Escuela de Verano ‘San Viator’, o cuando los profesores son una familia

Valladolid acogerá a un centenar de docentes en la 25ª Escuela de Verano ‘San Viator’

Escuela de Verano para profesores de colegios San Viator

Los profesores Paquita, María Elena, José Antonio y Tomás

MIGUEL ÁNGEL MALAVIA | Aunque pueda parecer una escena de película, no es tan alejada de la realidad la imagen que evoca el día en que un curso escolar toca a su fin y llegan las tan ansiadas vacaciones de verano: los alumnos salen disparados y, en medio de un ensordecedor estruendo, cruzan la puerta del centro a trompicones. Atrás quedan los profesores, que salen después de ellos, arrastrando un gesto de cansancio… y alivio.

Sea más o menos fiel esta escena a la que se da en nuestros colegios e institutos una vez que cierran sus aulas hasta septiembre, lo cierto es que una de las frases más repetidas por todos es: “Necesitamos recargar las pilas”.

Sin embargo, hay excepciones, como la que se da en la Escuela de Verano ‘San Viator’, donde un centenar de docentes (trabajadores todos ellos en los seis centros de los que dispone hoy en España la congregación religiosa de los Clérigos de San Viator) se dan cita cada año al final del curso para, precisamente, recargar las pilas todos juntos. ¿Cómo? Trabajando, rezando y compartiendo.

La experiencia fue impulsada por José Luis Céspedes y un grupo de profesores del colegio de San Viator de Madrid, y se ha consolidado el tiempo. La próxima cita, que se celebrará en Valladolid del 28 al 30 de junio, será ya su 25ª edición. Escuela de Verano para profesores de colegios San Viator

Cristianos preparados

La idiosincrasia de la Escuela de Verano se percibe en un encuentro de Vida Nueva con cuatro de sus docentes en el madrileño Colegio Nuestra Señora de Fátima, quienes nos recuerdan que pronto se cumplirán 110 años del inicio de este carisma por Luis Querbes, el cual, en la Francia que salía de la Revolución, quiso apostar por un modelo de escuela que nutriera a las parroquias de cristianos preparados para interactuar con el mundo de cada época.

La perspectiva más amplia es la de Paquita Álvarez, quien se acaba de prejubilar, pero no se perderá la Escuela de Verano, que será la de su despedida: “He sido participante, organizadora, ponente… Pero, antes que nada, he convivido con compañeros a los que ves una vez al año y con los que acabas formando una gran familia. Hacemos muchas cosas, pero, sobre todo, nos divertimos juntos”.

Una idea que recalca con mucho énfasis Tomás Collado, viator asociado, para el que esta será su séptima edición: “El objetivo de la convivencia en sí, que es uno de los principales, es siempre más que cumplido. No se trata tanto de aprender o compartir experiencias, que también. Pero con lo que todos nos quedamos es con las anécdotas, con los ratos pasados juntos”.

Más sobre los objetivos y el desarrollo de la Escuela de Verano, testimonios de participantes, el carisma viatoriano y la misión compartida con los laicos, en el reportaje completo, disponible solo para suscriptores.

Escuela de Verano ‘San Viator’, o cuando los profesores son una familia [íntegro]

En el nº 2.844 de Vida Nueva.

Compartir