“Este es el momento de dialogar con el mundo”

Debate en Buenos Aires entre el jesuita Rafael Velasco y el rabino Marcelo Polakoff

Encuentros Vida Nueva preparando el cónclave, jesuita Rafael Velasco y rabino Marcelo Polakoff

Encuentro en Argentina: “Este es el momento de dialogar con el mundo” [extracto]

Texto y fotos: JAVIER CÁMARA | Convocados por Vida Nueva Cono Sur, el rabino porteño Marcelo Polakoff, profesor del Seminario Rabínico Latinoamericano (Buenos Aires) y representante en el Congreso Judío Latinoamericano para el diálogo interreligioso, y el sacerdote jesuita Rafael Velasco, rector de la Universidad Católica de Córdoba, se dieron cita en esta última ciudad para reflexionar sobre el diálogo interreligioso, la colegialidad, la cercanía al Pueblo de Dios o la cuestión social como principales desafíos al liderazgo espiritual del nuevo papa que la Iglesia católica se dispone a elegir. He aquí un amplio extracto de la interesante conversación que ambos mantuvieron.

Vida Nueva Cono Sur (VNCS): La motivación de juntarlos es reflexionar acerca de qué tipo de papa debería surgir de este cónclave, según las cuestiones que crean más necesarias en esta época.

Marcelo Polakoff (MP): Nosotros esperamos del nuevo papa que profundice la idea de Benedicto XVI, iniciada muy fuertemente por Juan Pablo II, de incrementar el diálogo interreligioso. Al principio, Ratzinger generó mucho ruido: Papa alemán, juventud hitleriana, pueblo judío. Era un cóctel espectacular. Pero, en los últimos cuatro o cinco años de papado, repitió gestos muy importantes de Juan Pablo II, como su viaje a Auschwitz…

Rafael Velasco (RV): O visitar la sinagoga de Roma.

MP: Fue el primer Papa en la historia que invitó a una delegación de judíos latinoamericanos. Para nosotros fue muy importante. Sus declaraciones, sus viajes… Todo ello profundizó lo que Juan Pablo II había abierto: poner puentes, construir parte del puente con el pueblo judío; y no hay dudas de que Benedicto XVI lo continuó. Hay que seguir por esta senda. Aunque no quiero dejar de decir, porque también es importante, algo que hizo ruido: el cambio en la liturgia de Pascua, con la recuperación del rito que mencionaba a “los pérfidos judíos”.jesuita Rafael Velasco en el Encuentro Vida Nueva preparando cónclave 2013

RV: En realidad, eso ya no está. Creo que al pueblo judío le encantaría seguir teniendo en los papas a alguien en quien confiar, con quien dialogar, y seguir teniendo esos puentes, que es lo que le toca hacer no solo al papa. Eso es bueno. Continuando con lo del diálogo, hay algo que va a hacerle falta al futuro papa: que facilite ese diálogo dentro de la Iglesia, para que puedan ser escuchadas más voces, con otra sensibilidad, y establezca un contacto más cercano con el mundo alejado de la Iglesia o desencantado con ella. Uno de los grandes desafíos del próximo papa es que sea un hombre profundamente humano, con capacidad de escucha, de comprender la ambigüedad de la condición humana, nuestras contradicciones, capaz de sentir compasión… Alguien que haya tenido experiencia pastoral, capaz de comprender la angustia, la lucha, los sufrimientos y esperanzas del hombre y la mujer común, que en el fondo esperan del papa un pastor. Que, gracias a esa apertura al diálogo, pueda escuchar y replantear temas que la Iglesia, por un excesivo apego a la tradición, ha dejado de lado. Que se plantee preguntas que ya no le vienen solo de fuera de la Iglesia, sino de dentro.

VNCS: A este propósito, usted mismo ponderó la renuncia de Benedicto XVI…

RV: A lo largo de la historia, los católicos hemos tenido la costumbre de cuasi divinizar al papa. Ese culto a su personalidad, por un lado, lo ha dejado muy solo y, por otro, lo aleja de la humanidad. La renuncia de Benedicto XVI es un acto extraordinariamente humano y, en ese sentido, profético: un hecho muy revolucionario, obra de un hombre muy conservador. Porque teológica, doctrinal, litúrgicamente he estado bastante en desacuerdo con su apego a la tradición, que ha cerrado los oídos a los problemas del mundo de hoy.

“Uno de los grandes desafíos del próximo papa
es que sea un hombre profundamente humano,
con capacidad de escucha, de comprender
la ambigüedad de la condición humana,
nuestras contradicciones, capaz de sentir compasión…”.

Rafael Velasco, SJ, rector de la Universidad Católica de Córdoba

Sin embargo, su renuncia ha sido un gesto revolucionario, porque ha demostrado que el papa es un ser humano que se cansa, que se da cuenta de que las fuerzas no le dan, de que la Iglesia y el mundo de hoy necesitan otro tipo de liderazgo, y entonces tiene la lucidez y la grandeza de hacerse a un lado. Creo que le ha hecho un gran favor a la Iglesia, pues ha abierto un camino: el papa puede renunciar. Nos está diciendo que “esto es un ministerio, un servicio que se presta; y cuando uno está apto para prestarlo, lo presta; y, cuando no, se va”. Ha abierto una puerta, y por ella debe entrar la Iglesia. Estamos en una encrucijada, en un momento muy importante; no podemos equivocarnos ahora, a riesgo de quedar reducidos a una secta que se mira a sí misma. Este es el momento de dialogar con el mundo, de poder anunciar el Evangelio en un lenguaje que se entienda, despojado de cierto ropaje para iniciados. Y que la gente pueda entender qué es el amor de Dios, la solidaridad, el compartir su angustias y tristezas; y que, cuando hablamos de que Cristo es salvador, estamos hablando de que estamos trabajando para que la gente pueda vivir más en paz y en justicia.

VNCS: Uno de los grandes obstáculos que puede encontrarse para esto es la estructura vaticana. ¿Hay que cambiar algunos modos?

RV: Hay que repensar las estructuras. El Vaticano II habló con bastante claridad de la colegialidad de la misión pastoral y de que las conferencias episcopales tuvieran mayor capacidad, incluso para tomar decisiones. ¿Qué pasa hoy? Se reúnen y tiene que aprobarlo el Vaticano. Eso no está bien, pues hace que tenga que haber una estructura enorme para leer los documentos, que los problemas locales no puedan ser resueltos localmente, que los obispos locales deban ser elegidos por Roma, por un nuncio, y no por la conferencia episcopal. Es decir, hay un replanteamiento muy fuerte de la estructura de la Iglesia, que debe ser más de comunión y de participación. Desde el Vaticano II, le encomendaron a Pablo VI que reformara la Curia. No pudo. Se lo encomendaron a Juan Pablo II, tampoco pudo. Benedicto XVI tampoco ha podido hacerlo. Cuanto más poder monárquico otorgas a una sola persona, más necesitas una estructura que lo proteja. Hay que reformar esa estructura.

rabino Marcelo Polakoff en el Encuentro Vida Nueva preparando cónclave 2013Otro punto muy importante es plantearse cuestiones doctrinales y disciplinares de la Iglesia: la posibilidad de que los divorciados pudieran comulgar; que la Iglesia viera si no es momento de repensar, a más de 40 años de la encíclica Humanae Vitae, el tema de los métodos anticonceptivos o la concepción y paternidad responsable; cómo se plantean la pastoral matrimonial y las relaciones prematrimoniales; qué le tenemos que decir a las parejas homosexuales, no solo doctrinalmente, sino sacramentalmente; qué respuesta tenemos ante la crisis vocacional; si vamos a pensar en la posibilidad de tener hombres casados que se ordenen como servidores de la comunidad…

MP: O mujeres…

RV: O mujeres que puedan acceder al ministerio. Solo un papa puede promover ese diálogo, esas preguntas… Para eso, tiene que compartir la carga con los demás obispos, con las demás Iglesias, y repensar el funcionamiento de la estructura. Toda institución necesita una estructura, pero el asunto es si la de la Iglesia actual se adapta a lo que el Espíritu le está diciendo.

MP: Yo no puedo hablar de la estructura de la Iglesia, pero pienso en el Papa como uno de los personajes más importantes del planeta en términos de su capacidad de influencia. En la idea de padre e hijo vinculada a Dios y Jesús, que es el corazón del cristianismo, el papa fortalece la idea de Dios como Padre y de todos nosotros como hijos. El papa y las grandes autoridades en todas las religiones relevantes debieran tender a que todos tengamos este vínculo fraternal entre nosotros y de Dios como Padre.

“El papa y las grandes autoridades
en todas las religiones relevantes
debieran tender a que todos tengamos
este vínculo fraternal entre nosotros
y de Dios como Padre”.

Marcelo Polakoff, rabino

VNCS: Y en lo social, ¿cómo les gustaría que se manifestase el papa? Porque pasan los papas, pasan las épocas y sigue habiendo pobres en el mundo…

RV: Debería empezar a andar caminos inimaginados hasta ahora. Que venda el Vaticano es un absurdo, no hacemos nada con eso. Debería animar a la Iglesia a hacer determinados gestos de cercanía con aquellos que sienten que Dios les queda lejos. En eso un papa puede dar un ejemplo enorme. Hay que animar a la Iglesia muy claramente en esa dirección de la opción preferencial por los pobres, que es doctrina y no el invento de un grupo de comunistas. Incluso, desde lo gestual, se pide mayor austeridad en el modo de plantear las apariciones públicas. Como Iglesia, estamos en un momento en el que necesitamos una gran humildad, porque, si no lo hacemos nosotros, la realidad lo va a hacer con nosotros y vamos a dejar de ser significativos. La Eucaristía es fuente y culmen de la vida cristiana, y debería reflejar eso que dice Pablo a los Corintios: que coman todos, los pobres y los ricos.

El papa debe animar no solo doctrinalmente, sino con gestos, a quienes promueve al episcopado. Cuáles serán los criterios para ello: ¿ser solo un altavoz que repite la doctrina de Roma o ser hombres que de verdad están cerca de los hombres, con sensibilidad para hablarle de Dios al mundo de hoy, que puedan hacer gestos proféticos, de compasión y de cercanía? En este sentido, el papa puede hacer un gran bien a la Iglesia. No solo con gestos de una mayor sobriedad, sino con los tipos que nombra, a quiénes pone en los lugares que tienen que tomar las decisiones. Si la Iglesia va a seguir con esa obsesión por la cuestión doctrinal antes que por la caridad, convendría recordar que en esto Jesús era clarísimo: nos juzgarán por el amor al prójimo, por nuestro compromiso con el que sufre.

MP: Sobre la cuestión social, vuelvo a lo de antes: si todos somos hijos y hermanos, cuando dos están bárbaros y 150 están en la lona, algo estamos haciendo mal entre todos. Todos somos corresponsables. La comunidad judía es muy terrenal y el mundo cristiano muy celestial. El pueblo judío necesita un poco más de espiritualidad y de celestialidad, y el mundo cristiano necesita algo más de la cuestión terrenal.

RV: Que el papa comiera en un comedor de Roma con la gente, que nombre como obispos a personas reconocidas por su compromiso con los que sufren, que son hombres de fe… Eso habla por sí mismo.

En el nº 2.839 de Vida Nueva.

 

NÚMERO ESPECIAL VIDA NUEVA: PREPARANDO EL CÓNCLAVE

 

ESPECIAL WEB: CÓNCLAVE 2013

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