Benedicto XVI se va cerrando todos los detalles del cónclave

Últimos preparativos para la marcha definitiva del Papa

papa Benedicto XVI en su última audiencia general 27 febrero 2013

Última audiencia general, el 27 de febrero

ANTONIO PELAYO. ROMA | El esperado Motu Proprio de Benedicto XVI sobre algunos cambios en las normas relativas a la elección del romano pontífice nos fue presentado a los informadores el lunes 25 de febrero por la mañana en una conferencia de prensa cuyo ponente fue Pier Luigi Celata, vicecamarlengo de la Santa Iglesia romana, en compañía del padre Federico Lombardi, portavoz de la Santa Sede.

El documento se titula Normas nonnullas y lleva fecha de 22 de febrero. Se trata de algunas correcciones a la constitución apostólica de Juan Pablo II Universi Dominici Gregis (22 de febrero de 1996), que confirman, por otra parte, la carta apostólica de Benedicto XVI (11 de junio de 2007), en la que el Papa todavía reinante restauraba la mayoría de dos tercios de votos de los cardenales electores presentes para designar un nuevo pontífice en cualquier circunstancia.

La oportunidad de este documento –el último normativo de este pontificado– se explica ante la inédita situación de que el cónclave tenga lugar no después de la muerte del Papa, sino ante su renuncia; hipótesis que, de iure, ya contemplaba la normativa de Wojtyla, pero que no desarrollaba en sus artículos.

El punto que mayores dudas había planteado era el del plazo de no menos de 15 y no más de 20 días después del fallecimiento del papa para celebrar el nuevo cónclave. La nueva normativa dice así: “Ordeno además que, desde el momento en que la Sede Apostólica esté legítimamente vacante, se espere 15 días completos a los ausentes antes de iniciar el cónclave; dejo, por otra parte, al Colegio de los cardenales la facultad de anticipar el inicio del cónclave si consta la presencia de todos los cardenales electores, así como la facultad de prolongar, si hay motivos graves, el inicio de la elección por algunos días más. Transcurridos, sin embargo, el máximo de 20 días desde el inicio de la sede vacante, todos los cardenales electores están obligados a proceder a la elección”.

La interpretación de nuestros interlocutores es que Benedicto XVI no ha querido recortar el período de tiempo necesario para el inicio del cónclave, pero concede al Colegio Cardenalicio la posibilidad de anticiparlo con la condición de que estén presentes en Roma todos los cardenales electores.

Serán, por tanto, los cardenales los que, en alguna de las primeras congregaciones que celebren a partir del 1 de marzo, decidan la fecha exacta del inicio del cónclave; la decisión no tiene por qué ser tomada ni en la primera ni en la segunda congregación, aunque es posible que sea así.

cardenal escocés Keith O'Brien renuncia al cónclave

El cardenal escocés Keith O’Brien

Dos electores menos

Otra norma del Motu Proprio establece que ningún cardenal con derecho al voto pueda ser excluido “por activa o por pasiva bajo ningún pretexto de la elección”. Además, se refuerzan las sanciones –excomunión latae sententiae– para las personas que, sin ser cardenales, asistan a las sesiones de la Capilla Sixtina; que, por cierto, serán más numerosas que en ocasiones anteriores: el número de ceremonieros, por ejemplo, que antes eran dos, pasa a ocho, y, en todo caso, se podrá recurrir a la asistencia de dos técnicos cualificados para verificar la logística que aísle a los cardenales del mundo exterior.

Así mismo, se controlará que ninguna persona ajena al cónclave pueda acercarse a los electores mientras estos se trasladen desde la Domus Sanctae Martae (donde residirán los cardenales) al Palacio Apostólico vaticano.

Por ahora, el número de cardenales electores ha bajado de 117 a 115: el arzobispo de Yakarta (Indonesia), el jesuita Julius Riyadi Darmaatdja, ha renunciado a viajar a Roma por graves problemas de salud.

Por su parte, al arzobispo de Saint Andrews y Edimburgo (Escocia), Keith Michael P. O’Brien, el Papa le ha aceptado, con fecha de 25 de febrero, la renuncia a su archidiócesis. El padre Lombardi aclaró ante los periodistas que el purpurado, que cumplirá 75 años el próximo 17 de marzo, había mandado anteriormente a Benedicto XVI la preceptiva carta presentando su renuncia. El mismo día, el arzobispo escocés anunciaba que no participará en el cónclave al verse envuelto en graves acusaciones por delitos de pederastia que se remontan a años atrás, pero que han sido dados a conocer ahora.niña pequeña con cartel despide al papa Benedicto XVI

Es un caso muy distinto al del cardenal Roger M. Mahony, arzobispo emérito de Los Ángeles, acusado de encubrir a varios sacerdotes acusados de abusos sexuales sobre menores, pero que ya ha anunciado que no piensa en absoluto renunciar a estar presente en la Sixtina, a pesar de la campaña suscitada en diversos medios de comunicación estadounidenses y europeos para obligarle a renunciar a este derecho.

Sin citar ninguno de estos casos, la Secretaría de Estado hizo público un muy duro comunicado, el sábado 23 de febrero, denunciando las presiones que se están ejerciendo sobre miembros del Colegio cardenalicio para condicionar su voto o su participación en el cónclave: “Si en el pasado han sido las potencias, es decir, los Estados, los que intentaban hacer valer sus propias condiciones en la elección del papa, hoy se intenta poner en juego el peso de la opinión pública, con frecuencia sobre la base de valoraciones que no tienen en cuenta el aspecto típicamente espiritual del momento que la Iglesia está viviendo”.

“Es deplorable –añade la nota– que, al acercarse el momento en el que comenzará el cónclave, cuando los cardenales electores estarán obligados en conciencia y ante Dios a expresar con plena libertad su propia opción, se multiplique la difusión de noticias muchas veces no verificadas e incluso falsas, con grave daño para las personas y las instituciones”. [OPINIÓN: Ventiladores en acción, por Antonio Pelayo]

cardenal Tarcisio Bertone despide al papa Benedicto XVI miércoles de Ceniza 13 febrero 2013

El cardenal Bertone, en la Misa del Miércoles de Ceniza el 13 de febrero

Informe ‘Vatileaks’

Algunas de estas informaciones que evoca la Secretaría de Estado han sido provocadas por pretendidamente fehacientes filtraciones del informe que en su día presentaron al Papa los tres cardenales encargados por él para investigar “la filtración de noticias reservadas”, origen del caso Vatileaks.

Son, como se recordará, los cardenales Julián Herranz, Jozef Tomko y Salvatore De Giorgi. A los tres purpurados les recibió de nuevo Benedicto XVI el lunes 25 y, en el comunicado hecho público después por la Sala de Prensa de la Santa Sede, se afirmó que “el Santo Padre ha decidido que los resultados de este informe, cuyo contenido conoce solamente Su Santidad, permanezcan exclusivamente a disposición del nuevo pontífice”.

Se excluye, pues, del modo más absoluto, que los tres o uno de ellos informe al Colegio de los cardenales sobre los pormenores de su trabajo investigativo. Quedan así desmentidos los rumores que daban por sentado este hecho.

Por fin, también ha suscitado una riada de comentarios la noticia de que Ettore Balestrero, hasta ahora vicesecretario para las Relaciones con los Estados, haya sido nombrado nuncio en Colombia, siendo sustituido por Antoine Camilleri, oficial del considerado “ministerio de Asuntos Exteriores” de la Santa Sede.

Es de sobra conocido que Balestrero pertenecía al que se conoce como “clan genovés” (por sus orígenes geográficos o personales con el que fue arzobispo de dicha ciudad, el cardenal Tarcisio Bertone). No niego que sea un nombramiento “táctico” en estos momentos, pero no hay que extralimitarse en su análisis. Sit modus in rebus, decían nuestros clásicos. Y lo traduciríamos con un popular: “¡No hay que exagerar!”.

En el nº 2.838 de Vida Nueva.

 

NÚMERO ESPECIAL VIDA NUEVA: BALANCE DE UN PONTIFICADO

 

ESPECIAL WEB: BENEDICTO XVI RENUNCIA

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