Cuaresma 2013, un tiempo para sentirse orgullosos de ser cristianos

obispos del País Vasco y Navarra

Carta pastoral de los obispos del País Vasco y Navarra

obispos del País Vasco y Navarra

De izq. a dcha., Iceta, Francisco Pérez, Asurmendi y Munilla

Cuaresma 2013, un tiempo para sentirse orgullosos de ser cristianos [extracto]

VICENTE L. GARCÍA | El Miércoles de Ceniza, los obispos de las diócesis vascas y navarra presentaron en sus respectivas sedes su carta pastoral de Cuaresma-Pascua 2013, que lleva por título: ¿No ardía nuestro corazón? La alegría de caminar con Jesucristo.

Se trata de una disección del pasaje de Emaús, donde encuentran los obispos una alegoría del camino de la vida. Del mismo modo, es un intento de revitalizar las comunidades cristianas, recuperar la vida sacramental y provocar que “ser cristiano” sea motivo de orgullo y no de vergüenza por una imagen que ha llevado en muchos casos al desaliento.

Entre los destinatarios de esta carta, los obispos distinguen tres grupos: los que viven su fe desde el sentimiento de arropo de la comunidad y de tener todo claro, aunque con el riesgo de “darnos por satisfechos”. Otro grupo sería el de “quienes se sienten decepcionados o desanimados por el fracaso de justas expectativas sociales o eclesiales, las dificultades de la evangelización, las incoherencias de quienes formamos parte de la Iglesia o el débil testimonio de los creyentes”; y, por último, “quienes pasan especial necesidad y cargan con el peso del sufrimiento, maltratados de tantas maneras por la vida”.

Estructura novedosa

No obstante, lo primero que llama la atención de esta carta es su novedosa estructura y pedagogía, que incluye no solo el texto con la reflexión de los obispos, sino que lo acompaña de unos materiales complementarios para ser trabajados personal o comunitariamente durante la Cuaresma.

Es una misiva abierta e interactiva: “Con vistas a un diálogo pastoral y con el deseo de que se profundice en ella. Por ello, tras cada apartado, ofrecemos un espacio complementario con citas del Nuevo Testamento, una cita conciliar y cuestiones para la reflexión y el diálogo”.

Las diversas realidades donde el dolor se hace presente de mil maneras son objeto de atención en esta pastoral, así como las personas de diversos sectores de la Iglesia que emplean parte de su tiempo, sus conocimientos o su vida entera en atender a las personas afectadas.

Pero también los obispos reflejan otras preocupaciones: “Nos duelen el olvido de Dios y el laicismo que intenta reprimir cualquier atisbo de religiosidad, ocultándola o ridiculizándola. Nos preocupa e interpela asimismo el eclipse de principios fundamentales, el relativismo que da todo por bueno sin discernimiento alguno o descartando toda posibilidad de conocer la verdad”.

Las dificultades y problemas internos de las comunidades cristianas tienen una receta para los obispos: “En la tarea de dejar al Espíritu hacer la obra de Dios en nosotros, hemos de ayudarnos unos a otros mediante la oración, el diálogo, el mutuo aprecio y la corrección fraterna. Es ocasión de probar y fortalecer nuestro amor y adhesión a la Iglesia”. Y añaden: “Todos en la Iglesia, pastores y fieles, hemos de vivir en actitud permanente de conversión. Esto entraña vivir la obediencia de la fe, es decir, la acogida libre y confiada de la voluntad de Dios”.

Una recuperación de la vida sacramental con especial incidencia en la Eucaristía y el sacramento de la penitencia, y el arropo a la familia como “Iglesia doméstica”, son otros elementos abordados.

Recuerdan también la labor divulgativa del Concilio Vaticano II, particularmente, en el acercamiento de la Palabra de Dios a la gente.

El texto ya estaba en imprenta cuando se dio a conocer la renuncia de Benedicto XVI por lo que en ella no hay ninguna alusión a esta circunstancia, aunque sí fue abordada en su presentación ya que la carta se enmarca en el Año de la fe, proclamado por el propio Papa.

Los obispos de Bilbao, Vitoria, San Sebastián y Pamplona y Tudela concluyen diciendo: “Hemos querido ofrecer un instrumento apropiado para la reflexión y el debate entre creyentes, así como facilitar el diálogo con personas que buscan y profundizan el sentido de la vida y que van vislumbrando en ella la presencia de Dios, que nos ama incondicionalmente”.

Esta carta, muy probablemente, no tenga el eco mediático de textos anteriores debido, en parte, a su diáfana dimensión catequética y pastoral.

DOCUMENTOS: Carta pastoral Cuaresma-Pascua 2013 de los obispos de Pamplona y Tudela, Bilbao, San Sebastián y Vitoria

En el nº 2.836 de Vida Nueva.

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