Joan-Enric Vives: “El estado de los refugiados en Tierra Santa es desesperado”

niños sirios refugiados en Jordania

Arzobispo de Urgell y copríncipe de Andorra

niños sirios refugiados en Jordania

Unos 250.000 refugiados sirios han llegado estos meses a Jordania

M. Á. MALAVIA | Como ya es costumbre desde hace más de una década, la Coordinadora de Conferencias Episcopales de Europa y América realiza, a principios de cada año, un viaje pastoral a Tierra Santa. También es ya tradición que Joan-Enric Vives, arzobispo de Urgell y copríncipe de Andorra, sea quien forme parte de la expedición en representación de la Conferencia Episcopal Española. El prelado comenta a Vida Nueva los sufrimientos y esperanzas que ha encontrado en la cuna de la fe cristiana.

– Después de tantas visitas a Tierra Santa, ¿cómo la ha encontrado esta vez, cuando, meses atrás y tras un período de calma tensa, volvió el enfrentamiento directo en una crisis que se cobró decenas de vidas?

– Tuvimos encuentros muy gratificantes que continúan convenciéndome de que los cristianos de Tierra Santa viven de forma muy ejemplar su fe y su confianza en Dios. Ellos son la Iglesia Madre que nos anima a una comunión y a una solidaridad siempre más efectiva y llena de amor. Cerca de estas comunidades y de los que sufren, se aprende la esperanza paciente en la actuación providente de Dios. Si bien hay enfrentamientos y problemas enquistados que desaniman, como los que se dan en Gaza, o la ampliación de los asentamientos judíos y el muro que puede aislar a Jerusalén Este, las personas tienen esperanza y anhelan la paz. Es necesario que la comunidad internacional y, más en particular, la Unión Europea, recientemente galardonada con el Premio Nobel de la Paz, reaccionen y presionen a ambas partes para que negocien una paz estable, justa y respetuosa para ambos Estados.Joan Enric Vives arzobispo de Urgell en Tierra Santa

Testimonio cristiano en Gaza

– ¿Qué ha sido lo más novedoso en el encuentro de este año?

– Hemos podido visitar a la comunidad cristiana de la Franja de Gaza, pequeña, pero que está dando un testimonio muy ejemplar en la delicada situación que allí se vive. Y también hemos conectado con los refugiados de Siria acogidos en Jordania, a quienes están ayudando mucho las distintas Cáritas de todo el país, incluso por encima de sus posibilidades. Jordania ha recibido ya a 250.000 refugiados sirios, que vienen a sumarse a los palestinos e iraquíes de anteriores conflictos, que ascienden a 600.000. Aquí se precisa toda la ayuda internacional, como nos explicó un miembro de la Familia Real de Jordania. El estado de los refugiados es desesperado y puede empeorar. Alimentos, salud y educación son los máximos intereses a cubrir.

– ¿Cómo valora la aceptación de Palestina en la ONU como Estado observador? ¿Está más cerca que antes la solución de Palestina e Israel como dos Estados coexistentes?

– Los palestinos ven con mucha esperanza este reconocimiento como Estado observador no miembro de Naciones Unidas. Les va a dar nuevas oportunidades como pueblo, pero quedan muchos temas pendientes y, por encima de todo, la reconciliación nacional entre los mismos palestinos y su compromiso por la paz, así como el cese de la violencia contra Israel y su reconocimiento. Toda la comunidad internacional continúa proponiendo la solución de los dos Estados soberanos, y el Santo Padre lo acaba de recordar en su discurso al Cuerpo Diplomático, aunque también se aprecian sombras sobre la posibilidad para Palestina de realizarlo en la práctica. Debemos ayudar con oración y acción diplomática, y debe ser tarea de la comunidad internacional. Sin olvidar el estatuto internacional de la ciudad de Jerusualén, santa para las tres religiones allí presentes.

– ¿Cuál es la situación actual de los cristianos? En los últimos meses, se han registrado ataques a templos de distintas confesiones…

– Nuestros hermanos cristianos viven con angustia esta situación en Israel y los territorios ocupados, así como en todo Oriente Medio. La incertidumbre es grande en todos los nuevos regímenes surgidos después de la llamada primavera árabe, y la gran tentación es la emigración. Reclamamos libertad religiosa y respeto a la pluralidad interna de todas aquellas naciones para que la seguridad, la paz y el respeto a los diversos credos sean una realidad. A pesar de la crisis económica en nuestro mundo occidental, no podemos dejar de ayudarles con nuestra oración, manteniendo las peregrinaciones, con ayudas solidarias y con nuestro compromiso de ser su voz cerca de los gobiernos, que deben acompañar el proceso de paz en la Tierra Santa.

En el nº 2.832 de Vida Nueva.

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