Dentro de los últimos nombramientos que realizó el Papa Benedicto XVI antes de anunciar su renuncia a la sede de san Pedro, se encuentra la designación del cardenal Rubén Salazar Gómez para formar parte de dos dicasterios romanos: la Pontificia Comisión para América Latina (CAL) y el Pontifico Consejo de Justicia y Paz.
En diálogo con Vida Nueva, Salazar manifestó que “son dos nombramientos que he recibido con gran alegría porque son dos campos de trabajo que me van a permitir colaborar, en la medida de lo posible, a un nivel internacional que es sumamente importante”.
El cardenal destacó el papel que tiene la CAL “en el desarrollo de la evangelización de América Latina, a través de estudios, investigaciones y reuniones en las que se comparten las experiencias que estamos viviendo los diferentes países del continente, y que son las que hacen posible que como Iglesia estemos unidos y preparados para enfrentar los grandes retos que plantea la evangelización en el mundo de hoy”. Con relación al Pontificio Consejo de Justicia y Paz, llamó la atención sobre el significado de su membresía “justamente en este momento del país en el que definitivamente tenemos que encontrar los caminos de la justicia y de la paz”. En este sentido, también agregó que “ser miembro del Pontificio Consejo que promueve la justicia y la paz en el mundo y que busca que la Iglesia se convierta en un actor cada vez más importante en este campo, me permitirá servir mejor a Colombia y llevar también a estas instancias internacionales las experiencias que tenemos como Iglesia colombiana”.
Estas designaciones conllevarán la participación del cardenal en las asambleas generales que anualmente realiza la CAL, en la segunda semana de pascua, y el Pontificio Consejo de Justicia y Paz, a inicios de diciembre. “Pero esto no significa –concluye Salazar– que se participe solamente en estos momentos. Durante el año se reciben tareas, investigaciones y estudios que nos permiten estar trabajando y mantener un contacto permanente”. VNC
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