Andreotti, el “cardenal externo”

Giulio Andreotti recibe la comunión de papa Benedicto XVI octubre 2006
Giulio Andreotti recibe la comunión de papa Benedicto XVI octubre 2006

Andreotti y Benedicto XVI, en 2006

ANTONIO PELAYO, corresponsal de Vida Nueva en ROMA | Ha desaparecido Giulio Andreotti, il divo, para los cinéfilos. Discutida pero indiscutible figura política de la Italia del último siglo. “Cardenal externo”, como le calificaban sus amigos del otro lado del Tíber, cercano a los últimos seis papas, que le consultaban asuntos de política exterior, en la que era una consumado experto.

El título de uno de sus libros, El poder desgasta… pero es mejor no perderlo (Rizzoli, 1990) lo define. En él recoge algunas de sus múltiples y repetidas battute (ocurrencias, según el diccionario).

Selecciono algunas de ellas: “Yo no tengo programas personales, sino aspiraciones. Es más, una sola: morir en gracia de Dios lo más tarde posible” (había cumplido los 94 años); “Cuanto mejor conozco a algunas señoras, entiendo más el celibato eclesiástico”; “Tenía un altísimo sentido de la familia. Era bígamo y algo más”; “La humildad es una virtud estupenda, pero no cuando se rellena la declaración de la renta”; “Cuando se piensa mal del prójimo, se peca pero se adivina”.

Lo de manca finezza (falta finura) se le ocurrió cuando un político español se presentó con un traje de pana a una reunión internacional.

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