La Iglesia boliviana reivindica su compromiso en el TIPNIS

indígenas de la región del TIPNIS en Bolivia

El vicario del Beni aporta datos concretos sobre una acción que se remonta a 1973

indígenas de la región del TIPNIS en Bolivia

Los indígenas del TIPNIS no quieren que una carretera cruce su tierra

MIGUEL ÁNGEL MALAVIA | Pese al indudable apoyo de la Iglesia a las comunidades locales en su conflicto con el Gobierno de Evo Morales por su proyecto de construir una carretera en el Territorio Indígena del Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS), y que incluso ha llevado al Ejecutivo boliviano a expresar una queja diplomática ante la Santa Sede por la “politización” de algunos obispos, determinados colectivos ponen en duda el compromiso eclesial con los indígenas de la zona.

El último episodio se ha producido tras la polémica originada por un artículo de opinión firmado, el pasado 29 de diciembre, por el analista Hugo Padilla Monroy en el diario local La palabra del Beni. Titulado “Otra verdad sobre el TIPNIS”, en la columna se hacía una dura acusación contra la postura eclesial: “¿Acaso la Iglesia católica tiene presencia espiritual en el TIPNIS? ¿Acaso los nuevos jesuitas no se están ocupando más de la política que de inculcar valores sociales, morales y de tradición en nuestros pueblos indígenas? Muéstrenme una gran obra social, una iglesia, un cura que viva y sienta lo que los benianos de esa región sienten, como lo hicieron los anteriores jesuitas: Cipriano Barace, José del Castillo y otros”.

Saliendo al paso de esta dura crítica, el obispo vicario apostólico del Beni, Julio María Elías Montoya, ha hecho pública otra misiva en la que, con datos en la mano, reivindica la actualidad y la fuerza de la presencia eclesial en la zona.

Así, además de confirmar la acción directa de “los actuales hijos de san Ignacio de Loyola”, el prelado franciscano cita al resto de comunidades religiosas que trabajan en el Beni: “Las religiosas ursulinas, la Hijas de la Caridad (vicentinas), las religiosas de Jesús María y las del Instituto Corazón de Jesús”. Todas ellas, defiende, “cumplen con fidelidad, generosidad y sacrificio la misión propia de la Iglesia: la evangelización”.

Promoción social

A continuación, Elías Montoya recuerda que fue en 1973 cuando se creó, impulsado por el Vicariato Apostólico del Beni, el Equipo de Pastoral Rural (EPARU), a cargo de una serie de animadores religiosos. Una de sus últimas acciones para la promoción social de la región, en 2003, fue inaugurar el centro de formación Kateri Tekakwitha, cuyo nombre proviene de la indígena declarada santa por Benedicto XVI el pasado 20 de octubre, y donde se forman decenas de jóvenes indígenas de ambos sexos.

En su seno, funciona además un colegio secundario y un instituto técnico agropecuario. “Desde el 2003 hasta esta fecha –recuerda el obispo–, han egresado, como bachilleres y técnicos medios en agropecuaria, 171 jóvenes”.

Más allá de la formación, son varias las acciones en materia asistencial y sanitaria a cargo de equipos de Hijas de la Caridad, que, coordinadas desde el EPARU, atienden con visitas fijas numerosas zonas. Unido a esto, para la labor de “evangelización integral, que comprende la atención religiosa y la acción social”, el Vicariato cuenta “con embarcaciones equipadas para la atención de salud, contando con una enfermera en cada viaje y teniendo periódicamente, en los mismos, equipos de dentistas y médicos, que ofrecen su servicio gratuitamente”.

En lo específicamente espiritual, “se tiene el viaje durante el Adviento para preparar a las comunidades para la Navidad, y el de Cuaresma para prepararlas para la Pascua de Resurrección. Cada año se lleva a cabo una misión de diez días en una o dos de las zonas, en la que el EPARU es acompañado por uno de los dos obispos. Y se tienen formados 24 animadores religiosos y misioneros en las comunidades, que prestan una presencia permanente de la Iglesia en la zona. En las fiestas de las comunidades más grandes, en las que participan otras, llegan los sacerdotes para administrar los sacramentos”. Casi todos los grupos cuentan con su propia capilla.

Respecto a la promoción social, hay proyectos de caña de azúcar y cultivo de arroz, se han construido casas en zonas más bajas afectadas por las inundaciones y a las comunidades alejadas de fuentes de agua se les ha dotado de pozos. Además, se han construido letrinas ecológicas en diez escuelas.

En el nº 2.831 de Vida Nueva.

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