María Rosario Iranzo: “El anuncio del Evangelio pasa por la hospitalidad”

María Rosario Iranzo superiora provincial de Madrid Hermanas Hospitalarias

Superiora provincial de Madrid de las Hermanas Hospitalarias

María Rosario Iranzo superiora provincial de Madrid Hermanas Hospitalarias

F. OTERO | El pasado mes de octubre, las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús de la provincia de Madrid eligieron nueva superiora, la navarra sor María Rosario Iranzo Avelino, que comienza un servicio marcado por numerosos desafíos. Renovación, hospitalidad, Evangelio, pobres, enfermos… son algunas de las palabras clave.

– ¿Cuáles son los principales retos en este nuevo cargo?

– Los retos que se nos presentan son muchos y las llamadas que exigen respuesta también. El reciente Capítulo General nos ha marcado cinco caminos de revitalización: renovar la opción por Jesús en la vida consagrada hospitalaria, impulsar en nuestra vida comunitaria “la unión de corazones” y el compromiso apostólico, convocar e integrar a nuevas generaciones, asumir la misión como proyecto común y hacer visible la Buena Noticia en el mundo del sufrimiento psíquico. Concretar los pasos que hay que dar ahora para continuar estos caminos ya lo estamos haciendo. Sin duda que en la contemplación de Jesús y la escucha de la Palabra aprenderemos a recrear la hospitalidad en esta hora de nuestra historia.

– Uno de los objetivos del Capítulo fue evaluar el estado de la provincia. ¿Cómo se encuentra?

– En la provincia canónica de Madrid somos 149 hermanas y cerca de 2.000 trabajadores realizando la tarea hospitalaria en estructuras complejas, resultado de la respuesta carismática que la Provincia ha ido dando a necesidades en el ámbito de la psiquiatría. Este hecho y la apertura a nuevos modelos de atención psiquiátrica en estructuras más abiertas nos ha llevado a un resultado: centros donde se continúa la puesta al día de los mismos con la calidad que deseaba nuestro fundador, san Benito Menni, para los preferidos de Jesús, los “pobres, lisiados, ciegos y cojos”, los marginados. El estigma pesa todavía sobre el enfermo mental, y el empeño por conseguir que sea un enfermo más lo llevamos en nuestro corazón.

Otro tema es el de las hermanas y las comunidades. Ser de Dios es la prioridad. La revitalización personal nos hace fecundas prescindiendo de edad, salud, número… si nuestra confianza se halla en el Señor. Nos encontramos realizando un itinerario hacia la provincia única de Hospitalarias de España. En la actualidad son tres las provincias. Este proceso de reestructuración, iniciado hace varios años, tiene marcado como uno de sus objetivos “vivir con fidelidad creativa el seguimiento de Jesús, fijando la mirada en los orígenes y renovando estructuras para responder a los desafíos actuales de la misión hospitalaria”.

“Intentamos ser buena noticia
para el hombre de hoy;
que el enfermo vea en nosotras
al Cristo que le conforta y cura;
que nosotras descubramos en él al mismo Cristo”.

– Trabajan en un campo complicado, ¿cómo hacen presente a Jesucristo?

– Nuestras constituciones afirman que es con nuestra misma vida consagrada hospitalaria como evangelizamos. De ahí el interés por revitalizarla. Intentamos ser buena noticia para el hombre de hoy; que el enfermo vea en nosotras al Cristo que le conforta y cura; que nosotras descubramos en él al mismo Cristo. Por ahí va el empeño de las Hospitalarias. ¿Cómo? De muchas maneras. Por abreviar, anoto algo asequible a todos. Las personas son, somos, sensibles a la acogida. Esta acogida liberadora puede tener significación especial para el enfermo mental. Y la cuidamos. Junto con la acogida, la humanización en su sentido más amplio. Además, la atención espiritual y religiosa está especialmente impulsada, actualizada y valorada. El anuncio del Evangelio pasa a través de la hospitalidad.

Crisis económica y de vocaciones

– ¿Les afectan los recortes?

– La situación de crisis que estamos atravesando nos afecta directamente tanto a nivel de concertaciones con el sector sanitario como con el sociosanitario. Los pagos se retrasan, las fechas en que los numerosos trabajadores han de recibir la justa retribución por su trabajo no entiende de retrasos, la calidad en la atención a los destinatarios de nuestra hospitalidad tampoco sabe de pausas… Nos afecta.

– ¿Cómo afrontan ustedes la escasez de vocaciones?

– En África y Asia las vocaciones hoy son bastante numerosas; son reto en cuanto a la formación se refiere y esperanza a la vez porque la situación del enfermo mental es de total indefensión, empezando por que no se le considera enfermo. No ocurre igual en Europa. Resulta ya largo el invierno. En América tampoco tenemos hoy un florecer vocacional. Contando con que Dios es el que llama, aquí tenemos un desafío, expresado ya antes, “convocar e integrar a nuevas generaciones “; una apuesta a la que responderemos desde el gozo de la vocación, el vigor original del carisma y las necesidades de las personas enfermas a las que somos enviados…

En el nº 2.830 de Vida Nueva.

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