‘Las ventajas de ser un marginado’: adolescencia infinita

Las ventajas de ser un marginado, cine película

Las ventajas de ser un marginado, cine película

J. L. CELADA | Algo tiene la adolescencia de infeliz desubicación, de tal modo que la llamada “edad del pavo” deja a su paso un curioso sentimiento de infinitud. Tan acentuado que, en ocasiones, esa sensación de tener toda la vida por delante se hace, sin embargo, interminable… e insufrible. Mucho más cuando quien lo experimenta es un “chico raro” que se enfrenta a su primer día de instituto, como es el caso del protagonista de Las ventajas de ser un marginado.

El segundo trabajo detrás de la cámara de Stephen Chbosky, basado en su propio libro del mismo título, nos narra la historia de un chaval tímido e introvertido que emprende la ardua tarea de volver a hacer amigos. Un empeño en el que se verá expuesto a los habituales patinazos, burlas y sonrojos de las situaciones embarazosas, lo cual no significa que estemos ante la enésima comedia juvenil trufada de niñatos y novatadas.

Por supuesto que abundan en esta cinta los lugares comunes (fiestas estudiantiles, bailes de fin de curso…), pero también –lo que es más importante– una sensibilidad especial del director para asomarse al convulso territorio adolescente desde un afecto compartido, la amistad, y un lenguaje universal, la música. Cómo ven y entienden la realidad circundante los inadpatados que aquí se congregan se convierte de su mano en un ejercicio de nostalgia (aquellas viejas casetes, las grabaciones con doble pletina, los recopilatorios de baladas…) y en una interesante radiografía del tránsito a menudo traumático de la infancia a la juventud.ventajas-ser-marginado_cine-2

Deseoso de pasar página de los dolorosos recuerdos que le atenazan y de encajar todas las piezas del nuevo rompecabezas –amoroso y existencial– que ahora tiene ante sí, nuestro principal “marginado” emprende la consabida travesía en busca de su oportunidad. Descubrirá entonces qué se siente cuando uno forma “parte de algo”, por qué aceptamos el amor que creemos merecer y acabamos saliendo con la persona equivocada, o dónde acaba el juego (verdad o atrevimiento) y empieza la vida.

Las ventajas de ser un marginado pudiera parecer otra de tantas producciones sobre el momento mágico del primer beso y la posibilidad de transformar aquellos (¿maravillosos?) años en un tiempo para el romanticismo y el buen humor. Dos rasgos a los que Chbosky tampoco renuncia, pero añadiendo a su propuesta una carga dramática y un poso de madurez que le permiten desmarcarse de esos filmes abonados a los tópicos que propicia el difícil trance de la adolescencia.

“Hay gente que olvida lo que es tener 16 años en cuanto cumple los 17”. Sabia advertencia…, y una invitación a echar la vista atrás, porque “aunque no tenemos el poder de elegir de dónde venimos, todavía podemos decidir a dónde vamos”. Y el cine puede y debería acompañarnos en dicha aventura, siempre que lo haga con la modestia y la honestidad de esta película.

FICHA TÉCNICA

TÍTULO ORIGINAL: The perks of being a wallflower.

GUIÓN Y DIRECCIÓN: Stephen Chbosky, sobre su libro homónimo.

FOTOGRAFÍA: Andrew Dunn.

MÚSICA: Michael Brook.

PRODUCCIÓN: Lianne Halfon, John Malkovich, Russell Smith.

INTÉRPRETES: Logan Lerman, Emma Watson, Ezra Miller, Dylan McDermott, Kate Walsh, Paul Rudd, Julia Garner, Mae Whitman, Joan Cusack.

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