Abraham Skorka: “Bergoglio llevó adelante una revolución interna”

Rector del Seminario Rabínico Latinoamericano y amigo personal de Francisco

Abraham Skorka, rabino de Buenos Aires

MARCELO ANDROETTO | El Seminario Rabínico Latinoamericano, en Buenos Aires, está conmocionado. Su rector, Abraham Skorka, no para de recibir a medios extranjeros y nacionales. No es para menos: el cardenal Jorge Mario Bergoglio, con el que escribió un libro y compartió un programa televisivo, devino en el papa Francisco. Y el rabino, con generosidad, pasa revista a una relación entre dos amigos, que es signo de encuentro entre el catolicismo y el judaísmo.

– ¿Cómo conoció a Bergoglio?

– En un Tedeum, al que iba como representante del culto israelita. Previo a su comienzo, el entonces arzobispo de Buenos Aires se acercó a conversar con los invitados de los distintos credos y nos preguntó por nuestros equipos de fútbol. Eso era algo muy característico suyo y recuerdo que pensé: “Este hombre me quiere tender un puente”. En otra ocasión estábamos parados, siguiendo el protocolo, y yo me acerco para decirle algo del versículo que él citó en la homilía. Él me miró profundamente a los ojos y me dijo: “Creo que este año vamos a comer sopa de gallinas”, en referencia a que yo soy hincha del River y él del San Lorenzo. Yo percibí un metamensaje: “Si quieres hablar conmigo, la puerta está abierta, hablemos en un diálogo directo, hagámonos chistes”.Abraham Skorka, rabino de Buenos Aires, con cardenal Jorge Mario Bergoglio

– ¿Qué jalones hubo con el ahora Papa?

– Tuve el honor de que me pidiera escribir el prólogo del libro El jesuita, y que estuviera en el estrado cuando la Universidad Católica Argentina (UCA) me distinguió con el doctorado honoris causa el año pasado, al cumplirse los 50 años del comienzo del Concilio Vaticano II, lo cual significó un gesto histórico para la comunidad judía. Gente que conoce la UCA me decía: “Este acto, hace diez años, no podría haberse hecho”. Tuvo que acaecer una revolución, en el sentido de cambio, y la revolución la hizo Bergoglio. Cuando yo le agradecí por su gestión, él me contestó, fiel a su estilo: “Yo no hice nada, usted se lo merece”.

– ¿Cómo reaccionó cuando se enteró de que tenía un amigo papa?

– Estaba frente al televisor, fue una emoción muy grande. A mí no me sorprendió. Le dije a mi mujer: “Tuve razón”. Y cuando lo vi en el balcón de la basílica, pensé: “Mi amigo está ahí”. En nuestro programa nos teníamos que mirar permanentemente, nos ayudábamos con la mirada, y en el televisor, ese día, estaba esa mirada de cariño. Sentí también que perdí la presencia de alguien. Porque sabíamos que el uno podía contar siempre con la presencia del otro.

– En pocas palabras, ¿cómo describiría a Jorge Mario Bergoglio?

– Es un hombre de Dios, que vive la vida al servicio de Dios, en el entendimiento de que se sirve a Dios solamente a través del servicio al prójimo.

– ¿Espera nuevos avances en el campo interreligioso?

– No tengo dudas de que va a ser uno de sus desafíos y que va a tender un puente no solo con el judaísmo, sino también con el islamismo, con todos.

Más sobre la relación personal con Bergoglio, los gestos del cardenal para con otras religiones, sus primeros momentos como Papa y las posibilidades que tiene de hacer cambios profundos en la Iglesia, en la entrevista completa, disponible solo para suscriptres.

Entrevista con Abraham Skorka [íntegra]

En el nº 2.844 de Vida Nueva.

 

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