El papa Francisco inicia su pontificado: “El verdadero poder es el servicio”

En su homilía, llama a custodiar la creación y a los hombres, sobre todo los más pobres

papa Francisco misa inicio Pontificado entrega del anillo del pescador

Entrega del anillo del pescador al papa Francisco

MIGUEL ÁNGEL MORENO | La “custodia” de Jesús que hizo san José desde su papel en la Sagrada Familia ha sido el eje de la homilía del papa Francisco en la misa de inicio de su pontificado, ante una Plaza de San Pedro llena para escucharlo y en la que la climatología ha respetado la celebración. Y una idea insistente: el “servicio humilde, concreto, rico de fe” como guía para el ministerio petrino.

“Nunca olvidemos que el verdadero poder es el servicio, y que también el Papa, para ejercer el poder, debe entrar cada vez más en ese servicio que tiene su culmen luminoso en la cruz”, expresó Francisco en su homilía, breve pero no improvisada como en otras ocasiones, ya que esta vez sí que llevaba un guión escrito.

Y en varias ocasiones insistió: “Custodiar a Jesús con María, custodiar toda la creación, custodiar a todos, especialmente a los más pobres, custodiarnos a nosotros mismos; he aquí un servicio que el Obispo de Roma está llamado a desempeñar, pero al que todos estamos llamados”.

Recibido con entusiasmo

El día comenzó temprano, con una primera aparición por la Plaza vaticana antes de las nueve de la mañana. Subido en un jeep descapotable, el Pontífice se mostró entre los fieles que estaban congregados en la Plaza para asistir a la misa.

Francisco saludó a los presentes, besó a algún niño que fue aupado al vehículo e incluso llegó a detener la marcha del transporte para bajarse a saludar a una persona enferma que era sostenida por una pareja joven.

A continuación, y ya dentro de la basílica vaticana, Francisco oró ante la tumba del apóstol Pedro, que fue cabeza de la Iglesia, y emprendió después la procesión con los cardenales, hacia el altar dispuesto en la escalinata vaticana frente a la Plaza y la Vía de la Conciliación.

El palio y el anillo del pescador

Ya en el pedestal destinado a la eucaristía, el cardenal protodiácono, Jean-Louis Tauran, le impuso el palio de lana de oveja que simboliza el cuidado del pastor de la Iglesia para con sus ovejas.

Acto seguido, el decano del Colegio Cardenalicio, Angelo Sodano, le entregó el anillo del pescador, símbolo del poder del sucesor de Pedro. Y seis cardenales cumplieron el rito de la obediencia en representación de los demás.papa Francisco entre la gente Plaza de San Pedro misa inicio pontificado

Liturgia propia de la Solemnidad de San José

Pese a ser una celebración solemne del inicio de un papado, la celebración ha mantenido las lecturas propias de la festividad de San José. La primera lectura, del segundo libro del profeta Samuel, se refería al rey David: “Él edificará una casa en mi nombre y yo consolidaré el trono de su realeza para siempre”.

La carta de San Pablo a los Romanos, con la expresión “te hago padre de muchos pueblos”, dirigida a Abraham, fue el siguiente texto, previo al Evangelio –promulgado en griego–, sobre san José, en el que se muestra el anuncio del ángel al carpintero de Nazaret. “José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados”.

“La custodia de José se alarga a la Iglesia”

Francisco comenzó su homilía explicando la labor de custos o custodio de san José como la característica principal de las lecturas, una misión que se “alarga a la Iglesia”, dijo, citando a Juan Pablo II. La discreción, la humildad y el silencio son las principales cualidades del santo que se celebraba en esta misa de inauguración del pontificado.

Por extensión, los cristianos y la Iglesia tienen que “responder a la llamada de Dios con disponibilidad y prontitud” para “guardar a los demás y salvaguardar la creación”, dijo el papa, que mencionó en ese momento a san Francisco de Asís, el patrón de la naturaleza y “santo de los pobres” por el que Bergoglio ha tomado este nombre para su ministerio petrino.

“La vocación de custodiar no solo nos atañe a nosotros, los cristianos, sino que tiene una dimensión que antecede y que es simplemente humana, corresponde a todos. Es custodiar toda la creación, la belleza de la creación, como se nos dice en el libro del Génesis y como nos muestra san Francisco de Asís: es tener respeto por todas las criaturas de Dios y por el entorno en el que vivimos”, dijo Francisco.

La custodia también debe dirigirse a “los más frágiles”, la vida en familia, la sinceridad en la amistad, ya que cuando el hombre falla en esta responsabilidad, “gana terreno la destrucción y el corazón se queda árido”. “En todas las épocas de la historia existen ‘Herodes’ que traman planes de muerte, destruyen y desfiguran el rostro del hombre y de la mujer”, agregó el Papa.

Hacia el final, el Papa se refirió a aquellas personas con “puestos de responsabilidad en el ámbito político, económico o social”, a los que también pidió que fueran “custodios de la creación” y “guardianes del otro”.

También desde un punto de vista interior, Francisco llamó a vigilar los sentimientos, a prevenirse contra “el odio, la envidia, la soberbia” que “ensucian la vida”, para seguir con una exhortación a la bondad. “No debemos tener miedo de la bondad, más aún, ni siquiera de la ternura”, explicó.papa Francisco misa de inicio del Pontificado 19 marzo 2013

“También hoy, ante tantos cúmulos de cielo gris, hemos de ver la luz de la esperanza y dar nosotros mismos esperanza. Custodiar la creación, cada hombre y cada mujer, con una mirada de ternura y de amor; es abrir un resquicio de luz en medio de tantas nubes; es llevar el calor de la esperanza”.

Las labores del nuevo obispo de Roma, en definitiva, son para Francisco las de “abrir los brazos para custodiar al Pueblo de Dios” y “acoger con afecto y ternura a toda la humanidad, especialmente a los más pobres”: “Ciertamente, Jesucristo ha dado un poder a Pedro, pero ¿de qué poder se trata? A las tres preguntas de Jesús a Pedro sobre el amor, sigue la triple invitación: Apacienta mis corderos, apacienta mis ovejas. Nunca olvidemos que el verdadero poder es el servicio, y que también el Papa, para ejercer el poder, debe entrar cada vez más en ese servicio que tiene su culmen luminoso en la cruz”.

De esta forma concluyó el mensaje principal de su homilía, que finalizó con una de las frases más recurrentes de su papado. “Orad por mí”, pidió a los presentes.

Saludo a las autoridades extranjeras

Tras una oración de los fieles realizada en cinco idiomas –ruso, francés, árabe, swahili, chino e italiano–, la eucaristía continuó con los ritos tradicionales de la consagración, comunión y bendición final, que el Papa dirigió a todos los asistentes. La celebración concluyó algo menos de dos horas después de su comienzo, a eso de las 11:20 de la mañana (hora de Roma).

Después, el pontífice ha saludado, uno por uno, a los jefes de las delegaciones llegadas de los distintos países. Los primeros fueron la presidenta argentina Cristina Fernández, con la que tuvo un encuentro ya el día anterior; el presidente italiano, Giorgio Napolitano; y el el primer ministro en funciones, Mario Monti.

Muchos gobernantes latinoamericanos como Dilma Roussef (Brasil), Rafael Correa (Ecuador) o Sebastián Piñera (Chile) también se acercaron a saludarle, así como una amplia representación de jefes de Estado europeos y representantes de Casas Reales, como los príncipes españoles Felipe de Borbón y Letizia Ortiz, los holandeses Guillermo y Máxima (que es argentina de nacimiento) o Alberto de Mónaco.

Los presidentes del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy y de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, estuvieron presentes, además del vicepresidente de los Estados Unidos, Joe Biden. En total, estuvo más de una hora y media saludando a los dirigentes mundiales.

Compartir