Benedicto XVI dialogará con los internautas en Twitter

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Apoyo vaticano al reconocimiento de Palestina en la ONU, aunque se pide seguir avanzando


@Pontifex_es: la cuenta en español del papa Benedicto XVI en Twitter

ANTONIO PELAYO. ROMA | El próximo miércoles 12 de diciembre, al mediodía (el día 12, del mes 12, del año 2012, a las 12 horas), festividad litúrgica de la Virgen de Guadalupe, entrará en funcionamiento la cuenta en Twitter de Benedicto XVI: @Pontifex. Los tuits se publicarán de momento en siete idiomas (inglés, francés, alemán, italiano, portugués, polaco y árabe), además del español (usar @Pontifex_es). Más adelante, se añadirán nuevas lenguas.

Así fue oficialmente anunciado, el pasado lunes 3, en una conferencia de prensa en el Vaticano. Presidida por Claudio Maria Celli, presidente del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales, y su secretario, Paul Tighe, en ella intervinieron el padre Federico Lombardi, director de la Sala de Prensa de la Santa Sede; el director de L’Osservatore Romano, profesor Gian Maria Vian; y, sobre todo, el asesor para las comunicaciones de la Secretaría de Estado, el norteamericano Greg Burke, en su primera aparición en público desde que asumió esta responsabilidad. También estuvo Claire Díaz-Ortiz, directora del departamento de Inovación Social de Twitter.

“La presencia del Papa en Twitter es una expresión concreta de su convicción de que la Iglesia debe estar presente en el mundo digital”, se dice en la nota vaticana, que hace referencia al mensaje que el Pontífice escribió con ocasión de la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales (al inaugurar el canal de la Santa Sede en YouTube), donde invitaba a los jóvenes a “introducir en la cultura de este nuevo ambiente comunicativo e informativo los valores sobre los que se apoya vuestra vida”.

Poco más adelante, se afirma que “la presencia del Papa en Twitter puede ser vista como la punta del iceberg, que es la presencia de la Iglesia en el mundo de los nuevos medios (…). Los tuits del Papa estarán disponibles para creyentes y no creyentes, para compartir, discutir y estimular el diálogo”.papa Benedicto XVI en Twitter cuenta oficial en español

Un espacio para preguntas

Como complemento de información logística, se anunció que, inicialmente, los tuits serán publicados con ocasión de las audiencias generales de los miércoles, pero, más adelante, su frecuencia podría ser aumentada. Los primeros de la serie responderán a preguntas dirigidas al Santo Padre sobre cuestiones relativas a la vida de la fe que deberán ser enviadas antes del 12 de diciembre a #askpontifex, en alguna de las lenguas antes citadas.

El anuncio de esta “novedad” había suscitado en todo el mundo una extraordinaria curiosidad (no exenta, en más de un caso, de ironía y perplejidad), de la que era prueba evidente el muy alto número de informadores que se dieron cita en la Sala de Prensa vaticana. Apenas abierta la cuenta, ya llegó la primera pregunta dirigida a Joseph Ratzinger, formulada en español por el director de informativos de la agencia televisiva de noticias Rome Reports, Javier Martínez Brocal: “Querido Papa, ¿cuál es el centro de su mensaje? ¿Qué idea querría que nos quedase clara?”.

Inmediatamente, a un ritmo desaforado, se abrió la lista de los followers (seguidores) de la cuenta en los diferentes idiomas. En el momento de escribir esta crónica, ya se rondaba el medio millón para los usuarios en lengua inglesa, mientras que la española superaba los 108.000. Como se podrá comprobar en los días sucesivos, no se detiene la afluencia de personas de los cinco continentes que quieren mantenerse en comunicación electrónica con el Sucesor de Pedro.

P. Federico Lombardi y Greg Burke rueda de prensa Twitter Papa

El P. Lombardi y Greg Burke, en la rueda de prensa

Como explicaron en la conferencia de prensa, no será Benedicto XVI quien mande los mensajes en 140 caracteres. Lo harán los técnicos encargados de esta nueva estructura de comunicación, pero el Papa los verá antes de distribuirlos y autorizará expresamente su difusión.

A quien preguntó si entrará en juego la infalibilidad papal, se le respondió que esta solo se aplica a cuestiones dogmáticas, pero desde luego que los tuits pueden ser considerados un ejercicio más del magisterio ordinario del Romano Pontífice. Por otra parte, Burke fue muy tajante al afirmar que se habían tomado todas las medidas técnicas necesarias para evitar ataques de hackers que intentasen suplantar al Papa.

Apoyo a Palestina

Por otra parte, la votación en la sede neoyorquina de Naciones Unidas, el pasado 29 de noviembre, por la que se ha aprobado (con 103 países favorables, nueve contrarios y 41 abstenciones) la resolución que reconoce a Palestina como Estado Observador No Miembro de la ONU, ha motivado una larga declaración de la Santa Sede. Esta tiene en cuenta tanto las relaciones que mantiene desde hace muchos años con los representantes del pueblo palestino como su defensa del derecho de Israel a existir como estado soberano. La Santa Sede ha sido siempre partidaria de la existencia de los dos estados, tesis ya formulada el 29 de noviembre de 1947 en la histórica resolución de la ONU.

“La votación de hoy –recogía el texto publicado en primera página por L’Osservatore Romano– manifiesta el sentimiento de la mayoría de la comunidad internacional y reconoce a los palestinos una presencia más significativa en el seno de las Naciones Unidas. Al mismo tiempo, la Santa Sede está convencida de que dicho resultado no constituye por sí mismo una solución suficiente a los problemas existentes en la región: a ellos se podrá responder de forma adecuada solo comprometiéndose efectivamente a construir la paz y la estabilidad en la justicia y en el respeto de las legítimas aspiraciones tanto de los israelíes como de los palestinos”.

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La nota, además, evocaba en su último punto una cuestión que ha sido una preocupación constante de la diplomacia vaticana: el reconocimiento de un estatuto especial internacionalmente garantizado para la ciudad de Jerusalén, “a fin de preservar la libertad de religión y de conciencia, la identidad y el carácter de Jerusalén como Ciudad Santa y el respeto al acceso a los Santos Lugares en ella situados”.

Esta matizada postura vaticana (que Israel, por otra parte, no puede atacar aunque no le agrade, ya que la Santa Sede, como Estado Observador, no participa directamente en las votaciones de la ONU) se explica mejor a la luz de las palabras que Benedicto XVI dirigió el lunes 3 de diciembre a los participantes en la Asamblea Plenaria del Pontificio Consejo Justicia y Paz: “La Iglesia no tiene la tarea de sugerir desde el punto de vista jurídico y político la configuración concreta del ordenamiento internacional, pero ofrece a quien es responsable del mismo principios de reflexión, criterios de juicio y orientaciones prácticas que puedan garantizar su base antropológica y ética en torno al bien común”.

También recordó el Santo Padre su propuesta, en la Caritas in veritate (n. 67), de una Autoridad Pública Mundial, que, aclaró, “no se debería imaginar como un superpoder concretado en las manos de unos pocos que dominarían a todos los pueblos, abusando de los más débiles, sino que esa autoridad debe ser entendida, sobre todo, como una fuerza moral, con facultad de influir con la fuerza de la razón; es decir, como una autoridad participada, limitada por la competencia y el derecho”.

Al servicio de la caridad

En otro orden de cosas, el sábado día 1, Benedicto XVI hizo pública su carta apostólica Intima Ecclesiae natura, que, en forma de motu proprio, diserta sobre el servicio de la caridad, abriéndose con esta afirmación: “La naturaleza íntima de la Iglesia se expresa a través de una triple tarea: el anuncio de la Palabra de Dios (kerigma-martirio), la celebración de los sacramentos (liturgia) y el servicio de la caridad (diaconía). Son cometidos que se presuponen unos con otros y que no pueden ser separados”.

En este breve documento, Benedicto XVI insiste en que los obispos, en su condición de sucesores de los Apóstoles, tienen “la primera responsabilidad de realizar el servicio de la caridad”. Por ello, en consecuencia, deben empeñarse activamente en la promoción de dicho servicio a nivel diocesano y parroquial, teniendo en cuenta, sin embargo, que no deben consentir algunas iniciativas “que, presentándose con intereses caritativos, propongan opciones o métodos contrarios a las enseñanzas de la Iglesia”.

  • OPINIÓN: América, por Antonio Pelayo

En el nº 2.827 de Vida Nueva.

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