‘La verdad os hará libres’, una reflexión de la CEE

carteles basta en la calle protestas por la corrupción

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F. OTERO | Recientemente, el cardenal Antonio Cañizares recordaba, en un artículo en prensa, el documento La verdad os hará libres, publicado por la Conferencia Episcopal Española (CEE) y que muestra cómo el problema lleva ya muchos años enquistado en la clase política y, de alguna manera, también en la sociedad.

Un texto de 1990 pero que es válido hoy. Dice, entre otras cosas, lo siguiente:

“En el plano de la vida pública hemos de referirnos necesariamente a fenómenos tan poco edificantes como el transfuguismo, tráfico de influencias, la sospecha y la verificación, en ciertos casos, de prácticas de corrupción, el mal uso del gasto público o la discriminación por razones ideológicas. El poder, a menudo, es ejercido más en clave de dominio y provecho propio o de grupo que de servicio solidario al bien común. Se ha extendido la firme persuasión de que el amiguismo o la adscripción a determinadas formaciones políticas son medios habituales y eficaces para acceder a ciertos puestos o para alcanzar un determinado estatus social o económico. Todo esto, como una de las causas principales, está generando la amoralidad ambiental que destruye las convicciones morales más elementales, sin las que no es posible la pervivencia de una sociedad libre y democrática”.

“En nuestro momento actual observamos una desmesurada exaltación del dinero. El ideal de muchos parece que no es otro que el de hacerse ricos o muy ricos en poco tiempo sin ahorrar medios para conseguirlo, sin atender a otros valores, sobre todo a los aspectos éticos de la actividad económica”.

“Es preciso denunciar graves y escandalosas corrupciones, tales como algunas recalificaciones interesadas de terrenos, los negocios abusivos y fraudulentos derivados de tales reivindicaciones, o la especulación en el campo de la vivienda (…). El dinero negro conseguido fraudulentamente constituye uno de los fenómenos con mayor poder corruptor de la sociedad de hoy; en particular, el dinero criminal del narcotráfico y su correspondiente blanqueo con la complicidad de otras entidades es una de las lacras más repugnantes de una sociedad degradada”.

“Nuestra sociedad está elevando a rango de modelos a hombres y mujeres cuya única acreditación parece ser el éxito fulgurante en el ámbito de la riqueza y del lujo”.

“El clima en que vivimos está corrompiendo la sociedad y ha proliferado de tal manera que las mismas adhesiones políticas se consiguen, a veces, a través del dinero mediante el ‘voto subsidiado’ o se hace negocio con el paro. Se echa en falta ejemplaridad económica en las mismas esferas del poder político. El derroche en gastos superfluos, la ostentación, la insolidaridad con los países del tercer mundo… favorecen esta mentalidad que aquí denunciamos”.

En el nº 2.835 de Vida Nueva.

 

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