J. L. CELADA | Cuando alguien se ve abocado a emigrar en busca de un futuro mejor, solo sueña con poder regresar algún día para disfrutar de una nueva vida en compañía de los suyos. Pero este trayecto imaginado de ida y vuelta no siempre se cumple: son demasiadas las historias anónimas que perecen en su intento desesperado por alcanzar la tierra prometida. Otras –no menos frecuentes, aunque quizá sí más desconocidas– ponen al descubierto, sin embargo, que este ir y venir puede convertirse en un triste peregrinar entre Aquí y allá.
Así se titula, precisamente, la ópera prima de Antonio Méndez Esparza, merecedora del Gran Premio de la Semana de la Crítica del último Festival de Cannes y una prueba irrefutable de que este joven madrileño formado en los Estados Unidos dará que hablar dentro de la profesión. Motivos le sobran.
Más allá de su sensibilidad hacia uno de los fenómenos candentes del globalizado mundo actual, el debutante capta con naturalidad semidocumental –en su ritmo narrativo y en la desnudez de sus imágenes– la peripecia que supone sobrevivir a la amenaza de las estrecheces económicas y sortear la tentación de las dudas: ¿me esperarás?, ¿me has echado de menos?…, interrogantes que asaltan a las parejas separadas por la urgencia de encontrar una salida digna para sus seres queridos.
El guionista y director estructura la cinta en cuatro “actos”, que corresponden a otras tantas perspectivas desde las que observar –y denunciar– el dramático destino de sus personajes, un matrimonio con dos hijas y una tercera en camino que solo persigue llevar una existencia sencilla y feliz.
Todo arranca con el regreso del cabeza de familia al hogar, una humilde vivienda en el estado mexicano de Guerrero. Tras la desubicación inicial, el protagonista (como el resto del reparto, interpretándose a sí mismo) se topa con la cruda realidad de aquí: la ausencia de expectativas laborales, la precariedad de la atención sanitaria…
Y surge la ineludible y dolorosa pregunta por el horizonte, con una única salida, que conduce al punto de partida: Nueva York. Allá, del otro lado de la frontera, se trabaja “mucho y duro”, admite quien ya lo ha probado. “¿Es cierto que se gana bien?”, inquiere su interlocutor. “Solo palabras”, responde desengañado el migrante al que seguimos los pasos. Pero no le quedará otro remedio que desandar la senda recorrida, mientras su primogénita jura la bandera patria –cruel paradoja– en nombre de los “sagrados principios” de la libertad y la justicia.
Técnicamente austera, de una contención rayana con la frialdad sentimental y de un verismo que desarma, Aquí y allá adquiere por méritos propios la categoría de película para minorías. Ojalá sean pronto mayoría los que entiendan la necesidad de este tipo de cine.
FICHA TÉCNICA
TÍTULO ORIGINAL: Aquí y allá.
GUIÓN Y DIRECCIÓN: Antonio Méndez Esparza.
FOTOGRAFÍA: Barbu Balasoiu.
PRODUCCIÓN: Ori Dov Gratch, Pedro Hernández Santos, Tim Hobbs, Antonio Menéndez Esparza, Diana Wade.
INTÉRPRETES: Pedro de los Santos, Teresa Ramírez Aguirre, Lorena Guadalupe Pantaleón, Heidi Laura Solano, Néstor Tepetate Medina, Carolina Prado Ángel, Noel Payno Vendiz, Nicolás Parra Quiroz, Copa Kings.
En el nº 2.840 de Vida Nueva.
