El Episcopado boliviano, preocupado por los presos y la violencia familiar

Óscar Aparicio, presidente de la Conferencia Episcopal de Bolivia

En su Asamblea también se habló del TIPNIS o la inseguridad

Óscar Aparicio, presidente de la Conferencia Episcopal de Bolivia

RONALD GREBE. LA PAZ | Al concluir su XCV Asamblea Ordinaria en Cochabamba, los obispos de Bolivia expresaron su preocupación por diversos temas de la realidad nacional, como la situación de las cárceles y los reclusos, el TIPNIS (Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure), la violencia familiar y la inseguridad ciudadana. Además de llamar la atención sobre el riesgo del don de la vida, exhortaron a los diferentes sectores en conflicto a que depongan actitudes de violencia y pidieron al Gobierno de Evo Morales más atención para los presos.

El secretario general de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB), Eugenio Scarpellini, leyó el mensaje final, en el que la Iglesia alerta ante “intentos que atentan contra el derecho a la vida”, que pretenden “promover leyes de formulaciones ambiguas sobre la vida, la juventud, el matrimonio y la familia”.

Tras valorar la lucha contra el flagelo de la violencia, “que daña especialmente a mujeres y niños”, los prelados señalaron que es “totalmente necesario impulsar un cambio de mentalidad”. En una sociedad “marcada por el machismo y la tolerancia al alcoholismo”, los obispos piden la puesta en marcha de “mecanismos de prevención, involucrando a la familia, a la comunidad educativa y a toda la sociedad”.

El presidente de la CEB, Óscar Aparicio, recordó que la violencia e inseguridad ciudadana que se sufre en muchos lugares de Bolivia es un problema que preocupa mucho a la Iglesia, por lo que “debemos redoblar esfuerzos para que nos ayudemos mutuamente, y también las instancias gubernamentales deben aportar para lograr justicia, paz y seguridad en nuestro país”.

El Episcopado respondió también a alguna alta autoridad gubernamental, que tildó de mentirosa a la Iglesia e involucró al Vicariato Apostólico del Beni como gran propietario de tierras en el TIPNIS, cuando se hicieron públicos los resultados de la visita que una comisión mixta de la Asamblea de los Derechos Humanos y la propia Iglesia realizó a 36 comunidades del TIPNIS. Se trata de “acusaciones falsas –defendió el mensaje– que se han vuelto a reiterar, a pesar de que se habían desmentido claramente”.

Frente a la dramática realidad de los presos en el país, para los que ya habían solicitado un gesto humanitario (indulto o amnistía) en anteriores mensajes, los pastores confían en que “más hermanos detenidos puedan recuperar la libertad, hecho que tendría más eficacia si fuera acompañado por la agilización de los procesos judiciales”, al tiempo que pidieron una mejora de los centros penitenciarios.

En profunda sintonía con el papa Francisco, que tanto insiste en que se ponga en práctica la misericordia, llamaron a que “los sectores y grupos que tengan conflictos y que recurren a la pretendida ley del más fuerte depongan actitudes de enfrentamientos y de búsqueda de solución por la violencia, y que más bien pongan su confianza en la fuerza del diálogo, el perdón y la reconciliación”.

En el nº 2.844 de Vida Nueva.

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