El Papa sencillo que llegó del sur del Sur

Los cardenales han buscado un buen pastor que impulse la nueva evangelización

Jorge Mario Bergoglio encuentro Pastoral Urbana Buenos Aires

CARLOS MARÍA GALLI, presbítero de Buenos Aires, asesor del Episcopado Argentino y del CELAM | En 2005, antes del cónclave, le entregué una carta manuscrita al cardenal Jorge Mario Bergoglio. Le decía que, así como en 1978 el papa vino del Este y se llamó Juan Pablo II, era tiempo de que llegara un papa del Sur. Fue elegido Benedicto XVI, quien completó la época de dos papados surgidos en el centro de Europa. Su enseñanza sigue resonando. Su última encíclica fue la lúcida renuncia, conforme con lo que siempre fue y pensó. Él abrió el espacio para una nueva etapa.

Desde el 11 de febrero, expresé que el nuevo papa, si salía de América Latina, iba a ser Bergoglio. Mantuve esta opinión hasta la mañana del 13 de marzo en la Facultad de Teología de la Universidad Católica Argentina, donde soy profesor desde hace décadas y fui decano de 2002 a 2008.

Me refiero solo a dos aspectos del papa Francisco. Llega del sur del Sur, “casi del fin del mundo”, con un consenso mayor a su predecesor. Se dice que fue elegido con más de 90 votos. Tiene una clara figura pastoral, manifiesta en sus gestos y sus palabras. Sin conocer detalles, sospecho que se ha buscado, entre otras cosas, un buen pastor que impulse la nueva evangelización.

En 2007, fui perito teológico en la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano en Aparecida (Brasil). Trabajé con Bergoglio en la elaboración del Documento de Aparecida (DA) porque él presidió la Comisión de Redacción. Fue elegido por amplia mayoría y despedido con un aplauso.

En 2012, se celebró en Roma la XIII Asamblea del Sínodo de los Obispos sobre la Nueva Evangelización. Los tres delegados de la Conferencia Episcopal Argentina, con el aval de su presidente, me pidieron que los acompañara como asesor. Como miembro del Equipo Teológico del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), fui requerido para servir a los sinodales latinoamericanos.

Cuando le comuniqué a mi obispo, Bergoglio, las razones que veía para dedicar meses a este servicio, le dije que era importante que la Iglesia de América Latina expresara su rostro y su voz porque la nueva evangelización es un desafío a todos los continentes, de un modo especial a los que están en el Sur. Le expresé que había curiales romanos y obispos europeos que querían centrar el diálogo en la crisis que afecta directamente a Europa para, desde allí, bajar línea a las otras Iglesias.

Bergoglio me llamó rápidamente y me animó a colaborar sobre todo por esta última razón. El Sínodo nos confirmó: no fue solo para la nueva evangelización de Europa, sino de los cinco continentes, porque la situación europea no es el desafío mayor que tiene la Iglesia.

El Papa sencillo que llegó del sur del Sur, íntegro solo para suscriptores

En el nº 2.841 de Vida Nueva.

 

NÚMERO ESPECIAL VIDA NUEVA: NUEVO PAPA

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