Entre la sencillez y la fragilidad

papa Benedicto XVI saluda a los jóvenes

papa Benedicto XVI saluda a los jóvenes

FRANCISCO JOSÉ RUIZ PÉREZ, SJ, provincial de España de la Compañía de Jesús | La humanidad actual se encuentra ante preguntas inéditas, para las que toda ella, y no solo una parte, ha de hallar soluciones basadas en una convivencia y una solidaridad de dimensiones desconocidas hasta ahora. La convicción de la Iglesia es que el Evangelio es don necesario en ese escenario de perplejidades. Pero su convicción es también que lo ha de presentar nuevamente, y que eso pasa por el que ella misma cambie.

El catolicismo está en ello. Tanto Juan Pablo II como Benedicto XVI han dado vuelo a ese horizonte de transformación. Y parte del testamento de ambos a la Iglesia es la advertencia de que se juega su ser al promover o no una evangelización decididamente nueva. Mi impresión es que, en concreto, Benedicto XVI ha insistido en dos trazos notables en esa vía de transformación misionera de la Iglesia.

El primero es eco de lo que muchos piden al catolicismo actual: que recobre la sencillez de la evangelización. Si la evangelización ha de ser nueva, entonces debe reflejar la manera llana como Jesús muestra el misterio de Dios.

Jesús despeja de obstáculos la conexión del cielo con la tierra, de Dios con el ser humano, y la llena de familiaridad y espontaneidad. Los evangelios transpiran la certeza de que Dios es asequible.

Benedicto XVI no ha dejado de ser en su pontificado
un teólogo preocupado por desplegar
lo nuclear de la fe cristiana
y por convencer así de la sencillez y pertinencia
que tiene la experiencia creyente.

Benedicto XVI no ha dejado de ser en su pontificado un teólogo preocupado por desplegar lo nuclear de la fe cristiana y por convencer así de la sencillez y pertinencia que tiene la experiencia creyente. Supuso todo un símbolo el título que eligió para su primera encíclica en 2005: Deus caritas est. No fue una excepción. Los jóvenes peregrinos de la JMJ 2011 en Madrid captaron los mensajes directos, concisos y esenciales de un Pontífice generacionalmente muy distinto a ellos.

El segundo trazo es complementario al anterior. Benedicto XVI ha invitado a la Iglesia a abrazar la fragilidad y a no perder de su autopercepción la realidad y la potencialidad del pecado dentro de ella.

En medio de la urgencia de que la Iglesia se atreva a ser misionera en toda frontera exterior, Benedicto XVI le ha pedido que visite simultáneamente sus fronteras interiores para habitarlas de denuncia, misericordia y reconciliación.

Paradójicamente, la evangelización pasa por reconocer ante un mundo frágil la propia fragilidad de quienes queremos donar vida.

En el nº 2.838 de Vida Nueva.

NÚMERO ESPECIAL VIDA NUEVA: BALANCE DE UN PONTIFICADO

ESPECIAL WEB: BENEDICTO XVI RENUNCIA

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