Una parroquia más misionera, reto del Episcopado brasileño

Sergio Castriani, obispo de Brasil, en la 51 Asamblea General del Episcopado abril 2013

La “comunidad de comunidades”, tema central de la última Asamblea

Sergio Castriani, obispo de Brasil, en la 51 Asamblea General del Episcopado abril 2013

El obispo Sergio Castriani

GRAZIELA CRUZ. BRASIL | El pasado abril, la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB) celebró en el santuario de Aparecida su 51 ª Asamblea General, centrada en el tema Comunidad de comunidades: una nueva parroquia. En ella, los más de 350 prelados reunidos pusieron de manifiesto la preocupación de la Iglesia en el ámbito de la evangelización y la misión, por la que, junto con la familia, consideran un espacio importante de la experiencia de fe y de la vida en comunidad: la parroquia.

El arzobispo de Manaus (Amazonas) y presidente del Comité para el Tema Central, Sergio Castriani, desveló que el texto discutido y aprobado será enviado a las parroquias, comunidades y áreas regionales de la CNBB, para que todos los fieles participen en el debate.

En el documento publicado, los pastores reconocen que las parroquias son comunidades con ricas experiencias, a menudo muy distintas. Castriani recordó que “hay parroquias y comunidades interesadas en la evangelización, la catequesis y la iniciación a la vida cristiana y la perspectiva bíblica. Muchas parroquias con una liturgia viva y participativa, así como otras comunidades con servicios para jóvenes y que despiertan ministerios laicos. Tenemos parroquias con sus consejos parroquiales, así como grupos que participan activamente en la vida parroquial”.

Para el presidente de la CNBB, Raymundo Damasceno Assis, por su parte, “es necesario que los grupos se unan en el conjunto de la parroquia, especialmente en la periferia. La parroquia debe ser misionera, y no solo un proveedor de servicios. Tiene que ir al encuentro de la gente”.

Indígenas y jóvenes pobres

Además de la renovación parroquial, en la agenda de la Asamblea figuraban otros temas, como la Propuesta de Enmienda Constitucional (PEC), que transfiere al Congreso la decisión sobre la demarcación de las tierras indígenas, o la reducción de la edad de responsabilidad penal, asuntos a los que la CNBB se ha opuesto.

Según el documento episcopal, la demarcación, reconocimiento y titulación de los territorios indígenas es un deber constitucional del Poder Ejecutivo. “Por ser un tema técnico –advierte–, requiere estudios antropológicos, etno-históricos y cartográficos. No debe ser transferido al Poder Legislativo”. Sobre la reducción de la edad de responsabilidad penal, los obispos afirman en un comunicado que esta medida castiga sobre todo a jóvenes pobres, negros y que viven en suburbios. Y que, contrariamente a lo que se propone, los niños, adolescentes y jóvenes necesitan “ser reconocidos como sujetos de la sociedad, que merecen atención, respeto, aceptación y oportunidades”.

La fuga de católicos hacia otras religiones y el porcentaje de los que dicen que han “perdido la fe” también fueron protagonistas de la Asamblea. Más que por la deserción, la jerarquía se muestra preocupada por la cantidad de seguidores que justifican el cambio argumentando que han encontrado en otras comunidades un Jesús que la fe católica no les mostró. Los prelados contaron con el análisis del jesuita Thierry Linard de Guertechin, del Instituto Brasileño de Desarrollo (IBRADES), sobre la disminución en el porcentaje de católicos.

Según el censo de 2010, del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), el 64,4% de la población profesa la fe católica. En cuanto al porcentaje restante, se reparte así: evangélicos, 22,2%; sin religión, 8%; seguidores de otras religiones, 3%; y espiritistas, 2%.

Aunque no se trata de un fenómeno nuevo, ya que el descenso en el número de fieles viene desde 2000, cuando había un 73,6% de católicos, la Iglesia sigue buscando las causas y nuevas formas de emprender una evangelización que alcance a la gente en los cuatro puntos cardinales del país.

Los preparativos de la JMJ de Río, a buen ritmo

En la Asamblea de la CNBB, se habló de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Río de Janeiro en julio. Los organizadores esperan la visita de una comisión vaticana que fijará los compromisos del papa Francisco en Brasil, que, en su primer viaje apostólico internacional, acudirá también a otras ciudades del país.

El arzobispo anfitrión, Orani J. Tempesta, explicó que los preparativos del encuentro van por buen camino, pero que aún queda mucho por hacer, y destacó que la mayor preocupación es la movilidad de los peregrinos. Para paliar este problema, se reservarán los grandes desplazamientos de jóvenes para los actos centrales de la JMJ, cuando el Papa esté presente.

En el nº 2.846 de Vida Nueva.

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