Llamamiento de Senegal, Mauritania, Cabo Verde y Guinea-Bissau en la Cuaresma
J. L. CELADA | Coincidiendo con el inicio del tiempo de Cuarema, los obispos de la Conferencia Episcopal interterritorial que integran Senegal, Mauritania, Cabo Verde y Guinea-Bissau han hecho público un mensaje en el que llaman a sus fieles a defender una “ecología humana”.
Bajo el título Algunos desafíos de la ecología a la luz de la fe cristiana, los prelados africanos aseguran que han querido interesarse por la problemática ecológica y medioambiental “no solo porque responde a una preocupación puntual de supervivencia de la humanidad, sino también porque interpela y estimula la fe de los cristianos, animándoles a reconsiderar su relación con la Creación y, en última instancia, con el Creador”.
En un comunicado dado a conocer por el Servicio de Información, Difusión y Comunicación de la Arquidiócesis de Dakar (SEDICOM), del que se hace eco la agencia Apic, los autores del documento subrayan que han elegido este tema teniendo muy presente el Año de la fe que está celebrando la Iglesia.
Y desvelan algunos de los principales aspectos desarrollados en el texto, como las enseñanzas recogidas en la Biblia sobre la necesidad de que el hombre aprenda a respetar la Creación protegiéndola, conservándola y valorándola. Su mensaje cuaresmal contiene, asimismo, las reflexiones del Magisterio y de los Padres de la Iglesia sobre la ecología, y una tercera parte con orientaciones prácticas para los cristianos.
En este sentido, por ejemplo, la jerarquía católica de estos cuatro países del África Occidental invita a que, a partir de esta Cuaresma de 2013, cada cristiano plante un árbol cada año y cuide de él, al tiempo que exhorta a los jóvenes cristianos a convertirse en líderes medioambientales en sus barrios. Una invitación que extiende a todas las estructuras de la Iglesia.
La Conferencia interterritorial lanza también un llamamiento a las autoridades de sus respectivos países para que adopten medidas “prácticas y eficaces” en este ámbito, como la recogida, tratamiento y reciclaje de residuos, la creación de espacios verdes y zonas de juegos para los jóvenes, y, en fin, la lucha por “un medio ambiente sano”.
Porque la ecología humana “es una ecología integral –insisten los obispos–, que aúna en un mismo espíritu de comunión a la persona con todo su entorno natural y social”.
En el nº 2.836 de Vida Nueva.
