Españoles en la Curia en el inicio de un pontificado

cúpula del vaticano de noche

Una cincuentena de personas son “el aceite del engranaje” del Vaticano

cúpula de San Pedro del Vaticano de noche

JOSÉ RAMÓN NAVARRO PAREJA | La presencia española en la Curia romana nunca ha dejado de ser significativa, aun cuando el peso fundamental haya recaído, según el momento histórico, en italianos, franceses o alemanes.

También a lo largo del último pontificado se ha ido consolidando un importante grupo de españoles en el gobierno de la Santa Sede.

Una circunstancia que, además de la especial predilección de Benedicto XVI por nuestro país, se debe a la importancia histórica de la Iglesia española, que, aunque ahora esté en retroceso, siempre ha sido puente hacia América Latina, el continente con un mayor número de católicos.

Además, en la Santa Sede siempre se ha valorado la alta preparación del clero español, que suele completar sus estudios en Roma, por lo que, desde muy jóvenes, tienen contacto con la maquinaria vaticana. Así, el nuevo pontífice se va a encontrar con una cincuentena de españoles que, como afirma uno de ellos con humildad, son “el aceite del engranaje” que mueve el Vaticano.

Paradójicamente, el curial español que más protagonismo está teniendo en esta transición de papado es un cardenal jubilado. Con 82 años, el prefecto emérito de la Congregación para los Textos Legislativos, el cordobés Julián Herranz, ni siquiera entrará en la Capilla Sixtina.

cardenal español Julián Herranz

Cardenal Herranz

Sin embargo, su amplio conocimiento de la Curia (con la que está vinculado desde 1983), el respeto ganado en su labor en los últimos años de pontificado de Juan Pablo II y la amistad que le une desde hace años con Joseph Ratzinger, hicieron que este le encargara, junto a los también jubilados Jozef Tomko y Salvatore De Giorgi, indagar en la fuga de documentos reservados de las dependencias papales (caso Vatileaks).

Fruto de esa investigación es un informe de más de 300 folios que Benedicto XVI ha decidido mantener bajo secreto hasta la llegada de su sucesor, por lo que Julián Herranz será, casi con toda seguridad, uno de los primeros en entrevistarse con el nuevo papa.

Miembro del Opus Dei desde 1949 –vivió más de 20 años junto al fundador, Josemaría Escrivá de Balaguer– Herranz estudió Psiquiatría antes de graduarse en Derecho Canónico en Roma. Discreto, disciplinado y con una comedida socarronería, aun jubilado, sigue teniendo peso en el Vaticano.

Santos Abril cardenal vicecamarlengo arcipreste Santa María la Mayor

Santos Abril

Lo mismo que ocurre con el cardenal Santos Abril, uno de los españoles –en su caso, bregado en la carrera diplomática– que estará presente en el cónclave. Turolense, de 77 años, tras ser nuncio en ocho países, es ahora arcipreste de la basílica romana de Santa María la Mayor.

“Ministros” vaticanos

Junto a Herranz, el cardenal con una mayor responsabilidad en la Curia es el valenciano, de Utiel, Antonio Cañizares. En diciembre de 2008, Benedicto XVI –con quien le une una estrecha amistad desde los tiempos de la redacción del Catecismo, donde fue su colaborador– le nombró prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Dos años antes, lo había creado cardenal.

Cañizares ha hecho de su fidelidad al Papa su mayor virtud. Con la llegada del nuevo pontífice, su futuro parece más vinculado a España (con la que no ha perdido contacto en estos años en Roma). Con 67 años, el período de gracia con el que un nuevo papa suele renovar a los curiales expirará justo en el momento en que se plantee la sucesión episcopal en Madrid y Barcelona, por lo que su nombre estará en las quinielas para estas sedes, aunque en la catalana tenga más dificultad al no dominar la lengua local.

El cardenal Cañizares, que controla mejor las cuestiones doctrinales que las litúrgicas, no tardó en llevarse hasta el Vaticano al que fuera su más directo colaborador en la Archidiócesis de Toledo. Juan Miguel Ferrer era su vicario general y ecónomo, pero su formación se había complementado con el doctorado en Sagrada Liturgia por el Pontificio Instituto San Anselmo de Roma.

Ahora, como subsecretario de la congregación litúrgica, recae sobre él la aplicación de las normas eucarísticas, sobre todo en los países de lengua hispana.

Antonio Cañizares, cardenal

Antonio Cañizares

La discreción hace que el jesuita Luis Ladaria sea uno de los curiales españoles de los que menos se habla, a pesar de la importancia del cargo que ocupa: secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe, donde ha tenido ilustres predecesores, como el actual secretario de Estado, Tarcisio Bertone, quien le consagró obispo en 2008.

Equilibrado –sus escritos de teología son calificados como conservadores por los progresistas y como heterodoxos por los más ultras–, este manacorí de 68 años ha huido del protagonismo y ha primado el diálogo a la confrontación. Su trayectoria eclesiástica, muy paralela a la del mismo Ratzinger –pasó del mundo universitario a la Curia–, no parece que vaya a agotarse en su actual responsabilidad.

En el mismo cargo que Ladaria, pero en la Congregación para el Clero, se encuentra el riojano Celso Morga. Vinculado espiritualmente al Opus Dei –pertenece a la Fraternidad Sacerdotal de la Santa Cruz–, su carrera eclesiástica ha estado siempre muy ligada al servicio de los sacerdotes, primero como vicario judicial en su diócesis y luego como juez del Tribunal Eclesiástico en Córdoba (Argentina).

Desde 1987, trabaja en la Congregación para el Clero, de la que fue jefe de sección y subsecretario, hasta que en 2009 le fue encomendada la resposabilidad desde la que afronta uno de los principales problemas de la Iglesia actual: la escasez de vocaciones en Occidente.

Celso Morga, secretario Congregación para el Clero

Celso Morga

Peso del Opus Dei

Juan Ignacio Arrieta es otro de los hombres fuertes de la Iglesia española en el Vaticano. Miembro del Opus Dei, fue nombrado secretario del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos en febrero de 2007.

Doctorado en Derecho Canónico por la Universidad de Navarra, este vitoriano de 62 años tiene como encargo el adecuar el Derecho Eclesiástico a las “exigencias sociales” de una Iglesia incardinada en las diferentes culturas.

El elenco de curiales españoles vinculados al Opus Dei lo completa el riojano, aunque sacerdote de la Diócesis de Astorga, Lucio Vallejo, que también pertenece a la Fraternidad Sacerdotal de la Santa Cruz. Llegó a la Santa Sede hace apenas dos años como secretario de la Prefectura de los Asuntos Económicos. Con 51 años, le avalaban su gestión de más de dos décadas al frente de la economía de su diócesis y su colaboración en la financiación de la Jornada Mundial de la Juventud en Madrid.

En sus manos está el obrar el “milagro” de sacar adelante las cuentas de una institución a la que también acosa la crisis mundial. Su cargo, y los recientes cambios en las finanzas vaticanas, lo sitúan cercano a Bertone.

También vinculados al secretario de Estado aparecen los sacerdotes españoles que, por razón de su cargo, trabajan en este organismo vaticano encargado de las relaciones exteriores. Entre ellos, el jienense Fernando Chica es el jefe de la sección en lengua española, por lo que ha estado cerca de Ratzinger en sus viajes a nuestro país. Formado en la carrera diplomática, ejerce su labor con firmeza y discreción.

Juan Ignacio Arrieta, secretario del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos

Juan Ignacio Arrieta

Además, la presencia de españoles en los engranajes vaticanos se completa con Carlos Simón, subsecretario del Pontificio Consejo para la Familia; Francisco Froján, en la Secretaría de Estado; Alejandro Cifres, director del Archivo Histórico de la Doctrina de la Fe; Melchor Sánchez de Toca, subsecretario del Pontificio Consejo para la Cultura; José Manuel del Río, subsecretario de Bienes Culturales; Segundo Tejado Muñoz, subsecretario del Pontificio Consejo Cor Unum; Juan Manuel Sierra, oficial de la Congregación para el Culto Divino; Francisco Pérez, oficial de la Congregación para la Doctrina de la Fe; Alfredo Simón, relator de la Congregación para las Causas de los Santos; Alberto José González, oficial de la Congregación para los Obispos; Alejandro Arellano, auditor del Tribunal de la Rota; Felipe Heredia, auditor del Tribunal de la Rota; Luis Manuel Cuña, archivero de Evangelización de los Pueblos; Aitor Jiménez, oficial de la Congregación para la Vida Consagrada; Cristobal Robledo, oficial de la Congregación de la Educación; y José Brosel, oficial del Pontificio Consejo de Itinerantes.

En el nº 2.839 de Vida Nueva.

 

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