Francisco va más allá de los gestos y ya gobierna

papa Francisco y fray José Rodríguez Carballo audiencia privada 8 abril 2013

El franciscano José Rodríguez Carballo, nuevo secretario para la Congregación de Vida Consagrada

papa Francisco toma posesión como obispo de Roma en Basílica San Juan de Letrán 7 abril 2013

El Papa, en la Basílica de San Juan de Letrán el 7 de abril

José Rodríguez Carballo, nuevo secretario del dicasterio vaticano para la Vida Consagrada

ANTONIO PELAYO. ROMA | El papa Francisco ya gobierna, y lo hace con tino jesuítico y discreción franciscana. Apenas un mes después de ser elegido obispo de Roma, el que fue arzobispo de Buenos Aires nombró a su sucesor en la capital argentina y al secretario del estratégico dicasterio para la Vida Religiosa. Ha confirmado, igualmente, la línea de “tolerancia cero” de su predecesor, Benedicto XVI, en el escándalo de la pederastia de algunos sectores del clero católico.

Antes de desarrollar en nuestra crónica estos temas, tenemos que referirnos a la toma de posesión del obispo de Roma de “su” catedral, la Basílica de San Juan de Letrán, que tuvo lugar el domingo 7 de abril; hubiera podido realizarse el Jueves Santo con la misa in coena Domini, pero Bergoglio prefirió celebrarla en la cárcel para menores de Casal del Marmo.

Ese primer domingo de abril –octava de la Pascua y festividad litúrgica de la Divina Misericordia, por decisión del beato Juan Pablo II– volvió a probar la extraordinaria capacidad de convocatoria del Papa argentino: 200.000 personas acudieron a escucharle a la hora del Regina Coeli en la Plaza de San Pedro, y pocas horas después eran otras 100.000 las que le esperaban en la Piazza de San Giovanni in Laterano, para su entrada en la basílica.

Basílica de San Juan de Letrán en la toma de posesión papa Francisco 7 abril 2013

Aspecto de la Basílica de San Juan de Letrán

“La Iglesia –dijo poco después de las doce de la mañana, desde la ventana del estudio privado en el Palacio Apostólico– es mandada por Cristo Resucitado a transmitir a los hombres la remisión de los pecados y así hacer crecer el Reino de Dios, sembrar la paz en los corazones para que se afirme también en las relaciones, en la sociedad, en las instituciones… No debemos tener miedo a ser cristianos y vivir como cristianos. Tenemos que tener la valentía de ir y anunciar a Cristo Resucitado, porque Él es nuestra paz. Él ha hecho la paz con su amor, con su perdón, con su sangre, con su misericordia”.

Pocas horas después, una compacta multitud se había congregado de nuevo en la plaza que se abre ante la Basílica de San Juan de Letrán. El Papa pudo saludar a las decenas de miles de presentes dando una vuelta en su jeep descapotable, desde el que no dejó de bendecir a los fieles mientras besaba a los niños que los hombres de su escolta le acercaban; en un momento, también hizo parar el coche para saludar a un ciego. Finalizado el recorrido en la plaza, hizo su entrada en el templo, donde le esperaban algunos millares de fieles, una docena de cardenales, con el decano, Angelo Sodano, a la cabeza; el alcalde de la ciudad, Gianni Alemanno; el ministro y fundador de Sant’Egidio, Andrea Riccardi; y, naturalmente, su vicario, el cardenal Agostino Vallini.

Revestido con los ornamentos en él ya habituales (la casulla y la mitra blancas, con unas cenefas de terciopelo marrón), se dirigió hacia el altar principal empuñando el báculo con el Cristo crucificado que en su día realizó para Pablo VI el escultor Lello Scorzelli, y que usaba habitualmente Karol Wojtyla. Al tomar posesión de la cátedra, estalló un estruendoso aplauso y, a continuación, el Papa recibió la promesa de obediencia de los diversos estamentos de la diócesis romana: vicarios y obispos auxiliares, sacerdotes, religiosas y religiosos, diáconos permanentes, seglares y movimientos juveniles.papa Francisco firma escayola a una niña

Toda la homilía giró en torno a la misericordia y a la paciencia de Dios con nosotros: “Dios responde a nuestra debilidad con su paciencia y este es el motivo de nuestra confianza, de nuestra esperanza. Es como un diálogo entre nuestra debilidad y la paciencia de Dios… Quisiera subrayar otro elemento: la paciencia de Dios debe encontrar en nosotros la valentía de volver a Él a pesar de los errores y pecados que pueda haber en nuestra vida”.

Tolerancia cero con los abusos

El viernes 5 de abril tuvo lugar la audiencia papal con el prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el arzobispo alemán Gerhard Ludwig Müller. “En el curso de la misma –según el comunicado del citado dicasterio–, se han tratado diversos temas que son de su competencia, y el Santo Padre ha recomendado de modo especial que la congregación, continuando en la línea querida por Benedicto XVI, actúe con decisión en todo lo que se refiere a los casos de abusos sexuales, promoviendo por encima de todo las medidas de protección de los menores de edad, la ayuda a cuantos hayan sufrido en el pasado tales violencias, los procedimientos debidos respecto a los culpables y el compromiso de las conferencias episcopales en la formulación y actualización de las directrices necesarias en este campo tan importante para el testimonio de la Iglesia y su credibilidad. El Santo Padre ha asegurado que, en su atención y en su oración por los que sufren, las víctimas de los abusos están presentes de un modo especial”.

El comunicado, que hemos reproducido íntegramente, es importante por lo que dice y por lo que no dice. Francisco confirma sin la menor ambigüedad la línea de ‘tolerancia cero’ ya proclamada por Joseph Ratzinger contra los criminales autores de los actos de pedofilia; es decir, cooperar con la justicia civil y aumentar el número de años antes de que entre en vigor la prescripción de dichos delitos.

Por otra parte, recuerda a las conferencias episcopales la obligación de adoptar las directrices emanadas por Roma para actuar en tan delicado campo; en este momento, solo el 70% de las existentes en el mundo (113, según el Anuario Pontificio) lo han hecho. La mayoría de las que no han cumplido con esta obligación son de países africanos.papa Francisco abraza a un niño enfermo

Es igualmente significativo que el comunicado que informa sobre la reunión entre el Papa y el cardenal no haga la más mínima alusión al otro dossier caliente que sigue en manos de la Congregación para la Doctrina de la Fe: la amenaza de cisma consumado por parte de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X. Parece plausible interpretar que Bergoglio o no considera prioritario el asunto o piensa que Roma ha hecho ya todo lo necesario para clarificar la situación sin obtener de los lefebvristas una respuesta definitiva, aunque esta fuese negativa.

Elogio al papel de la mujer

Ahora que los discursos del Papa son mirados con lupa, no han pasado desapercibidas las palabras que pronunció el miércoles 3 de abril durante la audiencia general, en la que hizo un elogio del papel de la mujer en la transmisión de la fe.

Basándose en el pasaje evangélico que relata cómo fueron mujeres las primeras en acoger el misterio de la Resurrección del Señor y en transmitirlo, dijo: “En los Evangelios, las mujeres tienen un papel primario, fundamental. Aquí podemos identificar un elemento a favor de la historicidad de la Resurrección: si hubiera sido un hecho inventado, en el contexto de aquel tiempo no habría estado vinculado al testimonio de las mujeres. Los evangelistas, en cambio, narran sencillamente lo sucedido: las mujeres son los primeros testigos. Esto dice que Dios no elige según los criterios humanos: los primeros testigos del nacimiento de Jesús son los pastores, gente sencilla y humilde; los primeros testigos de la Resurrección son las mujeres, y esto es bello. Esta es, en cierto sentido, la misión de las mujeres; de las madres, de las mujeres. Dar testimonio a los hijos, a los nietos, de que Jesús está vivo, es el viviente”.

Nombramientos: Buenos Aires y Vida Consagrada

El primer nombramiento realizado por Francisco ha sido el de su sucesor en la archidiócesis bonaerense. El 28 de marzo nombró arzobispo metropolitano de Buenos Aires a Mario Aurelio Poli, hasta ahora obispo de Santa Rosa y quien en años pasados fue obispo auxiliar y vicario de la primera diócesis del país. Un “bergogliano ciento por ciento”, en opinión de José María Poirier, director de la revista Criterio.

papa Francisco y fray José Rodríguez Carballo audiencia privada 8 abril 2013

El Papa con Carballo en la audiencia privada el 8 de abril

A nivel de la Iglesia universal, el nombramiento más significativo fue, sin embargo, el dado a conocer el sábado 6 de abril: fray José Rodríguez Carballo, ministro general de la Orden Franciscana de los Hermanos Menores (OFM), era designado secretario de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, elevándole al título de arzobispo de Belcastro.

El puesto de secretario de dicha congregación (cuyo prefecto es el cardenal brasileño João Braz de Aviz) estaba vacante desde el cese, en octubre de 2012, del religioso redentorista Joseph W. Tobin, nombrado arzobispo de Indianápolis por presiones –se dijo entonces y nadie lo desmintió– de algunos cardenales norteamericanos, descontentos con que no se aplicase una política de mano dura con las “disidentes” monjas estadounidenses, agrupadas en la LCWR.

Aunque no solo por esto, la misión que el Papa pone ahora en las manos del franciscano orensano es delicada y altamente importante. No olvidemos que fray José fue nombrado, en noviembre del pasado año, presidente de la Unión de Superiores Generales (USG) y que, previamente, había sido elegido (en 2003) y reelegido (en 2009) ministro de su orden, que cuenta en la actualidad con unos 17.000 frailes. Tiene, pues, muy acreditadas cualidades como hombre de gobierno que sabe combinar la capacidad de mando con el diálogo y la aceptación de una cierta pluralidad. Sin caer en el tópico, es una encarnación muy elaborada de las mejores cualidades que distinguen a los gallegos.

Que no olvida sus raíces lo demuestra el que haya querido ser consagrado obispo en la catedral compostelana. La ceremonia tendrá lugar el 18 de mayo próximo y será presidida por el cardenal Tarcisio Bertone, sea este todavía o no secretario de Estado; cuestión sobre la que circulan en Roma versiones muy divergentes las unas de las otras.

En el nº 2.843 de Vida Nueva.

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