Los acuerdos con las minorías religiosas, “buenos” aunque poco desarrollados

R. C. | Los Jardines de Cecilio Rodríguez, en el madrileño Parque del Retiro, fueron el escenario elegido el pasado 31 de enero para conmemorar el vigésimo aniversario de los acuerdos de colaboración entre el Estado español y las confesiones religiosas minoritarias (evangélicos, judíos y musulmanes).

El acto contó con la presencia –entre otros– del ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, y del director general de Cooperación Jurídica Internacional y Relaciones con las Confesiones, Ángel Llorente. En su intervención, Gallardón admitió que “todavía hoy son precisos mecanismos y herramientas que fomenten la aceptación de la pluralidad como expresión natural de la diversidad humana”, algo que, a su juicio, “alberga incluso la más cohesionada de las sociedades”.

A continuación, diversos representantes de estas tres comunidades religiosas de “notorio arraigo” y de la Dirección General de Asuntos Religiosos del Ministerio de Justicia participaron en una mesa redonda en la que se puso de manifiesto que los acuerdos firmados en noviembre de 1992 son “buenos”, aunque no se han desarrollado lo suficiente.

Por ello, evangélicos, judíos y musulmanes coincidieron en solicitar al Ministerio de Justicia que se esfuerce por aprobar leyes que propicien la puesta en práctica de todo lo que recoge el acuerdo.

El objetivo de aquel acuerdo era promover las condiciones y eliminar los obstáculos que impedían el ejercicio efectivo del derecho a la libertad religiosa de dichos colectivos. Entre las cuestiones ya reguladas entonces, figuran la validez legal de los matrimonios; la asistencia religiosa en las Fuerzas Armadas, centros penitenciarios y hospitalarios; el derecho a la enseñanza religiosa en escuelas públicas o la celebración de las festividades religiosas y el día de descanso semanal.

En el nº 2.835 de Vida Nueva.

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