La crisis que ha cambiado España

Aunque la economía se recupere, varios indicios advierten que la sociedad no será la misma

grupo de personas se manifiestan en la calle mientras un hombre busca en un contenedor

JOSÉ LUIS PALACIOS | España está experimentando cambios muy profundos, posiblemente más que cualquier otro país de nuestro entorno. “La intensidad de los procesos actuales, que afectan a todos los elementos del sistema, así como su prolongación en el tiempo, nos sugieren la necesidad de concebir esta crisis no como un mero fenómeno coyuntural, cuyos efectos corregirá el cambio de ciclo, sino más bien como un proceso de transformación estructural en el que las principales características de nuestro modelo social podrían estar cambiando, posiblemente a peor”, sostiene Miguel Laparra, profesor de la Universidad de Navarra.

La profundidad de los fenómenos que recorren el país tampoco pasa desapercibida para la profesora de Moral Social en el Instituto Superior de Ciencias Religiosas de Barcelona, y miembro de Cristianismo y Justicia, Dolors Oller. “Vivimos un momento de transformación vertiginosa del que forman parte las crisis que padecemos; porque la crisis en la que nos hallamos inmersos es sistémica y no solo económica. Nuestra crisis tiene múltiples vertientes: tiene una clara dimensión ecológica y también se deja sentir en el ámbito cultural, social, político, institucional y personal”, asegura.

Aunque es ahora cuando más se hacen notar los peores efectos de la crisis, el catedrático de Economía de la Universidad Juan Carlos I, y colaborador de la Fundación Foessa, Luis Ayala, hace notar la continuidad del fenómeno: “Desde hace más de una década no han dejado de crecer los niveles de vulnerabilidad social –ya presentes cuando la economía y el empleo crecían a un ritmo elevado–, transformándose en la crisis en situaciones de pobreza y exclusión social. La generación de nuevas formas de exclusión es uno de los rasgos distintivos de este nuevo modelo social, así como la generalización de situaciones de frustración y resignación frente a lo que está pasando”.manifestación ciudadana grupo de personas piden dignidad carteles

Incluso el sociólogo Amando de Miguel –muy crítico con los estudios que se fijan en la desigualdad por “estar ideologizados”–, y a pesar de reconocer que “hoy somos más pobres”, admite que “estamos en un cambio de época” de dimensiones que compara con la caída del Imperio Romano y el paso a la Edad Media: “Asistimos al fin de un ciclo histórico de 500 años, a un verdadero cataclismo, sin saber lo que vendrá”, afirma. La transformación en España estaría además acelerada, según su parecer, por la coincidencia de otras dos crisis: “La del ciclo económico de corto recorrido y la del sistema político surgido de la Constitución de 1978”.

Una sociedad quebrada

La percepción de estar asistiendo a una transformación de gran calado le permite al sociólogo y director del Instituto Universitario de la Familia de la Universidad de Comillas, Fernando Vidal, decir que “se ha quebrado la sociedad, y en parte el Estado, con una deslegitimación muy profunda, con lo que el propio contrato social se está resquebrajando”.

Para el investigador Laparra, “lo más preocupante es la fractura social abierta en nuestro modelo de convivencia, su influencia en la configuración de una comunidad donde un sector importante se está quedando absolutamente al margen”.

Laparra es uno de los responsables del informe Crisis y fractura social en Europa. Causas y efectos en España, coordinado junto con la también profesora de la Universidad de Navarra, Begoña Pérez, con financiación de la Obra Social “la Caixa”.

Este estudio evidencia el impacto que la crisis está teniendo ya en nuestro nivel de bienestar, pero también en la configuración de nuestra sociedad. El futuro estará fuertemente condicionado por las decisiones que hoy se están tomando. En opinión de Ayala, “el desempleo prolongado, la pobreza y la vulnerabilidad dejan secuelas sociales importantes, con costes en términos de equidad. Cuando se producen estas situaciones, las personas más vulnerables pueden entrar en un proceso de pérdida de relaciones sociales, estado de salud, participación… difícilmente reversible”.

Más sobre las consecuencias del paro en España, la crisis del Estado del bienestar, el aumento del sufrimiento social y la frustración, el riesgo de perder valores democráticos esenciales y algunas pistas para posibles soluciones, en el reportaje completo, solo para suscriptores.

La crisis que ha cambiado España [íntegro]

En el nº 2.846 de Vida Nueva.

 

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