Los católicos del continente desean un pastor que conecte con sus especificidades
KELSEY DALLAS – FRAN OTERO (*) | Los cambios en el panorama católico mundial muestran lo mucho que se juegan los católicos de otras latitudes a la europea mientras la Iglesia se prepara para su próximo pastor. En concreto, los católicos latinoamericanos reclaman un líder que, aunque no sea latinoamericano, sí pueda conectar con la diversidad cultural de este siglo XXI.
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Europa, que hace un siglo albergaba el 65% de los católicos, solo representa ahora una cuarta parte de la Iglesia, mientras que Latinoamérica y el Caribe suman ya mayoría, al alcanzar un 39% de la población católica mundial, según una encuesta de la entidad norteamericana Pew Forum on Religion and Public Life.
Muchos son los que esperan que, una vez la fumata blanca procedente de la Capilla Sixtina salga al cielo de Roma, saludar a un papa que refleje este nuevo perfil de la Iglesia.
“De este lado del planeta no son pocos los que añoran un papa no europeo, implorando al Espíritu Santo un asiático, un africano, un norteamericano o, por qué no, un latinoamericano”, afirma Óscar Elizalde, redactor jefe de la revista Vida Nueva Colombia e investigador de la Universidad La Salle. Elizalde cree que la Iglesia necesita de otro tipo de liderazgo, un liderazgo que pueda “tender los puentes que reclaman estas tierras en este tiempo”.
Aunque la población católica latinoamericana es diversa en sí misma –tanto a nivel religioso como a nivel global–, afronta desafíos concretos para los que no son adecuados los remedios que se proponen desde Europa. Por ello, Elizalde subraya la necesidad de promover más diálogo con distintos sectores de la población: “Con las mujeres, con los pueblos indígenas, con los afroamericanos, con las nuevas generaciones y con los inmigrantes, entre otros”.
Xiskya Valladares, nicaragüense, religiosa de la Pureza de María y fotoperiodista, espera un pontífice que esté preparado para acompañar a la Iglesia en Latinoamérica y le ayude a resolver sus problemas. Cita, como los principales, las sectas, la pobreza y la incultura, “muy ligados entre sí”.
En su opinión, estas cuestiones interpelan fuertemente a una Iglesia “acomodada y adormecida” y, por ello, espera un papa que apueste por la formación de los futuros sacerdotes “con niveles altos de calidad intelectual y de valores cristianos”. “Sería una buena forma de acabar de una vez con la incultura y, como consecuencia, con la pobreza”, añade.
Un papa espontáneo y entusiasta
Sin embargo, son muchos los católicos latinoamericanos que entienden que la elección depende de muchas otras cuestiones; también del Espíritu Santo, al que se invoca en el Cónclave para escoger correctamente.
“Los cardenales pueden volver a sus diócesis y nadie les acusará de haber votado erróneamente”, afirma Jaime Lara, exprofesor de la Universidad de Yale. Lara sostiene que la última elección no fue determinante para la vida de los latinoamericanos que estaban fuera de la Iglesia, una visión que, según añade, comparte gran parte del laicado.
“Creo que están buscando a alguien que pueda dirigirse a este mundo nuevo, alguien espontáneo y entusiasta. A los latinoamericanos les gustaría alguien como Juan Pablo II, que sepa mostrar su lado más humano… aunque, en realidad, suelen vivir su catolicisimo sin la intervención de los obispos. Conocen al papa y rezan por él, pero no se dirigen a Roma buscando un líder, quizá, porque la comunicación ha sido muy esporádica en los últimos siglos”.
En definitiva, los católicos latinoamericanos se unen al resto de la Iglesia a la espera de un Papa que sea capaz de afrontar esta nueva etapa del catolicismo con energías renovadas y con fidelidad.
Evidentemente, muchos reclaman un pontífice cercano a su cultura o necesidades, pero los católicos, una vez la decisión se haya tomado, no podrán cuestionar la elección.
Con independencia del próximo sucesor de Pedro, la realidad de vida de los católicos latinoamericanos, tal y como expresa la mayoría, no cambiará mucho. Como afirma el doctor Lara, “en Latinoamérica, uno vive su vida e intenta ser un buen católico. La misa de cada día seguirá como siempre”.
(*) Este trabajo es fruto de la colaboración de la revista Vida Nueva con la Asociación Internacional de Periodistas de Religión (IARJ, siglas en inglés), que dirige la periodista española de La Vanguardia María-Paz López. En esta ocasión, los periodistas Kelsey Dallas, que trabaja en Yale Divinity School, y Fran Otero, redactor de Vida Nueva, han participado en el Joint Reporting Project, una iniciativa que busca poner en contacto y ofrecer asesoramiento a periodistas especializados en religión para que realicen reportajes conjuntamente.
Lo que Latinoamérica espera del próximo papa (PDF) (reportaje original en inglés)