo, pero también muy variado. “A medida que los grupos iban llegando, tuvieron la oportunidad de saludar a Julián Barrio, para luego entrar en una acogida festiva con cantos y animación. Después, divididos en cuatro grupos, participaron en distintas experiencias cuyo hilo conductor era el lema del encuentro: Queremos ver a Jesús. Así, pasaron por juegos de cooperación, una entrevista en la que los niños iban lanzándole al obispo preguntas sobre Jesús Eucaristía, la representación teatral de algunas parábolas…”.
“Tras la comida llegó el momento de Los Amigos de Jesús; cada grupo participó en alguno de los talleres sobre figuras destacadas que quisieron seguir a Jesús: san Juan Bosco, san Francisco de Asís; la beata Laura Vicuña, san Juan de Ávila (cuyas reliquias estaban entre nosotros), san Ignacio de Loyola, Iqbal Masih, Baden Powell y Baltasar Pardal (sacerdote diocesano en proceso de beatificación). La jornada concluyó con la celebración de la Eucaristía en la catedral”, añade.
El balance es positivo, sobre todo por la respuesta. “Siendo el primer año que se realizaba, la acogida ha sido esperanzadora. De hecho, estamos animados para que encuentros de estas características se repitan en años sucesivos y cada vez se vayan sumando más niños. A juzgar por lo contentos que se fueron tanto ellos como sus responsables, seguro que la cifra seguirá creciendo”, concluye Romero.
En el nº 2.847 de Vida Nueva.
