‘El olvido de sí’. Una aventura cristiana

Adelanto de la nueva novela de Pablo d’Ors

Carlos de Foucauld fotografía en blanco y negro

Charles de Foucauld

PABLO d’ORS, sacerdote y escritor | Tras la excelente acogida de sus dos últimos libros –Sendino se muere (Fragmenta, 2012) y Biografía del silencio (Siruela, 2012)–, el autor, columnista habitual de Vida Nueva, nos ofrece en estas páginas un adelanto de un amplio fragmento de su nueva novela: El olvido de sí, sobre la vida de Charles de Foucauld, de inminente aparición, el próximo mes de febrero, en la editorial Pre-textos.

11. Una hospedería en Mascara

Los mandos no permitieron que me uniera a Laperrine cuando él partió a Senegal –una vez que Bu Amama fue abatido–, y me instaron a que aguardara con paciencia mi nuevo destino. A tal fin me instalé en una hospedería en Mascara, famosa capital del emir Abdel Kader.

En aquella hospedería dispuse mi habitación como había visto que era costumbre en las pocas familias árabes con que había logrado entrar en contacto; renuncié a la silla, por ejemplo, y me acostumbré a sentarme sobre una alfombra en el suelo. De esa guisa era como me encontraba la bonita hija del hospedero, Eugénie Biffet, cuando entraba para entregarme la correspondencia o las vueltas de algún recado.

De Morès, con quien comencé entonces a cartearme, me hablaba en sus escuetas notas de un gran viaje al Oriente que proyectaba realizar. Estaba cambiando, acariciaba algunos ideales.

–Pienso acompañar la ruta de las caravanas por el desierto –me había escrito–; tal vez llegue nada menos que hasta Afganistán.

–Afganistán –repetí en voz alta al leer aquello–, y la hermosa hospederita, que todavía no se había retirado, me preguntó si le ordenaba algún otro servicio.

¡Mi buena Eugénie! Cuando ahora pienso en ella, comprendo que se había enamorado de aquel entusiasta y obcecado joven que yo era en Mascara. Porque ¿cómo si no explicar que se demorase tanto en mi puerta, cumplido ya su mandado? ¿Cómo sus repetidas visitas, brindándome siempre su disponibilidad para cualquier recado que me urgiera?

En mi mente y corazón juveniles, sin embargo, no había sitio más que para las palabras que De Morès me había escrito: “Un Gran Viaje al Oriente”.

Pablo d’Ors adelanta en este Pliego dos capítulos de su próxima novela. Publicado en el nº 2.833 de Vida Nueva (26 enero–1 febrero de 2013)

Compartir