Joseph Ratzinger, un papa inédito

papa Benedicto XVI encuentro con sacerdotes 14 febrero 2013
papa Benedicto XVI encuentro con sacerdotes 14 febrero 2013

El Papa, en su encuentro con los sacerdotes ayer jueves

ANTONIO PELAYO, corresponsal de Vida Nueva en ROMA | Desde que anunció su intención de abandonar el timón de la barca de Pedro, estamos descubriendo algunos aspectos recónditos de la personalidad de Joseph Ratzinger. La decisión venía madurándola desde hace más de un año y fue concretándose a medida que su organismo –nunca demasiado robusto– se iba debilitando a ojos de todos los que le seguimos casi día a día desde hace años.

Estoy convencido de que solo la ha consultado con su conciencia y con Dios. No ha sufrido presiones ni ha pedido consejos. Le ha bastado el convencimiento de que la Iglesia necesitaba otro pastor menos condicionado por los achaques de la vejez.

Lo pensaron en su día Pío XII, Pablo VI, a su manera también Juan Pablo II, pero solo él ha sido capaz de llevarlo a cabo. La historia rendirá homenaje a su valentía que ha rescatado a la Iglesia de la odiosa comparación con otras gerontocracias.

Lo sorprendente es que ha conservado en todo momento la lucidez mental y la coherencia. No había deseado prolongarse en su cargo de prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, pero Wojtyla le obligó a seguir en puesto tan decisivo. No hizo nada para ser elegido Papa y se resistió hasta que se convenció de que el Espíritu Santo había inspirado a los cardenales en su elección.

Durante casi ocho años ha presidido a la Iglesia “en la caridad” y ha cumplido la promesa en su primer discurso como Papa: no aplicar “su” programa, sino el del Evangelio y el del Señor Jesús. Se retira para rezar y no para convertirse en “eminencia gris” del nuevo papa.

En sus encuentros posteriores al anuncio del retiro ha dejado traslucir conmoción y sinceridad sin renunciar a su capacidad magisterial: a sus sacerdotes de Roma les ha brindado como testamento una valoración del Concilio, improvisada sin notas ni apuntes, que habrá que leer cuando dispongamos del texto escrito. Pero también les ha abierto su corazón de pastor: “Seguiremos unidos aun cuando esté escondido”.

ESPECIAL BENEDICTO XVI RENUNCIA

Compartir