Camarlengo Tarcisio Bertone: el guardián temporal del Vaticano

camarlengo Tarcisio Bertone sella apartamentos pontificios en el inicio de la sede vacante

El que fuera secretario de Estado de Benedicto XVI administra la Santa Sede vacante

camarlengo Tarcisio Bertone sella apartamentos pontificios en el inicio de la sede vacante

El cardenal Bertone sella la puerta del apartamento privado del papa en el inicio de la sede vacante

MIGUEL ÁNGEL MORENO | Tarcisio Bertone, cardenal italiano nacido en 1934 en un pequeño municipio de Turín, ha sido la mano derecha de Joseph Ratzinger desde que este era prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Tras presentar su renuncia como secretario de Estado y verla rechazada en varias ocasiones por el ahora papa emérito, Bertone es hoy la máxima autoridad de la Iglesia en este período de sede vacante.

Tarcisio Bertone, como camarlengo, y Manuel Monteiro de Castro, penitenciario mayor, son los únicos cargos de la Curia que no cesaron de sus funciones con el comienzo de la sede vacante. Entre las funciones de Bertone dentro de este particular cargo, estuvieron las de sellar los apartamentos papales y anular el anillo del pescador –que no fue destruido, ya que el Pontífice anterior sigue en vida; en caso contrario, también se contaría entre sus cometidos el de certificar el deceso del Santo Padre.

El origen del cargo del camarlengo

El camarlengo tiene su origen en el chambelán o camerarius encargado de la llamada “Camera Thesauraria” o Cámara del Tesoro de la Santa Sede, el lugar donde estaban depositados los bienes del Vaticano. Ya en el siglo XI se encuentra esta denominación, a la que se le van añadiendo posteriormente atribuciones de administración de justicia o tesorería, para terminar recibiendo el poder durante la sede vacante durante el siglo XX.

“Es competencia del camarlengo de la Santa Iglesia Romana, durante la sede vacante, cuidar y administrar los bienes y los derechos temporales de la Santa Sede, con la ayuda de los tres cardenales asistentes, previo el voto del Colegio de los Cardenales, una vez para las cuestiones menos importantes, y cada vez para aquellas más graves”, reza la constitución apostólica Universi Dominici Gregis, escrita por Juan Pablo II en 1996.

cardenal Tarcisio Bertone y papa Benedicto XVI en marzo 2010

El cardenal Bertone y Benedicto XVI, en 2010

En la primera congregación general de los cardenales, celebrada el lunes 4 de marzo, los tres elegidos por sorteo fueron Giovanni Battista Re, Crescenzio Sepe y Franc Rodé.

Estos cargos cesan al tercer día y debe celebrarse un nuevo sorteo. El jueves 7, durante la quinta congregación, se procedió a una nueva elección, de la que resultaron el libanés Béchara Boutros Rai, el congoleño Laurent Monsengwo Pasinya y el italiano Velasio de Paolis.

Finalmente, el lunes 11 hubo un nuevo sorteo, del que salieron el egipcio Antonios Naguib, el canadiense Marc Ouellet y el italiano Francesco Monterisi. Ellos tres asistirán al camarlengo también durante el cónclave. Si este durase más de tres días, se sortearán tres nuevos nombres.

Estrecha colaboración con Benedicto XVI

Sacerdote salesiano, doctor en Derecho Canónico y rector de la Universidad Pontificia Salesiana entre 1989 y 1991, Bertone es nombrado arzobispo por Juan Pablo II y llevado en 1995 a la Congregación para la Doctrina de la Fe, que dirige en ese momento el cardenal Ratzinger.

Ahí se fragua una colaboración que, en julio de 2006, ya con Benedicto XVI como papa, se confirma con su nombramiento como secretario de Estado (en lugar del hoy cardenal decano, Angelo Sodano) y un año después con su designación como camarlengo, en sustitución del español Eduardo Martínez Somalo. De esa etapa, el propio Benedicto XVI destacaba posteriormente su “preparación doctrinal” y su “humanidad”.

Siempre he admirado su sensus fidei, su preparación doctrinal y canónica y su humanitas, que nos ha ayudado mucho a vivir en la Congregación para la Doctrina de la Fe un clima de auténtica familiaridad unida a una decidida y determinada disciplina de trabajo”, decía el Papa emérito de Bertone en diciembre de 2009, cuando este le presentó la renuncia al cumplir los 75 años. No fue aceptada. “Estas cualidades –dijo entonces Benedicto XVI– son la razón por la cual en el futuro tampoco quisiera renunciar a su preciosa colaboración”.

Las filtraciones del ‘caso Vatileaks

Y no lo hizo, pese a que Bertone estuvo en el ojo del huracán durante las filtraciones del llamado ‘caso Vatileaks‘, durante el cual la prensa italiana no ocultó sus críticas hacia el secretario de Estado e incluso algunos periódicos plantearon que no estuviera capacitado para el puesto.

“Los ataques instrumentales a la Iglesia y al Papa han existido siempre, en todos los tiempos. Recuerdo los dirigidos a Pablo VI, que no son tan lejanos. Esta vez, sin embargo, parece que sean ataques más dirigidos, incluso a veces feroces, demoledores y organizados”, dijo en aquel momento (junio de 2012) Bertone, que llegó a acusar a los periodistas de “jugar a ser Dan Brown”.

El mismo escándalo al que se tuvo que enfrentar entonces regresa ahora, durante los momentos previos al cónclave, en el que varios purpurados ya han solicitado información sobre la investigación llevada a cabo por los cardenales Salvatore De Giorgi, Julián Herranz y Jozef Tomko. El informe, sin embargo, ha sido reservado por Benedicto XVI para su sucesor en la silla de San Pedro.

Bertone y España

Durante sus siete años como secretario de Estado del Vaticano, las relaciones de la mano derecha de Benedicto XVI con España han sido constantes. Se reunió en varias ocasiones con el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, y visitó España en 2009, cuando fue recibido por todas las altas instituciones del Estado, en un momento delicado de las relaciones Iglesia-Estado. “No hay contencioso pendiente con el Gobierno español”, dijo en aquel momento.

También estuvo en Barcelona en septiembre de 2012, donde recibió de manos de rey Juan Carlos I el Premio Internacional Conde de Barcelona, en un gesto de reconocimiento de la “la loable labor social de la Iglesia católica en los presentes momentos de crisis”.

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