Expectativas de cambio

LALA FRANCO, periodista, miembro de Profesionales Cristianos (PX) |

Los primeros aires que ha traído este nuevo Papa resultan refrescantes. Hablar de pobreza y de servicio a los pobres y presentarse él mismo sencillo y cercano es como una brisa fresca en nuestra Iglesia, tan cargada del polvo del pasado y del aire estancado de prácticas poco evangélicas. Además, pasado el primer día y su cara de susto inicial, Francisco se encuentra a gusto en su cargo y se mueve con fluidez.

Ambos datos reabren grandes expectativas de cambio. Apuntan a que no le temblará la mano al reorganizar la Curia y replantear el gobierno de la Iglesia. Y a una Iglesia que quiere ser servidora de los hombres, especialmente de los pobres. Expectativas de cambio que pueden volverse en su contra si no se verifican en un plazo razonable. Y los tiempos en la Iglesia han sido siempre largos.

La cercanía a los pobres es todo un programa, pero hace tiempo que no se identifica solo con la caridad, sino con la exigencia de justicia, y eso es muy difícil. Defender a los débiles y a los olvidados tiene un gran coste. A ningún gobierno ni institución le gusta que le recuerden los datos de la pobreza. Y en muchos países, la defensa de las víctimas es algo que cuesta simplemente la vida.

La cercanía a los pobres es todo un programa,
pero hace tiempo que no se identifica
solo con la caridad, sino con
la exigencia de justicia, y eso es muy difícil.

De modo que si este papado es el de las Bienaventuranzas, con la Iglesia poniendo todo su peso a favor de la paz y de la defensa las víctimas, no será fácil. Una Iglesia más evangélica augura también tiempos menos cómodos.

Puede darse la paradoja de que estos tiempos nuevos los inaugure un papa conservador, que no se ha distinguido –al menos en público– por la defensa de las víctimas de la dictadura.

No puedo evitar pensar que es la hora de que dé fruto el sacrificio de tantos y tantos como han dado su vida por el Evangelio. Y de que la Iglesia sea de verdad de todos, y no el monopolio de grupos conservadores que han llenado estadios, pero han contribuido al desprestigio de la institución con su afición al poder y su falta de diálogo con el mundo moderno.

En el nº 2.841 de Vida Nueva.

NÚMERO ESPECIAL VIDA NUEVA: NUEVO PAPA

ESPECIAL WEB: PAPA FRANCISCO

Compartir