Diego Molina: “Hay un peligro de centralizar toda la teología”

Rector de la Facultad de Teología de Granada

Diego Molina rector de la Facultad de Teología de Granada

FRAN OTERO | El pasado mes de septiembre, el jesuita granadino Diego Molina se convirtió en rector de la Facultad de Teología de Granada, en sustitución de Ildefonso Camacho, por encargo del gran canciller de la Facultad y general de la Compañía de Jesús, Adolfo Nicolás. Un cargo que le llega después de una gran carrera como profesor en ese mismo centro. Dialogante y cercano, tiene por delante retos como la relación con la sociedad y la colaboración con otras instituciones, eclesiales y no eclesiales.

– ¿Existe un peligro de centralismo teológico en España?

– En España hay muchas facultades y competimos, en plan positivo, por los alumnos. Que haya algún centro que quiera tener muchos alumnos o tenerlos todos, no me parece criticable. Me parecería una pena que solo quedara un centro o un pensamiento teológico único. Sí existe un peligro de centralizar toda la teología. El peligro no está en que haya centros más o menos potentes, o con más o menos alumnos. El problema se plantearía si se quisiera presentar como únicamente legítima una línea teológica. Esto no se ha hecho, aunque uno puede captar que hay ciertos intentos prácticos de querer como decirlo, pero no se ha dicho. Nunca en la historia de la Iglesia ha habido una sola línea teológica. Entonces, distinguir o separar líneas teológicas como legítimas o no legítimas cuando se insertan todas en la tradición de la Iglesia, sería negativo.

“Faltan intelectuales cristianos”

– ¿Faltan teólogos?

– No creo que falten teólogos en España. Creo que no estamos en la época de los grandes teólogos del siglo XX, de antes y después del Concilio Vaticano II. Como dice González de Cardedal, “estamos de recogida”. Hay teólogos, pero no hay un ambiente que ayude al diálogo, y esto puede venir de varias realidades: que la oferta de la Iglesia no encuentra eco en la sociedad y que en la Iglesia a veces faltan espacios donde reflexionar desde posturas diferentes. Luego, uno echa en falta más intelectuales cristianos, que tengan una opinión y una voz en cuestiones que son las que importan y atañen a la marcha del país y que no tienen que ver con cuestiones de fe y costumbres. Ayudaría mucho que hubiese intelectuales cristianos, porque, a veces, los obispos intervienen en temas que no son de fe ni de costrumbres, precisamente, porque no hay intelectuales cristianos que lo hagan.

– ¿Cree que hay un debate muy polarizado tanto en la Iglesia como en la sociedad?

– El problema no es que haya posturas dispersas. El problema es cuando nos incapacitamos para el diálogo o cuando convertimos una postura en la única posible. Hay temas en los que solo hay una postura posible, pero no son la mayoría. La polarización viene cuando no aceptamos que hay posibilidad de ideas y matices.

Las opiniones de Diego Molina sobre la colaboración con otras entidades educativas, la aportación de Granada a la Compañía de Jesús y a la sociedad o el papel de la teología en la nueva evangelización, en la entrevista completa, solo para suscriptores.

Entrevista con Diego Molina [íntegra]

En el nº 2.832 de Vida Nueva.

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