Francisco, Aparecida y la Nueva Evangelización

Óscar Elizalde

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El 28 de octubre de 2012, en la misa de clausura del Sínodo sobre la Nueva Evangelización, Benedicto XVI recordó que con la Misión Continental que ha promovido Aparecida, “la Iglesia ya ha emprendido un camino de creatividad pastoral”. Al evocar estas palabras, el Presidente del CELAM, Mons. Carlos Aguiar Retes, afirma que “son trazos que muestran cómo el Señor de la historia nos encomienda una gran tarea: fortalecer el camino de la Iglesia en América Latina y dar esperanza a la Iglesia universal desde la experiencia que se va consolidando con la Misión Continental”. Así comprende también la elección de Francisco, el primer papa latinoamericano, a quien describe como “un hombre de Dios, muy capaz, con una doble sensibilidad hacia la Iglesia y al servicio de la sociedad, y con una amplia experiencia pastoral en Buenos Aires, donde precisamente ha sido testimonio de estos incipientes caminos que estamos dando en el Continente de la esperanza y del amor”.

El mismo Bergoglio, en una entrevista que concedió cuando dejó la Presidencia de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) a finales de 2011, había manifestado que “el CELAM se ha transformado en algo inspirador. La última Conferencia del Episcopado en Aparecida es levadura de inspiración, es un llamado a la creatividad, marca líneas de acción misionera; no termina con un documento como las anteriores conferencias sino que culmina con una misión. Eso es muy importante”.

“Bergoglio se refleja muy bien en Aparecida”, aseveró recientemente Mons. Enrique Eguía, secretario general de la CEA (Vida Nueva No. 73). Y es que Aparecida está incrustada en la experiencia pastoral quien fuera uno de sus más importantes protagonistas y presidente de la Comisión de redacción del Documento conclusivo. El sacerdote Víctor Manuel Fernández, uno de los peritos de Aparecida invitados por el CELAM, comenta que “para Bergoglio el gran desafío era dejar que se expresaran todas las líneas, pero al mismo tiempo producir algo que no fuera muy diluido y que tuviera contundencia en algunos grandes temas que pudieran despertar interés y energía en los agentes de pastoral”. Evidentemente “el lenguaje y los acentos de Bergoglio están por todas partes, sin que el documento deje de ser una auténtica obra colectiva”, añade Fernández. En Aparecida ese fue su mayor servicio: acoger una polifonía de mentalidades y experiencias pastorales, para componer una “nueva sinfonía” que inspirara a los discípulos-misioneros y lanzara a la Iglesia latinoamericana por las sendas de la Misión Continental.

En este momento crucial de la Iglesia, el origen latinoamericano de Francisco es “un reconocimiento al camino hecho por la Iglesia en América Latina y el Caribe y al valor de la periferia en la construcción de la unidad eclesial; una entrada de aire nuevo que oxigenará el empeño de la Nueva Evangelización para la transmisión de la fe cristiana”, como lo manifestó la CLAR en su comunicado al nuevo Papa.

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