La Iglesia venezolana llama a la reconciliación del país

disturbios y enfrentamientos violentos en Venezuela tras elecciones presidenciales abril 2013

Se agudiza la polarización en la sociedad tras las elecciones presidenciales

disturbios y enfrentamientos violentos en Venezuela tras elecciones presidenciales abril 2013

La violencia en las calles ha causado siete muertos y decenas de heridos

J. L. CELADA | Apenas tres días después de celebrarse las elecciones presidenciales en Venezuela (14 de abril), la directiva de la Conferencia Episcopal dio a conocer un comunicado Por la paz social y política del país en el que reitera su llamamiento “a la convivencia pacífica y a la reconciliación”, tras los graves disturbios que se produjeron en diversas ciudades una vez conocido el resultado de los comicios.

Los datos ofrecidos por el Consejo Nacional Electoral otorgaron el triunfo por un estrecho margen (poco más de 200.000 votos) al candidato chavista, Nicolás Maduro, sobre el opositor Henrique Capriles, “manifestando así la aguda polarización que afecta a la sociedad venezolana”, lamentan los obispos.

Aunque reconocen que la jornada electoral fue “una contundente manifestación de la voluntad de nuestro pueblo de mantener la vigencia del sistema democrático”, los prelados advierten que “la paz social y política del país reclama el recíproco reconocimiento de estos dos sectores mayoritarios del pueblo venezolano, pues el desconocimiento hará inviables tanto los planes del Gobierno como los aportes alternativos de la otra parte”. En este sentido, creen que el diálogo entre ambas partes es “un compromiso imprescindible y urgente”. Y el propio Episcopado se ofrece para facilitarlo.

La auditoría de todas las papeletas solicitada por la oposición, que, en principio, el presidente electo aceptó públicamente, derivó, sin embargo, en enfrentamientos que se saldaron con siete muertos y decenas de heridos. Unos “hechos delictivos” que la jerarquía católica deplora, al tiempo que exhorta a los líderes políticos a “desterrar el lenguaje ofensivo, denigrante e incendiario”. Porque, si bien “la protesta justa y pacífica es un derecho civil que no puede ser conculcado ni reprimido”, los firmantes de la nota rechazan “absolutamente cualquier tipo de violencia”.

Finalmente, como “pastores y servidores” de todos los católicos venezolanos, invitan a sus compatriotas a que “nos reconozcamos unos a otros como conciudadanos en igualdad de derechos, y recuperemos la capacidad de diálogo y encuentro, superando lo que nos divide”. “Perdonar sin reservas, insisten ellos, y “luchar para que prevalezca la unión sobre la división, el amor sobre el odio, la paz sobre la violencia y la vida sobre la muerte”, es obligación de todos los cristianos.

En el nº 2.845 de Vida Nueva.

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