Rechazo episcopal a su despenalización, que redundará en la “explotación” infantil
MARÍA ROSA LORBÉS. LIMA | Los obispos del Perú se reunieron, del 21 al 25 de enero en el santuario de Santa Rosa de Lima, para celebrar su 101ª Asamblea Plenaria. La cita, enmarcada y centrada en el Año de la fe, tuvo otro punto importante de la agenda en la discusión sobre la reestructuración interna de la Conferencia Episcopal Peruana (CEP) y sus comisiones.
Pero el tema que más trascendió, como luego se expresó en un documento público, fue el debate sobre una reciente sentencia del Tribunal Constitucional, que falló a favor de la demanda de inconstitucionalidad interpuesta por 10.609 ciudadanos para despenalizar el sexo consentido con adolescentes de 14 a 18 años.
La CEP expresó su rechazo rotundo a esta sentencia, manifestando que la decisión judicial “viola el artículo 4º de la Constitución, que establece la obligación del Estado de proteger especialmente al niño y al adolescente”.
“Al despenalizar las relaciones sexuales con menores –abunda el comunicado–, se deja abierta la posibilidad de que estos sean víctimas de explotación sexual, la prostitución infantil, la pederastia, los embarazos no deseados y los abortos”, quedando los menores “indefensos frente a adultos que los puedan manipular con facilidad hasta lograr que brinden su consentimiento”.
En ese sentido, los obispos peruanos precisaron que Benedicto XVI “nos ha recordado, en su Mensaje para la Jornada Mundial por la Paz del presente año, que no es justo legalizar falsos derechos o libertades que, basados en una visión reductiva y relativista del ser humano, amenazan el derecho fundamental a la vida y a su sano desarrollo físico y psíquico”.
Por otra parte, el día 24, como ya es tradicional, se otorgó la Medalla de Oro Santo Toribio de Mogrovejo a las personas e instituciones que han resaltado por su trabajo en favor de la Iglesia. A nivel personal, en las bodas de plata de su ordenación episcopal, fueron galardonados el cardenal Juan Luis Cipriani, arzobispo de Lima y primado del Perú, y Héctor Miguel Cabrejos, ofm, arzobispo de Trujillo.
Desde un punto de vista institucional, al conmemorarse 50 años de su creación, se reconoció, respectivamente, a la Diócesis de Chimbote y a las prelaturas de Chuquibamba y Chota. También se homenajeó, con motivo del medio siglo desde su llegada al país, a las Hermanas Misioneras de San Columbano.
En el nº 2.834 de Vida Nueva.
